¿Qué esperar del CAC en el 2022? Entrevista a Eduardo Carrera, coordinador general

por Juan Sebastián Jaramillo
El Centro de Arte Contemporáneo de Quito (CAC) se ha convertido en un epicentro de discusiones sobre arte contemporáneo y un puente entre el arte local e internacional. La programación para el 2022 lo reafirma. 

El CAC cumplió 10 años de fundación en 2021 y se posicionó como el segundo museo más visitado de la Fundación Museos de la Ciudad, solo por detrás de Yaku, museo del agua. Además de ser una institución fuerte, hoy es sumamente importante para el sector artístico de la ciudad y el país.

Los últimos dos años no fueron fáciles para nadie. Pero se puede decir que fueron aún más duros para los lugares de difusión y promoción de las expresiones culturales. A nivel estatal, los presupuestos destinados a cultura han sido drásticamente reducidos —como se puede ver en los datos del Sistema Integral de Información Cultural—, y el CAC lo sufrió de primera mano.

En este contexto de pandemia y de ajuste fiscal, Eduardo Carrera, curador, investigador y gestor cultural, recibió la coordinación general del CAC. Llegó al puesto como encargado en junio de 2020. En noviembre fue oficializado.

Eduardo Carrera. Foto: Cortesía

Asumió sus responsabilidades en lo que él llama “la peor crisis” que ha sufrido esta institución, la cual abarca un equipo de 18 personas entre mediadorxs, educadorxs, gestorxs y personal administrativo y operativo.

El año pasado, el museo no tuvo aval institucional para realizar el Premio Mariano Aguilera, ni tuvo presupuesto para la programación artística. Sin embargo, esto no detuvo al equipo del CAC, pues tuvieron que reinventarse y, por primera vez, autogestionar fondos para llevar a cabo la programación.

Cerca de $100.000 USD dólares fueron levantados para dicho propósito. Según cifras de la institución, se llevaron a cabo 17 exposiciones involucrando a más de 170 colectivos, artistas y curadorxs.

Se realizaron 12 talleres, 274 actividades educativas, 150 actividades con la comunidad, y la sala comunitaria Nueva Coccinelle cumplió un año de funcionamiento. Todo esto sumó un total de más de 30.700 usuarios beneficiados.

Ahora, con las aguas un poco más calmadas, el CAC presenta su programación para el 2022. Son 18 exhibiciones que se harán en el año, empezando por “Es fantástico” de la artista Cristina Muñoz, la cual se inauguró el pasado miércoles 9 de febrero.

También forman parte del calendario los premios gestionados y organizados por el CAC: Premio Brasil, Premio Mariano Aguilera y el fondo de producción Raíz.

Conversamos con Eduardo Carrera para que nos comente a detalle qué esperar del CAC este año y cuáles son sus puntos de vista sobre las instituciones de arte contemporáneo. A continuación la entrevista.

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Juan Sebastián Jaramillo: Cuéntanos, ¿en qué consiste la programación artística del CAC para este año?

Eduardo Carrera: Continuamos con la línea de programación del 2021 y que quizás son líneas que se han trabajado también en años anteriores. Son ejes o programas vinculados al territorio, las ecologías, al medioambiente, a la representación de la naturaleza, a la relación del humano con el no humano.

Otra línea que se marca bien fuerte es el tema de género, de disidencias sexuales, el cuerpo, el performance, la representación de la existencia humana.

Pienso que en el programa hay exposiciones que están muy vinculadas al cuidado de la naturaleza. Es un llamado de atención a los visitantes a estar más atentos a nuestra relación con lo no-humano, con los movimientos ecológicos, con los activismos.

No pienso que es un tema que está de moda, como se suele decir en el mundo del arte contemporáneo. Sino que las urgencias actuales nos llevan a muchos artistas a estar produciendo temáticas vinculadas a los activismos ecológicos. Todo esto vinculado a la fotografía, la pintura, la instalación, el video, los objetos.

Vamos a tener la exposición (y convocatoria) del Orgullo LGBTI+ en septiembre. Y en la línea de feminismos y género vamos a tener el encuentro de mujeres y arte, Abya Ayala, en octubre.

También están el resultado de las convocatorias. El Premio Brasil, Premio Raíz y el Mariano Aguilera.

Foto: Cortesía CAC

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JSJ: Hay gente que critica esta línea que tienen las instituciones del arte contemporáneo. Líneas que se podrían llamar “progres” y que tocan temas muy políticos en el fondo. ¿Qué le responderías a la gente que critica? ¿Por qué el arte contemporáneo está ligado a estos discursos?

EC: Yo pienso que el arte contemporáneo se apropia de discursos muy políticos para generar expectativa, no sé. Creo que es habitar esa contradicción. Justamente el arte tiene muy presente las estructuras del poder, que cumplen ciertos roles políticos, de los roles de las instituciones.

Pero también creo que es muy claro el ejercicio de institucionalidades que pueden ser otras. ¿Cómo transformar esas instituciones? Eso se da a través de insertar estos discursos.

Creo que a mucha gente le molesta que un museo no esté siempre mostrando un ejercicio de mostrar la mirada. Cuando vas al Museo Nacional tienes que aprender cómo es el relato nacional y cómo se construye la historia nacional, para entender y encajar relatos tuyos dentro de esa historia.

Cuando vas al CAC o a un museo de arte contemporáneo te encuentras con historias que no son tuyas y que la mayoría de gente no quiere aceptarlo. Los discursos anticoloniales, la relación con lo índigena, la relación con el cuerpo. Que te cuestionen tu sexualidad debe ser de las cosas más incómodas.

Entonces, el arte contemporáneo tiene esta cuestión de desestabilizar una realidad heteronormada que existe en el museo. Porque cuando la gente visita un museo espera una experiencia más normativa.

Y lo que hace el CAC es lo contrario, entonces creo que cuando critican es porque se encuentran con eso. Y creo que estamos haciendo bien, porque la gente está pensando en estas cosas.

Foto: Cortesía CAC

JSJ: Hablemos del Mariano Aguilera. Este premio es bianual, pero ha estado en pausa algún tiempo.

EC: La última vez que hubo el premio fue en 2018 y en 2019 fueron las últimas exposiciones. Ahora se retoma la cuarta edición del Nuevo Premio Mariano Aguilera.

JSJ: ¿En 2020 no se dio por la pandemia?

EC: Sí, pero también creo que hubo un descuido político por parte de la Alcaldía y los secretarios de Cultura de ese entonces. No les importaba el Mariano Aguilera así que no lo iban a lanzar. Requería actualizar las ordenanzas, todo un trabajo con los abogados del Alcalde.

JSJ: ¿Por qué requería actualizar ordenanzas?

EC: Porque el premio tiene un marco legal y eso es lo que le hace interesante. No es que llega un nuevo coordinador al CAC y dice ‘bueno, el Mariano Aguilar va a cambiar’, no. Para cambiarlo hay que hacer todo un trabajo con la Alcaldía, con la Secretaría de Cultura porque está establecido en una ordenanza municipal. Es un premio de la ciudad.

JSJ: Organiza el CAC pero no sale del presupuesto del CAC…

EC: Exactamente. Como es un premio nacional de Arte, debe tener un marco legal que le da esta importancia que tiene. Esto debía ser actualizado y no se actualizaba desde hace varios años. Se tenían que actualizar documentos, reescribir algunas cosas, modificar las bases, etc. Ahora ya está actualizado.

JSJ: Para quienes no conocen, ¿por qué dirías que es importante el Premio Mariano Aguilera y cuáles son los plazos?

EC: La convocatoria cierra en mayo. Es un premio que tiene más de 100 años y por él han pasado los artistas más referentes, como Camilo Egas y Marcelo Aguirre, por decir algunos. Yo pensaría que como artistas es una parte de las profesionalizaciones y de entender el campo del arte.

Es un premio que no se da solo a la producción de arte, sino también al trabajo editorial, a metodologías de educación artística, tiene un premio a publicaciones, a investigación, a curaduría, a la trayectoria. Entonces, es un premio que no se centra solo en la producción, sino que te deja ver el abanico de las prácticas artísticas.

Foto: Cortesía CAC

El premio a la trayectoria te deja poner en escena la trayectoria de un artista que tiene más de 20 años en escena y eso es reconocer la historia del arte local. Y más que un reconocimiento, te permite exhibir todo el trabajo que artistas han hecho, y que una institución pueda ofrecer una exposición antológica de eso y poner un programa educativo, acompañar con visitas de colegios, etc., es importante.

Posibilitar que la gente conozca la historia del arte local lo hace uno de los premios más interesantes. 

Hay todo un acervo que se ha construido, porque una de las obras del premio a la trayectoria entra a la colección. Ya son más de 70 obras de un acervo de arte moderno y contemporáneo, que probablemente es uno de los más importantes del país. 

JSJ: Cuéntanos sobre Raíz. Ya hubo una muestra con ese nombre en 2021.

EC: Es un fondo que se gestiona a través de la exposición. Cuando nos dan el fondo al CAC, nos indican que una parte va para la exposición y otra es para hacer una convocatoria para un artista local, vinculado a la línea de la exposición.

Curatorialmente yo pienso que es un ejercicio de prolongar la exposición. Presentas una muestra y le das el chance a artistas locales de, a través de esa muestra, proponer algo que puede ser parte de la muestra o tome los statements curatoriales para producir obra.

Me interesa porque es una convocatoria a discursos anticoloniales. Y el museo al mismo tiempo es super colonial (por su estructura, arquitectura, es un edificio patrimonial) y proponer estas convocatorias creo que es habitar la contradicción.

Foto: Cortesía CAC

JSJ: Y en cuanto al premio Brasil, cuéntanos sus particularidades y por qué es importante.

EC: Es un premio financiado por la Embajada de Brasil en Ecuador y Produbanco. El premio existe desde 2013, se lo realiza bianualmente y esta ya es la quinta edición. El último se inauguró en 2019, pero como se cerró el museo al inicio de la pandemia, se prolongó la muestra por casi todo el 2020.

En su principio el premio incluía únicamente el viaje a una residencia en Lastro, Río de Janeiro. Adrián Balseca fue el primer ganador. El premio te ofrece esta oportunidad de hacer una residencia en Brasil, que es una de las escenas más importantes del arte contemporáneo latinoamericano.

Ahora lo hacemos con Pivô, que es un programa de residencias y exposiciones ubicado en el edificio Niemeyer, que es uno de los edificios más emblemáticos de São Paulo. Entonces, es estar en uno de los lugares más importantes del arte con artistas contemporáneos y sus estudios.

David Cevallos, el último ganador, viaja en mayo. Y va con todos los gastos pagados: el pasaje, la residencia, la estadía, los viáticos. Tienes el asesoramiento de curadores brasileños, todo un diálogo con la escena de São Paulo que es una de las más ricas. Te da el chance de conocer galeristas, curadores, otros artistas.

Es un premio que apuesta por la formación y la difusión de los artistas de acá.

Ahora también hay el Premio Adquisición que es un premio que se ha mantenido. Consiste en una obra que adquiere la Embajada de Brasil. Esta va a ser la cuarta obra que va a adquirir y es una adquisición de $3000 USD.

Esto busca fomentar el coleccionismo y que la embajada tenga su acervo con artistas contemporáneos emergentes es algo interesante, porque es la única institución que está haciendo este ejercicio. Ni siquiera el CAC lo hace.

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Otro evento destacado del año es Over Ground Resistance, una exposición colectiva curada por el austriaco Oliver Ressler y que profundiza en la justicia climática, co-gestionada entre el CAC y el colectivo A4C. También habrá una exposición de la artista cubana Tania Bruguera, la cual es financiada por la Universidad de Pensilvania y la Fundación Andrew W. Mellon.

Si deseas enterarte de la agenda del CAC, puedes visitar su sitio web, o seguirlos en Instagram, Facebook y Twitter. El ingreso es gratuito y está abierto de miércoles a domingo, de 10:00 a 17:30.

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