Los muy queridos Él Mató a Un Policía Motorizado (La Plata, Argentina) vuelven a Quito. Llegan con todo, hoy 12 de diciembre, tras estrenar en julio «Super Terror», un álbum que les ha valido de excusa para pegarse un tour por Sudamérica y España.
Esta es la tercera vez que la banda pisa Quito para un show. Ya lo hicieron en 2015, donde figuraron como uno de los platos fuertes del festival El Carpazo. También estuvieron en febrero de 2020, apenas unos días antes de la cuarentena por el covid19, en el Teatro Bolívar, en lo que se denominó un “side-show” del mismo festival. En aquella ocasión tocaron también en Cuenca y Guayaquil.
Y cómo olvidar su increíble presentación en el festival El Descanso, en la ciudad de Cuenca, en noviembre de 2017. Aquel mítico show, en el contexto de su gira promocional de uno de sus álbumes más exitosos: La Síntesis O’ konor, pasó a la historia.
Ahora, la banda liderada por Santiago Barrionuevo (a.k.a Santiago Motorizado) vuelve con fecha única a la capital y promete tocar todos los clásicos, amados por sus fanáticos, además de los nuevos hits que arrojaron con Super Terror, su quinto álbum y décima entrega (si contamos los EPs).
De este álbum podemos decir que es una continuación del sonido que se estableció como norte en La Síntesis O’ konor de 2017. En ese momento, la banda, alejada del protagonismo de las guitarras eléctricas, empezó a dar vida a un sonido en el que se posicionaron los sintetizadores como brújula musical. Todo esto acompañado de letras nostálgicas, con bronca, pero también con esperanza.
Se espera que la banda devuelva todo el amor que su fanbase ha logrado transmitir en cada uno de los conciertos brindados en Ecuador. Las expectativas son altas, pues no solo que su última entrega ha tenido una buena devolución por parte de su audiencia en los otros países de la gira, sino que El Mató se consolida como una banda de larga trayectoria con sus 20 años de carrera, al mismo tiempo que mantiene su sonido joven y fresco.
El evento, producido por Star Shows Producciones, es este martes 12 de noviembre en el Teatro San Gabriel. Y las entradas las encuentras en meet2go.
Radio COCOA conversó con Santiago Motorizado en una breve charla sobre el show que se viene, el momento de la banda, la industria musical y todo lo que gira alrededor de Super Terror.
Juan Sebastián Jaramillo: Están ahora en el tour de lo que vendría ser su 10.º álbum, dependiendo de cómo los cuentes. Eso es algo que pueden decir pocas bandas, pocas tienen el privilegio de tener una trayectoria tan larga como ustedes. ¿Cómo te sientes tú, Santiago, con este momento actual que están viviendo?
Santiago Motorizado: Muy contento, obviamente. Me encanta estar acá, cumplimos 20 años como banda. La primera vez que tocamos en vivo fue el 21 de noviembre de 2003, así que hace poquito cumplimos exactamente 20 años. Pero lo mejor de todo es celebrarlo con canciones nuevas.
Eso es lo que más me entusiasma. No me hubiese gustado estar haciendo una especie de gira nostálgica. No me gusta la nostalgia. Me encanta esto, vivir el presente y vivir estas canciones nuevas que miramos el año pasado y estar de gira con Súper Terror.
Y nada. Me encanta volver a Quito, ya que la última vez que fuimos fue justo antes de la pandemia. Creo que fue febrero de 2020 y en marzo arrancó la cuarentena. Así que nada, pasó mucho tiempo y a la vez no tanto en la vida musical, porque bueno, estuvo ese hueco de casi dos años. Tocamos el año pasado, hicimos esta gira de regreso y ahora estamos con la gira de Súper Terror, así que contentos con volver y entusiasmado con estas nuevas canciones.
JSJ: Genial. Y a propósito de la gira, ¿cómo les ha ido? Estuve viendo su calendario. Sé que van a estar también en Bogotá, en el Primavera Sound, en Lima, luego se van para España… Como tú lo dices, tienen 20 años de trayectoria y seguramente ya están acostumbrados a esta vida de andar girando, pero siempre hay cosas nuevas. ¿Qué les ha traído hasta ahora esta nueva gira?
Santiago Motorizado: Ah, bueno, la verdad es que es muy positivo todo, o sea, muy intenso, pero en el buen sentido. Arrancamos en agosto en Neuquén, en el sur de Argentina, e hicimos una recorrida por un montón de lugares del país. Fuimos a Chile, a Uruguay, ahora estuvimos en Brasil, vamos a ir a Paraguay prontamente.
Estuvimos en España haciendo una gira que fue espectacular porque, bueno, nunca habíamos tocado en salas tan grandes. Salas para 2500 personas en Barcelona, Madrid, que se agotaron con muchos días de anticipación.
También están cosas este año que fueron históricas para nosotros: tocar en el Luna Park, que es un estadio en Buenos Aires mítico. No solo tocar, sino que hicimos dos shows. Se agotó tan rápidamente uno que tuvimos que anunciar una segunda noche que también se agotó. Y nada, fueron dos noches para nosotros inolvidables.
Y ahora esta etapa final de este año que es recorrer el continente. Después de Paraguay vamos a Colombia. Bueno, obviamente vamos a estar en Quito, después estaremos en Perú y en todos los lugares las canciones nuevas están teniendo una devolución muy, muy buena, muy intensa. Se celebran con mucho cariño, como las canciones de siempre y eso a nosotros nos llena de alegría. Realmente es muy gratificante, muy motivador.
JSJ: Los álbumes de El Mató suelen tener una conexión, un hilo conductor que atraviesa los temas. Por un lado siempre está presente esta temática introspectriva, un poco romántica también, pero sé que abarcan partes más sociales, más externas a uno. ¿Cuál dirías tú que es ese hilo conductor de este álbum?
Santiago: Eso lo marcamos mucho cuando, hace muchos años, hicimos la trilogía de discos que cada uno tenía una temática muy puntual. Como un disco navideño, que eran todas canciones de navidad (Navidad en Reserva, 2005). Pero como decís vos, todos tienen que ver con experiencias personales, con experiencias de relaciones, relaciones que comienzan, las relaciones que se rompen, relaciones que se extrañan.
Y me gusta que la navidad en ese caso, por usarlo de ejemplo, atraviese esa cotidianidad y, a la vez, hable de algo más grande, que va más allá. Lo mismo con Día de los Muertos (2008), que era un disco apocalíptico. Hablaba un poco del fin del mundo de diferentes formas, un poco de ciencia ficción, un poco de política, pero contada desde lo cotidiano, de relaciones cercanas.
Súper Terror tiene eso también, tiene esa cosa de las relaciones, de la post-pandemia, esa angustia de la pandemia en sí, obviamente. En lo personal se terminó una relación muy importante para mí y eso está reflejado en el álbum. Pero también están atravesados un poco mis pensamientos, mis ideas de las cuestiones sociopolíticas que existe hace mucho, que tiene que ver con desigualdades, con injusticia, con cosas que vive el mundo día a día y, sobre todo, nuestro continente, donde se ven más marcadas quizá, que la pandemia las expuso.
No. No eran, no son cosas nuevas, sino que la pandemia las llevó a un límite. Y también hablo… o por lo menos eran las ideas que me cruzaban en la cabeza en los momentos donde yo estaba escribiendo el álbum. Después los textos, las letras se van para cualquier lado, empiezan a tomar su vida propia, por decirlo de alguna manera.
Pero en aquellos días, cuando estaba escribiendo las canciones, estaba atravesado por un sentimiento de bronca. Primero por eso que te decía recién, por situaciones sociopolíticas que atraviesan a la Argentina, el continente y el mundo, diría.
Y también por este mundo virtual que está relacionado con esta nueva tendencia, que existió siempre, pero que se va como alimentando y va creciendo un poco más individualista, más superficial. De poca empatía, porque lo virtual nos aleja de la empatía y nos lleva a la superficialidad, ¿no?
Y cuando hablo de esto me incluyo. Todos estamos pendientes del teléfono, pendientes de los likes, de estadísticas que antes no existían. Si hablamos de música, hablamos de cultura, artistas nuevos que están con la facilidad de poder ver sus propias estadísticas del día a día, de ver si una publicación funciona, si la canción tiene más reproducciones y si combinamos este artista en un feat con otro, vamos a hacer elevar nuestros números…
Hay una cosa ahí que me parece horrible, que entiendo que es atrapante. Yo no niego eso, también me meto a ver si Super Terror tuvo escuchas y tal. Eso es inevitable porque está ahí, es muy accesible y la pulsión está. Ahora, ¿qué hacer para contrarrestar eso? ¿Qué hacer para volver a la esencia de la música?
Estoy contento porque veo que en la banda con los chicos y en general eso, eso no se pierde, esa inocencia de los comienzos de querer ir a buscar un momento artístico que se diferencia del resto, que podamos contar algo que realmente nos interpela, vivir el arte en ese sentido primal que es por lo cual nosotros nos enamoramos de las canciones, de los músicos y de un montón de cosas.
Pero bueno, vivimos en este mundo que nos acecha con estas cosas, que tiene que ver con las estadísticas, que es justamente lo contrario a esa cosa profunda, hermosa y misteriosa que tiene el arte, que tiene la música. La estadística justamente son los fríos números, no.
JSJ: Es como que estamos más conectados, o sea, con mayor facilidad, pero al mismo tiempo eso nos hace estar más desconectados…
Santiago: Totalmente. Mira, las dos cosas, existirán siempre las estadísticas con otra forma de la industria siempre se midió a partir de las reglas del capitalismo y nosotros vivimos en el capitalismo, así que eso es así. Obviamente nosotros somos jóvenes y el capitalismo viene de antes y el mundo parece que va a seguir siendo así mucho tiempo, y no discuto eso, si está bien o mal, y si hay sistemas mejores o no, es el sistema que nos toca y vivimos dentro de esas reglas
Dentro de esas reglas la música y la historia de la música ha sabido generar un desequilibrio positivo para con lo artístico, digamos, ¿no? Los Beatles medían muy bien, en su momento, tenían rating, tenían ventas. Así y todo eligieron un camino contrario a lo que pedía la demanda de lo que estaban haciendo. Fueron en busca de un camino artístico y eso fue una enseñanza muy profunda que motivó a generaciones y generaciones y eso siguió existiendo y lo sigue y sigue sucediendo en la actualidad.
Digo que siento que hay ese desequilibrio, se está perdiendo y además hay una exacerbación de lo estadístico. Yo veo artistas nuevos, sobre todo los artistas que más venden en la actualidad, que tienen que ver con la música urbana. Y no, no tiene que ver con los géneros, no tiene que ver con lo estético.
Pero bueno, justo toca que son los artistas que más venden, que están todo el tiempo arengando sus seguidores, sus millones de likes, sus millones de escucha, como si eso fuera lo importante.
Por eso vuelvo a los Beatles y algo que quizás alguno le aburra, porque es viejo, porque es antiguo… Es que iban en contra de eso, iban en contra de sus ventas. Igualmente haciendo esos fenómenos artísticos les iba bien igual, porque realmente su sinceridad y su amor para con las canciones generaba una repercusión.
No es que bajaron o se hicieron menos populares, pero sí fueron a contracorriente de lo que demandaba esa situación de venta y demanda, ¿no? Entonces trato de rescatar eso, me interesa mucho eso. Crecí con eso, con artistas que iban contra la corriente y artistas que eran populares también. Yo crecí con Nirvana, que era un artista que era muy popular, que era número uno, como los Beatles, pero que cada disco que sacaba iba un poco más a un lugar oscuro diferente y extraño, sin pensar en esos términos.
JSJ: Sin tener ese miedo a experimentar, ¿no?
Santiago: Totalmente. Pero también tiene una recompensa, porque el público ya tenemos años y años escuchando cultura, rock-pop. Y cuando un artista es sincero, cuando un artista se arriesga y cuando un artista pone algo profundo sobre la mesa, es recompensado, digamos. No sé si estadísticamente o no, pero algo se genera, algo profundo que genere un impacto.
JSJ: De hecho, Él Mató genera eso y tú seguro lo sabes. Su fanbase es muy hincha, por así decirlo, a pesar de que el sonido ha cambiado. El sonido de la primera trilogía de EPs que sacaron, por ejemplo, comparado a La Síntesis O’konor o Super Terror es un sonido que ha cambiado bastante. ¿Cómo describirías tú este sonido actual de El Mató y cómo lo diferenciarías de lo que venían haciendo?
Para mí es un sonido que se marca a partir de la Síntesis O’konor, si estás de acuerdo con eso, y desde ahí es como que empieza una nueva era para ustedes.
Santiago: Sí, sí, yo creo que hay un punto de partida en La Síntesis con la forma de cómo encaramos aquel disco, la forma en que encaramos la producción del disco. Fue un trabajo muy diferente a otros álbumes y nos gustó. Nos gustó esa forma de trabajar.
Nos gustó hacerlo en Sonic Ranch, que realmente tiene una posibilidad a nivel técnico; a nivel backline también hay un montón de instrumentación disponible para experimentar, para jugar con sonidos nuevos. Realmente fue espectacular y por eso decidimos volver para Super Terror a Sonic Ranch.
Y sí, este obviamente punto de partida de las serie O’konor, pero a la vez búsqueda de nuevo sonido, de nueva forma, no solo a la hora de escribir y de componer, de darle forma a las canciones, sino de producirla, de cómo encararla a nivel estético musical. Siempre queremos eso: tratar de experimentar, de aprender en ese camino, porque son lugares nuevos para nosotros y ver qué sale de todo eso.
La verdad es que eso nos entusiasma, nos motiva, nos genera esa pulsión que nos lleva a esos lugares nuevos y nos gusta eso. Hay canciones o discos que tienen un sonido muy diferente en esos comienzos, no, con nuestro primer álbum, la trilogía, pero es un camino ya recorrido siempre. No renegamos de eso para nada.
Estamos orgullosos de haber recorrido todos esos lugares. En vivo conviven un poco todos esos sonidos, todos juntos, porque tratamos de hacer siempre una recorrida por todas nuestras etapas musicales, pero ahora en este presente nos lleva a buscar otros lugares y en el futuro seguir haciéndolo, ampliar el espectro y jugar un poco con eso.
JSJ: Pienso, por ejemplo, en este tema que me gusta mucho, que es El Universo, un tema solo a piano y voz, que es algo nuevo, que no habían hecho antes, ¿no?
Santiago: Sí, totalmente. Para nosotros fue algo nuevo. En La Síntesis O’konor habíamos hecho una canción que también en ese momento había sido algo nuevo, que era una canción a guitarra acústica y voz que es Excálibur.
Y ahora con El Universo, sí, fue una canción que nació en el estudio en una noche y la compuse con la guitarra, tratando de tirar los tonos, sabiendo igualmente que iba a estar en el piano porque pedía un poco la impronta de lo que estaba pasando ahí.
Además ahí, en Sonic Ranch, había un piano espectacular disponible que queríamos usar. Que lo usamos en otras canciones igualmente. Y nada, la grabamos una madrugada buscando también ese clima íntimo que creemos que quedó ahí registrado y la verdad que sí, es una canción que esquiva un poco la forma de El Mató y a nosotros nos copa, nos alegra mucho.
JSJ: ¿Cómo te sientes tú con respecto a volver a Ecuador? Son una banda que ha venido ya en en bastantes ocasiones y que también han ido cultivando una audiencia importante. Más que más allá de los números, siento yo que es una audiencia que está muy conectada con la banda, que siempre que vienen hace todo lo posible por ir. ¿Cómo ha sido tu experiencia con esta audiencia ecuatoriana? Quiteña a veces, cuencana o guayaquileña otras.
Santiago: La verdad que la mejor, porque siempre desde la primera vez que fuimos nos trataba muy bien y me gusta haber recorrido varias ciudades. No solo Quito, tocamos en Guayaquil y en Cuenca y siempre nos trataron muy bien. Incluso grabamos una canción en un hotel.
JSJ: Que está en un álbum, de hecho.
Santiago: En La Otra Dimensión (2019). Es una versión acústica de El Tesoro. Fueron unos días que tuvimos en Cuenca, estuvimos cuatro noches, me acuerdo, y aprovechamos para hacer una grabación. Armamos el estudio en el hotel con la sábana, con la frazada de la cama, para generar una acústica especial. Pero bueno, más allá de eso, siempre nos tratan con mucho cariño.
Estamos contentos de volver porque, bueno, la última que estuvimos fue justo ahí antes de la pandemia y también hicimos la corrida por Cuenca, Guayaquil, Quito. Ahora volvemos solo a Quito, pero no queda cerrada la posibilidad de volver a recorrer el país en el futuro cercano. Así que, nada, contento, siempre que fuimos la pasamos muy bien y esperando lo mejor, que quienes vengan pasen una gran noche.