‘ruinas’ es una exposición individual de la artista Abigail Cárdenas (Abi) que reúne una serie de pinturas, esculturas y bocetos realizados por la artista en el último año, en torno a la memoria y práctica de la infancia, el crecer y el juego.
Inauguración: 20 de Septiembre 2023- 19H00
Cierre: 12 de Octubre 2023
Lugar: Q Galería, Diego de Robles s/n y Pampite (junto a la entrada principal de la USFQ)
ruinas
sobre crecer
sobre los cuerpos acariciados por el tiempo, que en su apogeo de la infancia fueron una bella promesa de ser algo perfecto
como un autómata que con su oxidación da un nuevo movimiento
una danza errática y quebrada.
cuerpos que crecen y que su infantilidad ahora es ridícula
pero su verdadera belleza está en el paso del tiempo
crecer para desaparecer.
ruina, cicatriz, pedazo, trozo
una sombra
un cachito de algo
pedacitos de la infancia.
cuerpos como piedras que quieren ser suaves
para deslizarse y poder seguir jugando.
crecer es mutilarse y adaptarse
dejar esparcidos pedazos y retazos
es cómo recolectar objetos rotos para hacer uno nuevo
porque su ruptura los hace hermosos.
hacer un cuerpo nuevo
cada día
después de cada herida
no es tarde para ser suave, es un ejercicio.
hay importancia en las pequeñas cicatrices.
estas conviven con las grandes heridas de crecer en un mundo desolado.
hay importancia en las pequeñas cicatrices.
lastimarse las rodillas con las piedras del cemento
para poder ver un insecto.
-Abigail Cárdenas
Sobre la exhibición
Texto por: Micaela Koenig
La obra de Abi es como un acto de resistencia a la adultez que se siente extrañamente maduro. La conciencia de crecer está acompañada por una obstinada mirada que elige seguir viendo. El cuerpo adulto, torpe, ahora incontenible, se contorsiona para caber en los espacios que alguna vez ocupó. El mar que se lo tragaba hoy le llega a las rodillas y sus manos crecidas le dificultan agarrar lo delicado sin destruirlo.
Cuerpo rebosante que vuelve al juego, a la expedición; cuerpo desbordado que no sólo habita sino que es habitado. Tórax-montaña/cumbre, dedo-vestigio, lágrima-lago, brazo-cordillera.
En ‘ruinas’, Abi transpone/trasplanta lo cotidiano de la niñez a un vacío nostálgico que se derrama en la galería en forma de pintura, escultura y boceto. Abstiene las composiciones de un sentido de localidad y tiempo, y nos envuelve en un ambiente natural dilatado que, en el ejercicio de expandirse, se despoja de su sitio/detalle; en un espacio liminal al que el cuerpo y la mente regresan constantemente en el tránsito incómodo y montañoso de crecer.
Abi me cuenta que se siente acompañada, que los cuerpos/personajes están presentes y que en el trazo expandido se auto-descubre, gatea, juega, repara, construye y dibuja. El formato-ilustración de Abi se crece y se desborda como esos cuerpos que ahora habitan con nosotros el espacio-galería. Esta exploración de escala y soltura se asemeja a una infancia no domesticada, salvaje y que conscientemente elige excederse.
El crecer, entonces, se llevó consigo al cuerpo pero no la totalidad de la mirada. El instinto primitivo de observar y la mirada nostálgica renuente a dejar de mirar cómo miraba, se despliegan en el ejercicio fragmentario de reconocerse niñx-adultx-bestia/animal; en la insistencia de continuar recolectando picadas de mosquito, moretones y raspones de rodilla en la carne aún tierna y desnuda.
Sobre la artista
Abigail Cárdenas (Ecuador, 1996)
Artista visual e ilustradora graduada de la carrera de Artes Contemporáneas de la Universidad San Francisco de Quito. Como artista emergente, ha participado en laboratorios artísticos y muestras colectivas e individuales. Ha colaborado con la casa editorial Herring Publishers México (Querétaro, 2018), Recodo press (2023). Ha participado en exposiciones colectivas como Órdenes Simbólicos (No Lugar,2019), Habitual (No Lugar, 2019) y La isla de vapor (Khora,2020), Después del pensamiento, el mar(2022). Desde su exploración, mantiene el dibujo y la escultura y la ilustración como herramientas que ayudan a sintetizar sus procesos de creación. Así, el dibujo diario figura como lenguaje que traduce desde la cotidianidad con el fin de hurgar personajes y descubrir narrativas que cuestionan nociones establecidas de identidad y lo personal. Desde el 2019, trabaja en diseño e ilustración colaborando con el estudio de diseño y branding Lunalunares.
Vive y trabaja en Quito, Ecuador.