El viernes pasado, Carlos Sadness brindó un concierto en La Ideal. Fue un show memorable que contó con una gran asistencia por parte del público. Previo a la presentación, tuvimos la oportunidad de conversar con el cantante español, quien, pocas horas después, se presentó también en el Festival Estéreo Picnic.
El viernes 5 de abril una fila rodeaba la cuadra de la calle José Tamayo, donde La Ideal recibía por segunda noche a Carlos Sadness, artista y compositor español. Era su primera visita a Ecuador. Aprovechaba la ruta hacia el festival Estéreo Picnic y lo recibió la sorpresa de dos shows sold out, uno en Cuenca (3 de abril) y otro en Quito (5 de abril), por los cuales abrió otra fecha en la capital (4 de abril).
En aquella línea larguísima, dos chicas con camisetas decoradas de papayas esperaban emocionadas comentando el largo viaje que tuvieron que hacer desde Guayaquil. Otro grupo decía venir de Riobamba. La predicción de Sadness se cumplió: “Esta noche están los más guays. Los que han venido de otras ciudades”.
Dentro del salón, las personas se agruparon cerca del escenario. “Queremos a Carlos”, coreaban. Al apagarse las luces, los guardias solicitaron al público que haga un espacio del lado derecho para que el artista pase. Las luces de las cámaras iluminaron todo el salón y los gritos de los fans animaron a Sadness, que subió rápidamente a la tarima junto a su guitarrista, Jordi Bastida.
Abrió con su tema «Sebastián Bach». “Parece que hayas nacido en el siglo XVI”, cantó acompañado de su ukelele. Detrás de él había unas macetas con palmas verdes que cambiaban de color por las luces moradas y azules. Un aura caribeña ideal para su música que originalmente tiene ritmos tropicales junto a sonidos electrónicos. En esta ocasión, el show acústico no dejó de sorprender al público.
En medio show, una fan le pidió a Sadness que le firme su ukelele azul. Las personas cerca de ella la ayudaron y llevaron el instrumento hacia el artista. “Venga, pero solo este que no puedo parar el espectáculo por empezar a firmar”, dijo entre risas. Las personas aplaudieron el gesto y continuó cantando.
Fue un día largo para él, pues, antes del concierto, grabó su más reciente single, «Isla Morenita», en una sesión acústica para Abuelo Sessions. Fue en el marco de esa sesión que, sentados en la sala control de la casa productora, conversamos sobre su carrera artística, la razón de su nombre peculiar y sus composiciones.
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Radio COCOA: ¿Qué tal estos días de viajes por Ecuador?
De viajes largos pero, (estamos) contentos de estar en un país que es nuevo para mí. Vinimos con la idea de probar, a ver qué pasaba. Quería ver si había gente que conocía mis canciones. No tuvimos mucha aspiración y decidimos ofrecer un formato pequeño. Pensamos que vendrían 200 personas como mucho. Nos dimos cuenta de que estábamos equivocados cuando se agotó la primera fecha en un fin de semana. Supera por mucho todas las expectativas que teníamos.
RC: Fue algo parecido como lo que te pasó en México, ¿por qué crees que se dio?
Tiene similitudes como lo dices. Es muy difícil para mí saber cómo sucede esto cuando no has editado un disco aquí, no has venido nunca de promoción, ni ninguna radio te ha puesto. Es inexplicable, pero lo disfruto mucho.
RC: ¿Qué sonidos tiene Quito?
Yo lo relaciono con esta cultura musical andina, imagino este palo de lluvia, la música folclórica ecuatoriana y peruana. Pero también he estado investigando un poco sobre lo actual y he descubierto un poco de las bandas que hay aquí. Su escena de música alternativa es interesante. Este país tiene una personalidad musical y tengo ganas de profundizar más en ella.
RC: ¿Qué bandas has escuchado hasta ahora?
Escuchamos a La Máquina Camaleón, Paola Navarrete y Da Pawn, que vienen a tocar al Estéreo con nosotros. Me parece que tengo trabajo por escuchar más bandas y descubrir la escena de aquí.
RC: Una pregunta de cajón que de ley tus fans quieren saber: ¿por qué Sadness?
No tiene nada que ver con el significado. Es por una broma en el instituto con mis profesores y compañeros. Creyeron que yo había escrito Carlos Sadness en una de mis ilustraciones y todos me preguntaron si era mi nombre artístico. No era así, e igual empecé a usar el nombre. ¡Pero vaya! Fue algo completamente aleatorio.
RC: ¿Tu lado de ilustrador de ayuda en tu carrera musical? ¿Siempre has tenido este lado creativo?
Yo no creo en lo musical me haya ayudado especialmente, pero es muy parecido el tema de ilustrar o hacer canciones. Todo parte de un punto creativo, me interesa la idea y su desarrollo. Es con técnicas diferentes, pero el germen de la creatividad es el mismo en la ilustración y la música. El punto de partida es lo especial y lo que me interesa.
RC: Tu música tiene este lado sensible pero envuelto en estos ritmos tropicales y electrónicos, ¿como es ese proceso creativo?
Todo parte de una letra, un estribillo. Siempre trabajo a partir de la letra y luego le busco una música. Muy pocas veces viene la música antes que la letra. Así que siempre que hago una canción es porque tengo algo que contar en la cabeza, y si no tengo nada que contar puedo esperar el tiempo necesario porque se que volverá. Si algún día no vuelve, hasta ahí habremos llegado.
RC: ¿Para componer necesitas quedarte en un solo lugar? ¿O lo puedes hacer en tus viajes?
Cuando estoy de gira hago muchas cosas como la prueba de sonido o una entrevista. Es difícil encontrar ese momento para componer. Suelen venir las ideas cuando estoy trabajando en casa. Alguna vez en el hotel, justo antes de dormir, después de haber vivido muchas emociones, me viene alguna idea y la apunto, pero no tengo tiempo de súper desarrollarlo.
RC: ¿Alguna experiencia especial con los fans que recuerdes de algún concierto?
Bueno, son bastante formales los fans, nunca han hecho algo loco. Sí se han subido al escenario o han descubierto el hotel en el que me quedaba. Lo que si te puedo decir es que público en Latinoamérica es más pasional y hace cosas llamativas como ir a recibirme al aeropuerto, algo que en España es impensable.
RC: El Estéreo Picnic no es tu primer festival ¿Cómo te sientes ahora que vas? ¿Qué es lo que esperas?
Pero sí es mi primer festival en Colombia. Es un país en el que no he tocado mucho y nos emociona porque es un festival muy potente. Estamos bien situados en el cartel y tenemos un buen horario nocturno. Agradezco esa confianza por parte del Estéreo Picnic y también es el culpable de que yo este aquí. Gracias a este festival nos hemos atrevido a venir y nos hemos dado cuenta de que hay mucho por hacer aquí.
RC: ¿Para ti es importante situarse en un género en específico?
No digo que no sea importante. Depende de cada músico. Hay algunos que les gusta regirse por los cánones que tiene un género. Me parece un ejercicio interesante. En mi caso, me interesa ser libre y poder llevar la emoción de las canciones al lugar que sea. No tengo prejuicios ni quiero ser purista. No va conmigo.
RC: Hasta ahora, ¿cuál ha sido uno de los momentos más emocionantes de tu carrera?
Pues, la verdad que esta visita a Ecuador es importante. Me demuestra que las cosas sorprendentes, como lo que pasó en México, no suceden solo una vez, sino que pueden repetirse en más lugares de distintas maneras. El paso a Latinoamérica me ha hecho sentir muy afortunado, me ha dado una amplitud de vida musical. Las giras ya no acaban en las ciudades en las que he tocado en España.
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Aquel viernes, en la noche de su último concierto en Quito, Sadness cerró con «Qué Electricidad», tema que considera el más conocido de su repertorio. Luego viajó a Bogotá, donde el 7 de abril se presentó antes de la banda estadounidense Arctic Monkeys en el festival Estéreo Picnic. Seguramente, será el inicio de una estrecha relación con sus fans latinoamericanos.