Sexores: Historias de Frío

por Miguel Loor
606 y 2046 / Fotos: Majo Rodríguez

606 y 2046 / Fotos: Majo Rodríguez

Un disco de despedidas y reencuentros. Así entiende David Yépez (606) a «Historias de Frío», el segundo material de estudio de Sexores. Después de casi tres años del lanzamiento de «Amok & Burnout» -y un break de la banda de por medio-, el proyecto de noise pop de Ecuador acaba de lanzar un disco con un concepto sonoro sólido, basado en los minuciosos detalles de su trabajo de producción.

Tampoco fue un proceso fácil. En ese lapso, los integrantes de la banda sufrieron dos asaltos y, en uno de ellos, perdieron casi todos sus tracks grabados en 2012, en el estudio /6/0/4/. De ese primer intento por producir su nuevo disco, quedaron las baterías y el sentimiento de frustración por lo ocurrido. Sin embargo, Barcelona les abrió la puerta para entrar a otra etapa, y con ella, el impulso para retomar el proyecto.

El resto se concretó con mucho esfuerzo. En febrero de 2013, lanzaron «Titán» y con ese disco promocional, el videoclip de Doppelgänger. Posteriormente, cerrando la primera mitad de año, «Historias de Frío» se presentó con grandes credenciales: fue grabado entre Quito y Barcelona, y masterizado en The Lodge (Nueva York) por Sarah Register, conocida por su trabajo con Still Corners, Frankie Rose, Sky Ferreira y Garbage. A eso se le suma el arte de Aron Wiesenfeld, el diseño de Mònica Vilas y las fotografías de María José Rodriguez.

Conversamos con David Yépez sobre su travesía junto a Emilia Bahamonde (2046) en «Historias de Frío» y esta nueva etapa de la banda:

Imagina que este es el soundtrack de una película, ¿de qué se trataría la historia?

Una película un poco agobiante, angustiosa. Sería como un thriller de suspenso, en el que estás atrapado y no puedes escapar. Quizás la imagen que tengo es que estamos en una habitación llena de polvo, rodeados de gatos (de hecho, Techos Rotos está dedicada a un gato muy querido por Emilia).

¿Por qué crees es un disco tan intenso?

El concepto del disco nació antes del asalto y tiene que ver con cosas que nos han venido pasando. Siempre nos enfocamos en el concepto de la sonoridad. Después, la (mala) experiencia que tuvimos sí nos reforzó a meter un poquito más de nosotros, más de intensidad sobre lo que sentíamos.

Si bien fue algo súper extenuante, la grabación de las voces fue como exorcizar esa sensación de impotencia que teníamos en ese momento; eso lo impulso. Ahora creo que si no nos hubiese costado tanto hacer el disco, no tuviese la fuerza que tiene.

Las sesiones de grabación / Foto: Sexores

Las sesiones de grabación / Foto: Sexores

Háblame sobre la propuesta sonora. Suena casi como grabado en una iglesia. ¿Cuáles fueron sus referencias para la producción?

(El primer disco) «Amok & Burnout» tenía muchas influencias de otras personas. En «Historias de Frío» queríamos que nuestras personalidades estén reflejadas en la banda. Para eso escuchamos mucho de Phil Spector, sobre todo su Wall of Sound (un método de grabación). Es una de nuestras influencias más grandes en el tema de producción: grabar en lugares amplios -con mucha reverberación-, grabar pistas sobre pistas, doblar secuencias, etc…

También tenemos referencias de la trilogía oscura de The Cure (Pornography, Faith, Disintegration), la música de Cocteau Twins, The Jesus and Mary Chain… En general, ese sonido de los 80 entre el noise pop, shoegaze y pop gótico.

A diferencia de su primer disco, ¿hay una fuerte presencia de un órgano en muchos de los temas? ¿Qué otros elementos decidieron introducir esta vez?

Es un disco muy guitarrero. No quisimos explorar muchos más instrumentos que salieran del concepto de la sonoridad, entonces buscamos un sinnúmero de pedales de guitarra y amplificadores, para trabajar el sonido que buscábamos. Esa es la base instrumental.

The Lodge: Emilia y Sarah / Foto: Sexores

The Lodge: Emilia y Sarah / Foto: Sexores

¿Qué es lo que más destacas de «Historias de Frío»?

Destaco el sonido y la intensidad que tiene -es mucho más elaborado que el anterior- y lo que representa para nosotros el proceso de hacer este disco. Cuando salió, fue un alivio para nosotros. Trabajamos por dos años en él y fue un esfuerzo sobrehumano.

También tiene muchas capas y es complejo. ¿Qué es lo que quisieras que la gente no pierda de vista con estos temas?

En el disco hay una etiqueta que dice que se debe escuchar, de preferencia, con audífonos. También, las letras son bastante profundas y tienen cosas muy personales, y cada uno de los temas tiene detalles que los hace diferentes entre si.

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