Peter Goodend en la cabina

Foto: Luciana Musello

P. Bonfim, músico de 18 años y estudiante de literatura en el Guayas, ha incluido un anexo de nuevas palabras al diccionario musical:

Lo-fi:  género musical redefinido como “no porque no sea perfecto, significa que no sea perfecto”.
Petergoodeneo: 1. acción y efecto de petergoodenizar. 2. baile descoordinado.

El anexo concluye con el siguiente ejemplo ilustrativo: «Un domingo lluvioso, P. Bonfim llega a la cabina de Radio COCOA para hacer una demostración del petergoodeneo». Peter Goodend, como proyecto, aparece a cuando él tenía 14 años como una reversión de P. Bonfim y una simplificación de Peter Great-ending. Su personalidad aparece a los 15. Los problemas entre ambos egos se dan poco después. “Pero ahora ya estamos bien”, dice P. refiriéndose a su relación con “el man”.

El primer disco de Peter Goodend se libera digitalmente en octubre del 2014 y se titula Quisiera verlos bailar con esto –aunque Peter es un tipo más bien rígido al bailar-. El álbum contiene 12 temas que narran los caprichos, romances, las visiones y la muerte de Peter. En la última canción, Peter Goodend muere asesinado por P. Bonfim. Es una tragedia, con alusiones al coro griego y todo. El disco se convierte en un homenaje entre violento y tierno: es el gesto de integrar literatura y música, de cargar cada palabra y cada sonoridad con significado; de remitirse al teatro antes que al concierto.

Foto: Luciana Musello

En la cabina, durante la demostración del petergoodeneo, P. tocó dos canciones que estuvieron cerca de entrar al disco y habrían correspondido a los romances de Goodend: «El loco de la lluvia (o canción clichè)» y «Café con María (una canción que escribí con Bob Dylan)». Ambos temas tienen su canción hermana o canción sustituta en el disco: «La Metamorfosis sin Kafka» y «Anacrusa», respectivamente. Aún cuando estas canciones no fueron parte de la selección final, conservan rasgos propios de Peter Goodend, es decir algunos tartamudeos y obsesiones.

«Me encantaría bailar contigo, María», confiesa Peter en «Café con María», recordando el viejo complejo de moverse rítmicamente que titula su álbum. «Gaviota dime tú si me veo-o-igual-igual que ayer, o-gaviota si apenas tú me ves, apenas me ve-e-e-e-e», canta Goodend despidiéndose de la última «s», jugando con la pronunciación que es en sí misma, música.

La obra de Peter es un manifiesto lo-fi: una réplica a las excusas de los músicos que no tocan porque no tienen “tal o cual pedal”. Es la consecuencia de quedarse a supletorio de química por andar buscando formas de grabar las canciones en la libertad de su casa, pero sin las facilidades de un estudio. P. explica que  sus canciones están están grabadas con un cable auxiliar, conectado al puerto del micrófono de la compu y directamente a la guitarra. Para Peter, basta con que la música suene como él, que sea pensable, que tenga textura y que sea de verdad: «en serio pasó, o en serio me inventé», refiriéndose a sus historias.

Así, el petergoodeneo en la cabina de Radio COCOA, en Guayas, en el teatro, en Soundcloud, en la montaña, en todas partes, se caracteriza por la belleza de la primera toma, por el ruido, la pronunciación desacertada e incluso, por el desafinado de Tom Jobim: Peter es mitad brasilero.

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