Resistencia: un espacio creado desde el afecto y la lucha

por Andrea Aguirre
La convocatoria para la exposición Resistencia 2021, en Cuenca, sigue abierta hasta este 18 de abril. Descubre las ideas y sentires que atraviesan a la colectiva en esta conversación con sus creadoras. 
Resistencia

Imagen elaborada por Arianna Correia: cortesía de Resistencia

Resistencia se mueve desde el afecto. Desde un sentir que no tiene nada que ver con argumentos biologicistas o de creencias acerca de que la mujer, por su “naturaleza”, conoce más sobre la sensibilidad o la ternura, pero sí desde la certeza de que históricamente hemos estado relacionadas con el cuidado. 

María Emilia Vera y Anllel Tanus, ambas artistas, feministas, gestoras y productoras, son las creadoras de Resistencia. Esta colectiva feminista busca sensibilizar y tejer redes a través de distintas disciplinas del arte y a través de la creación de espacios de encuentro entre mujeres y disidencias, desde pilares sororos y de autogestión. 

La idea nació en Argentina, donde ambas estudiaban. Lo hizo a partir de las ganas de querer gestionar y crear espacios artísticos que sensibilicen y movilicen. En un principio, María Emilia y Anllel tenían la motivación de crear un proyecto que apele a la sensibilidad y a lo colectivo. Pero una serie de eventos e intervenciones feministas que experimentaron allá fueron dando forma a un proyecto que debía ser multidisciplinario, bajo la perspectiva de género y partiendo de la resistencia. 

El proyecto se sostiene en bases de sororidad —siendo esta palabra muy amplia, no hay aquí ánimos de explotarla— como una herramienta directa para hacerle frente a las dinámicas del sistema patriarcal. Y desde la premisa de que la lucha es afectiva

Para María Emilia y Anllel, la idea de que la lucha es afectiva viene de que no se puede responder a los problemas de raíz partiendo únicamente de las soluciones o herramientas que provienen del mismo sistema nocivo que los genera.

“Pensamos que es importante replantear el sistema desde una justicia feminista. No buscar soluciones sólidas a través de la cultura y el sistema de castigo (carcelario) porque respondemos con herramientas que fueron pensadas por un orden patriarcal. Esto no quiere decir que todos los victimarios no deban rendir cuentas, porque por ahora es lo que tenemos a la mano; Pero si realmente queremos un cambio, creemos oportuno luchas por niñeces y educación feminista como base de una verdadera justicia” aclara Anllel.

Resistencia

Para este proyecto es importante luchar desde los afectos. Foto: cortesía de Resistencia

Desde la perspectiva de Resistencia, la lucha debe ser desde el cariño, desde el afecto, desde el cuidado de todo lo que nos rodea, desde las crianzas, desde el replantear las formas en que nos relacionamos. Desde la comunicación, el diálogo, la toma de decisiones sin jerarquías ni juegos de poder, desde ese afecto sincero que necesitamos todxs. 

Y es importante no olvidar que la lucha no es sólo eso, que el afecto tiene muchas maneras de manifestarse que provienen del cuidado y de lo que tengamos que hacer para cuidarnos. Las maneras de demostrar inconformidad, que se manifiestan con el objetivo de destruir lo que tenga que ser destruido, también son válidas. Porque incluso esas reacciones provienen desde el afecto, como dice Anllel

Este se manifiesta también en la protección, en la empatía, en la impotencia, la frustración y el dolor. En alzar la voz y movilizarse por las hermanas que ya no están, o por la vulneración patriarcal que todxs alguna vez hemos sentido. En querer crear espacios seguros: de contención y cuidado. 

“Creo que es importante recalcar esto que dice Roxana Landívar en nuestro manifiesto: nosotras no hablamos de una sororidad utópica, pacifista, de paz y amor, superficial. Nosotras nos referimos a sororidad con el real acompañamiento a cada una, a sus formas, a hacer manada, y a hacer ruido en colectivo. Desde lo sincero, desde replantearnos la forma en que nos relacionamos y socializamos”, aclara Anllel.  

El objetivo final, según Maria Emilia y Anllel, es generar este tipo de ambientes desde la solidaridad y la fuerza que se siente cuando estas con tu compañera, con tu hermana o con tu amiga al lado. “Esta energía se recrea cuando nos sentamos en círculo a conversar. El círculo de mujeres tiene un poder enorme. Viene de la 0 jerarquía, de la escucha, la apertura, de la misticidad que tiene el soltar, el confiar entre nosotrxs. Es hermoso. El propósito principal de Resistencia es seguir generando eso y que cada una pueda entender, a su forma, lo que es la sororidad”, dice Anllel. 

El objetivo es generar solidaridad y fuerza. Cartel hecho por Melissa Moreira. Foto: cortesía

La primera exposición de Resistencia se realizó en Guayaquil el 29 de febrero del 2020, con alrededor de 33 artistas y gestoras. Fue un espacio donde se juntaron mujeres de distintas generaciones. Desde artistas que han ganado premios y que tienen una trayectoria amplia hasta artistas emergentes. En definitiva, mujeres que no se conocían entre ellas y que de repente estaban haciendo proyectos juntas, nutriéndose la una a la otra, aprendiendo de sus formas de trabajo.

La exposición ha sido la manera de volver tangible el proyecto. Sin embargo, Resistencia tiene varias maneras de existir. La colectiva se manifiesta de varias formas, como las charlas, conversatorios y conciertos que se realizaron en línea durante la cuarentena.

También hay que mencionar las reuniones con las artistas. En estos eventos se crean espacios en los que cada una habla de su trabajo, de lo que, a nivel propio, significa el feminismo, de lo que les gusta, de sus miedos y, por último, de lo que son. En general, van creando los formatos dependiendo del mensaje, y de la que piensan que es la mejor manera de transmitirlo.  

Como colectivo quisiéramos también hacer presencia en marchas e intervenir en espacios públicos de una manera en la que otras personas nos vean como una base segura a la que pueden unirse para cuidarnos entre todas”, añade Maria Emilia. 

Conociendo, de una forma súper intuitiva, la falta de protagonismo, el rol secundario que muchas veces se les da a las mujeres en la escena artística, nació la necesidad de abrir y gestionar un espacio propio. “Hablando con las artistas conocimos muchísimo más de este problema. Cada una tenía su historia. Al final, fue bacán porque creo que todas teníamos estas ganas insaciables de abrir un espacio como este. Era más necesario de lo que yo me imaginaba”, cuenta Maria Emilia.  

Imagen de Facebook de Resistencia. Foto: cortesía

Uno de los desafíos más grandes para la colectiva es que las ganas de hacer cosas se desbordan, pese a los recursos limitados. Para nadie es un secreto que hacer gestión cultural en este país no es nada fácil y que los obstáculos saturan a quienes buscan pasarlos.

“Creo que uno de los desafíos más grandes es que tenemos que abrir un terreno y un campo que está sólido como cemento. Tenemos que ablandarlo para poder empezar a caminar por lugares que no han sido transitados antes. Porque no sólo estamos hablando de gestión cultural, sino de una gestión cultural con perspectiva de género directa y concreta. Y no sólo lo tenemos en cuenta, somos eso. Somos una plataforma feminista multidisciplinaria de arte y creo que eso, por sí mismo, genera rechazo”, comenta Maria Emilia.  

Resistencia 2020 se sostuvo en el apoyo que permitió abrir esta puerta tan necesaria. Y para mantener la esencia de este proyecto, sus gestoras buscan la disposición real de las artistas a no ver únicamente el espacio como un lugar donde pueden mostrar sus trabajos, sino a crear en conjunto el sentimiento de unidad, sororidad, cariño y seguridad, que es muy difícil de entender hasta que se empieza a vivirlo

“Resistencia es un espacio disfrutable, pero siempre hay que recordar por qué esto es necesario y por qué lo estamos haciendo. Necesitábamos que nadie, ni por un segundo, se olvide de esto. Entonces, nos encargamos de pegar estadísticas de violencia de género por todo el espacio, y de eso se trata. Si bien estamos hablando de arte y del trabajo que generan todas estas mujeres increíbles, el núcleo de por qué estamos aquí reunidas es algo que en realidad genera mucho dolor, y no debemos dejar que eso sea secundario”, afirma Maria Emilia.  

La segunda edición de Resistencia se realizará a principios de junio de este año en Cuenca. La convocatoria está abierta a todo tipo de expresiones artísticas. Cualquier proyecto que se pueda salir y permita abrir estos parámetros es bienvenido y solicitado. También habrá un espacio para emprendimientos autogestivos y talleres, y aunque no es un requisito, todo fluirá mejor si son proyectos con perspectiva de género. Puedes enviar tu propuesta a este mail: laluchaesafectiva@gmail.com  . La gente de Resistencia se pondrá en contacto contigo. 

Queremos expandir esta red que ya tejimos en la primera exposición. Queremos hacer un puente que atraviese todo el Ecuador. Alimentar las conexiones entre diferentes artistas de diferentes ciudades. Y para eso buscamos personas que pongan la cuerpa, la mente y el corazón. El cariño para realmente ser parte de todo el proceso”

 

-Maria Emilia y Anllel. 

Conoce mejor a las mujeres detrás de este espacio en la conversación que mantuvimos con ellas. 

Doménica Palma. Foto: cortesía

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Andrea Aguirre: ¿Qué artista, activista o persona les ha inspirado o movilizado desde su feminismo? 

María Emilia Vera: Para la idea que queremos generar, más que una artista o persona individual, para mí una influencia directa fue todo el movimiento feminista en Argentina. Es algo que se esparce a cada espacio al que vas y yo creo que eso es algo importante que hay que aprender a hacer, poco a poco. No reservar la lucha a ciertos momentos, a ciertas conversaciones, sino dejar que se infiltre por cada hueco en el que te metes. Eso me movilizó mucho.

Y un poco más desde la gestión que es a lo que más me inclino, definitivamente una influencia super fuerte es mi mamá, porque ella siempre estuvo en el mundo de la gestión cultural también. Siempre la he visto con mucha admiración y respeto, pero también he podido ver esto del lado secundario, sabiendo que ella es la cabecilla de todo el grupo pero tal vez las personas quieren negociar con el hombre, que en ese caso era mi papá. Y no porque mi papá o mi mama lo hayan planteado de esa manera, simplemente porque esa es la manera de manejarse. 

Creo que eso es algo que siempre he tenido súper presente y para mí toda la gestión de Resistencia y estar en la primera línea fue como una manera de romper un poco con eso a un nivel personal también, algo que me lo debía. Porque yo no quería entrar a este mundo siendo la que está trabajando desde atrás mientras los hombres son los que hablan de números. 

Anllel Tanus: Silvia Federici y Rita Segato son mis inspiraciones desde lo teórico para querer destruir, recrear, replantear el sistema desde la raíz, y para mí Resistencia es eso.  

MEV y AT: También, a lo largo del proceso, ir conociendo a las mismas artistas que participaron en Resistencia, cada una a partir de su propio feminismo, fue aclarando mucho más la idea de lo que hay que hacer. Fueron una inspiración directa, porque desde ese trabajo que ellas hacen, ya sabemos también cómo este espacio tiene que ser. 

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Chloé Silva. Foto: cortesía

AA: ¿Qué hay detrás de la palabra resistencia para ustedes? 

AT: Mantenerse en pie y ocupar espacios. Recuperar lo arrebatado. Y creo que Resistencia es mantenerse con los pies enraizados en un espacio que se nos fue desapropiando. Hacer presencia en estos espacios y resistir. 

MEV: Para mí tiene mucho que ver con movilizar lo que está estático. Es mantenerse en pie, pero también es caminar por caminos que son peligrosos y turbulentos. Es siempre seguirse movilizando y buscando maneras de incomodar. 

AA: ¿Cómo se conocieron? 

MEV: Anllel es una persona que yo siento que conozco de toda la vida. Tuvimos un par de acercamientos casuales, pero cuando ya empezamos a relacionarnos resulta que había un montón de cosas en nuestras vidas que habían coincidido casi que a la par, y un lenguaje y entendimiento que compartimos, creo, con casi nadie más. Después de un año de conocernos, ya estábamos haciendo este proyecto. 

AT:  Ambas somos co-creadoras y productoras del proyecto. Tenemos personalidades que se complementan idealmente. Somos super similares en algunas cosas y, al mismo tiempo, cada una es su propio mundo. Tenemos formas un poco distintas de funcionar, de las que aprendemos un montón. Este proyecto es como la esencia mezclada de las dos. Y necesitamos la una de la otra para que esto pueda salir adelante

Resistencia

Collage elaborado por Arianna Correia. Foto: cortesía de Resistencia

AA: ¿Cómo viven el feminismo desde sus espacios más íntimos y que habitan en la cotidianidad? 

MEV: El feminismo se infiltra en casi todos los aspectos de mi vida, pero igual es un constante aprendizaje. No significa que lo haga todo de la mejor manera siempre. Mi trabajo más importante con el feminismo es aprender a ver a las mujeres desde la admiración y no desde la inseguridad. Si me siento insegura, identificó esa inseguridad, la veo y me cuestiono, la cambio por admiración, aprendizaje y apoyo. Cualquier cosa que pase, ya no puede ser atravesada por esa dinámica de competencia que nos han enseñado.

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Hay muchas cosas en las que el feminismo está presente, pero creo que en cómo nos relacionamos personalmente es en donde más trabajo. Porque a partir de las relaciones humanas y de las pequeñas acciones, desde lo personal, se van generando cosas a una mayor escala. 

AT: El feminismo a mí me ha atravesado en cada aspecto, y aprendo en cada paso. Cada vez voy identificando más cosas que parten de un mismo sistema que nos atravesó a todas. Empezando por mí, por cómo me relaciono conmigo integralmente, desde el cuerpo y la mente. Qué exigencias me pongo y por qué. Me gusta investigarme desde ahí, desde todo lo que hago y no hago, porqué y para que. Y obviamente desde mis relaciones personales, mi sexualidad, desde el crear diálogos y que sea incómodo.

Resistencia

Collage elaborado por Arianna Correia. Foto: cortesía de Resistencia

MEV: Y aparte de esta introspección y autocrítica constructiva súper necesaria, siento que es importante invitar también a los otros a revisarse un poco. A revisar si a su compañera o compañero los trata de la misma manera, si el trato es igual para todos. Hacernos preguntas a nosotros mismos pero también al resto

Es importante no sólo hablar de un espacio seguro y de cosas que hay que tener en cuenta con la gente con la que trabajas. Creo que ahora por cosas que han pasado este es un tema del que se está hablando bastante, pero es sumamente importante recalcar la importancia de accionar con base en eso. Hay que tomar acciones concretas. Esto del espacio seguro es algo que tiene que ser materializado. Si no no sirve de nada.  

AT:  Vamos aprendiendo y a través de la búsqueda encontramos las formas. Va a haber un punto en el que no hayamos abarcado todo lo que queríamos abarcar, pero tenemos mucho cuidado, sobre todo con esto del espacio seguro. Es demasiado necesario materializar y ser coherente con el discurso, y Resistencia se rige en eso. Pero seguimos aprendiendo sobre cómo manejar esas situaciones también. Nadie nos dio un manual. Todo ha sido a prueba y error, todo se aprendió sobre la marcha.  

AA: ¿Qué les ha dejado a cada una Resistencia?

MEV: Resistencia me deja a nivel personal la importancia de la materialización, la certeza de que de que nuestra voz es poderosa, debe ser escuchada y genera un impacto irreversible. De que el arte es un canal de comunicación necesario para lo que va más allá de la palabra y es, sobre todo, una forma de sanar heridas tan profundas como las que deja el sistema patriarcal. Hay que cambiar este discurso de que las cosas no van a cambiar o es muy difícil que cambien, podemos generar cambio haciendo lo que amamos. Eso lo aprendí en Resistencia. Ganas de crear, de luchar, de incomodar y de seguir abriendo espacios y una sensación de gratitud especial a quienes forman parte de esta gran marea de justicia social.

AT: A mí me dejó la sensación real de poder hacerlo todo. Ver la autogestión tomar forma a mano de la contención colectiva fue hermoso. Creo que eso me abrió los ojos y me hizo sentir capaz. Capaz de crear, mover, comunicar, materializar. Creo que Resistencia para mí fue una prueba de lo que se puede lograr y dejo encendida una llama de querer seguir haciéndolo bajo esas misma formas de trabajo, con esos mismos mecanismos de comunicación y acercamientos, bajo esas mismas políticas de respeto. Siento la importancia y deber de comunicar a jóvenes como nosotras que: no importan las trabas o la falta de experiencia. Que se lancen y crean en lo que hacen. La pasión retumba y hace eco. Eso se siente.

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