En estos tiempos de tecnología digital, banda ancha, música hecha con sintetizadores y arte realizado con un montón aparatos divertidos, se ha puesto de moda el concepto de lo vintage. Esta palabrita hace referencia a cualquier cosa que sea vieja y de buena calidad, por eso se le usa principalmente para el vino. Pero en nuestro contexto es todo lo que se vea antiguo, borroso o desgastado. Mejor dicho, hecho del 2000 para abajo.
Ahora que se acerca el fin de los tiempos y el futuro es prometedor solo para las cucarachas, la nostalgia por esas eras doradas parece un escape de nuestro inevitable destino. A mi también me gustan los episodios viejos de Los Simpson y Dragon Ball. Quedarme despierto hasta la una de la mañana pare ver al Invasor Zim… Pero esta fijación con lo viejo ya se convirtió en una moda llena de simulacros y una obsesión general que aparece por todo lado.
Por ejemplo, existe toda una gama de aplicaciones y productos vintage. Como las fotos con tonos sepia que hacen a la imagen decolorada y da esa sensación de ser tomada en los 80. Aquella época donde los colores eran más pasteles. También existen los ringtones que suenan como el teléfono de la abuela y la posibilidad de descargar los primeros juegos de Mario. Todo lo que nos recuerde lo análogo. Inclusive las redes sociales están invadidas por la nostalgia. Hay un montón de referencias y mensajes que nos remiten a esa infancia perdida entre Pokémon y los celulares, que buscan hacernos recordar esos tiempos en los que jugábamos a las escondidas, tocábamos timbres y veíamos el Chavo del 8. Todo lo que nos evite pensar en que ya somos adultos.
¿Pero qué onda con todo esto?, ¿acaso nuestra apatía es tan grande que no podemos crear algo nuevo?, ¿acaso se nos acabaron la ideas? Es esta la razón por la cual Titanic y la Guerra de las Galaxias se muestran de nuevo en el cine. O nuestro presente nos angustia tanto que debemos rechazarlo.
Repetición y simulacro parecen nuestra regla. Vivimos imitando y añorando los tiempos pasados. Como los astros predicen que para nuestro futuro solo habrán realities, películas repetidas y el efecto Delfín Quispe por todo lado. Refugiarse en el pasado parece ser nuestro única salida a un presente estacando o un futuro apocalíptico.