El artista plástico quiteño Chalo Zurita realizó una exhibición individual llamada “Of rain as mythology” en Japón. La exhibición contó con la colaboración del músico-productor Entrañas (Daniel Gachet) y el artista plástico David Kattán.
Todo nació de un deseo primario. De querer conocer la cultura japonesa, de admirar lo pop y el anime japonés. Hoy, el artista plástico quiteño Chalo Zurita está de regreso de Yokohama (Japón), donde fue parte de una residencia artística que reúne a creativos de todo el mundo y donde exhibió su obra.
Chalo Zurita realizó una exhibición individual llamada Of rain as mythology, la cual contó con la colaboración del músico-productor Entrañas (Daniel Gachet) y el artista plástico David Kattán, también ecuatorianos. Tuvimos la oportunidad de conversar con Chalo para conocer su experiencia en Japón, su exposición artística y sus obras.
El lugar y espacio de creación
Koganecho Artist In Residence es el programa del cual forma parte el artista desde mayo de este año, un proyecto social realizado para beneficiar a la comunidad artística. Koganecho es el barrio japonés en donde residen lxs artistas, cada unx en su propio espacio de vivienda y creación dentro de un edificio.
Zurita cuenta que el barrio ha sufrido una transformación positiva. Pasó de ser un barrio en donde durante catorce años abundaba la trata de personas, el tráfico de drogas y la prostitución no controlada, a ser un barrio donde hoy se gestan proyectos culturales.
De todas formas, Chalo reflexiona que ahora problemas similares se han trasladado a otra parte, sencillamente al otro lado del río de donde se ubica Koganecho. Esto invita a repensar el origen de estas preocupantes temáticas y las maneras efectivas de generar una transformación expansiva.
Sobre la residencia, Chalo comenta que lo que más le ha llamado la atención y enriquecido es la interacción que sucede en el espacio. Las dinámicas de relación son diversas y heterogéneas, confluyen cosmovisiones, culturas y distintas edades.
“Mientras trabajas en los espacios compartidos, trabajas tranquilamente con gente de sesenta años como con gente de veinte años”, dice.
Estos espacios constituyen talleres de madera, de metal y otras disciplinas para desarrollar obras artísticas. Allí, encuentran los materiales básicos e incluso la residencia cuenta con diferentes galerías de exhibición.
El cuestionamiento y la mitología como marco teórico.
Desde su llegada a la residencia, Chalo ha realizado dos exposiciones colectivas y su exposición individual Of rain as Mythology, la cual reúne en total siete piezas: tres dibujos, una escultura en madera, una instalación/escultura expandida o pintura expandida, una instalación de video y una obra sonora.
El tema central de la exposición es la mitología o la religión como medio para “volver tangible la relación con lo desconocido”. El artista comenta que este proceso inició al darse cuenta de su relación con las nubes y realizar el ejercicio de observarlas e imaginar “todo menos nubes”.
Era la posibilidad de que, al no tener forma, el ser humano/observador le adjudicara una forma, un significado. Y es lo mismo que sucede con la religión y la mitología: a través de una narrativa y su lectura se moldea a lo desconocido, a lo inexplicable, a lo incierto.
“Muchos de los procesos que hago son ejercer relaciones analógicas hacia una idea de creación. Lo que espero no es generar la idea de respuestas. Dentro del proceso me interesa generar una forma tangible de cuestionamientos que tengo. La obra es una relación de poner en duda o en cuestión ciertas preguntas o narrativas y no una declaración”, manifiesta.
La exhibición
La primera pieza de la exhibición se llama “Primer ejercicio para el Edén” y comprende el proceso que determina la existencia de una narrativa o ficción. Lo interesante es que el artista llevó a cabo este mismo proceso antes y durante la creación de la obra de manera personal y artística. La instalación final vivió ese proceso y no llegó al espacio siendo totalmente constituida; al contrario, fue adquiriendo forma e interviniendo el espacio, como intervinieron en ella el movimiento de las personas.
La segunda pieza de la muestra es un dibujo a lápiz, nombrada “Sobre la creación del fuego, alegorías #1”. Representa la relación entre una iconografía y la creación mitológica. La obra surgió de la idea de una visión posible que nace de la contemplación de las nubes e incluso se compone de elementos como la nube, el viento o el fuego.
Además, se relaciona con la cultura pop, en el sentido de que hay ciertos productos culturales que pasan de ser meramente eso a convertirse en una estructura mitológica; o de ser referencia de una sola cultura a representar globalmente a la sociedad.
“Sobre la creación del fuego, alegorías #1” Foto: Cortesía Chalo Zurita
La siguiente pieza, situada intencionalmente en el centro de la exhibición, de manera que la atención no se enfoque en determinadas obras y pueda existir un flujo de la visión y la persona, se llama “Ensayos sobre el Génesis”. Es una instalación de diferentes piezas de madera y cera que a través del goteo adquirieron su forma final. Al artista le tomó alrededor de quince horas realizar las piezas de cera.
“Ensayos sobre el Génesis”. Foto: Cortesía
“Lo que estuve pensando respecto a la escultura es una relación de juego, donde entra otra línea con la mitología sobre muchas culturas o religiones en las que se cree que la vida se dio a partir de un juego de los dioses. Y bajo esta idea, me puse a pensar en la posibilidad estructural de que exista un juego, un azar en la construcción del todo”, explica.
Como cuarta obra está “Devenir de la teoría en visión”, un dibujo a lápiz que utiliza como técnica de difuminado al cotonete para dar la textura deseada. Este dibujo de aparentes nubes es en realidad algo más: otros cuerpos visibles que se mezclan con la nubosidad. Esta es la obra que más claramente demuestra el ejercicio de mirar las nubes para ver y nombrar otra cosa.
«Devenir de la teoría en visión». Foto: Cortesía
En sus palabras es “una entidad tan grande, tan insondable y fuera de límites, y nosotros somos unas entidades tan limitadas por la piel y el tiempo” que frente a eso buscamos explicaciones o consuelos a través de la mitología o religión.
En el segundo piso se encuentra la siguiente obra, una videoinstalación que cuenta con la colaboración de David Kattan, artista visual ecuatoriano, a cargo del video. El resto de la instalación es la creación de una pequeña tumba Kofun, tradicional japonesa.
«Relación análoga: Sobre la anatomía del tiempo». Foto: Cortesía
Como explica Chalo, la tumba Kofun ha sido concebida como un espacio que contiene cuerpos del pasado y que por ende contienen la construcción del tiempo o la temporalidad.
“Me interesaban los patrones que se manejan dentro del cerebro que son bastante similares a los de la madera. Y me interesaba cómo el tiempo se puede ver en la estructura del patrón de la madera, así como el tiempo se puede ver dentro de la estructura cerebral al momento que se hace una tomografía de una persona de mayor edad que una de menor edad”.
Como pieza final está un dibujo como ejercicio de geometría, hecho con dibujo automático, es decir, no hubo planificación y la mano avanzaba antes que el pensamiento, pero sin anularse el uno al otro. Previamente, se establecieron algunos parámetros conceptuales y físicos como la idea de equinoccio, temporalidad, sol, luna y algunos puntos físicos de cruce.
Por último, toda la muestra contó con la ambientación sonora de una composición de veinte minutos de la mano del músico y productor ecuatoriano Entrañas (Daniel Gachet), quien se ha desarrollado en la escena musical del Ambient y el Noise.
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Después de tres meses de una experiencia única y de dejar marcas imborrables con su arte en Yokohama, Chalo Zurita regresa al país con vistas a volver a Japón y exponer más de su obra en galerías posicionadas de Tokyo.
Definitivamente, el mudar de una cultura a otra, tan distinta como la japonesa, es inspiración y catalizador de ideas, cuestionamientos, temores y creaciones que invitan a disfrutar de los procesos, de la incertidumbre e inestabilidad de las estructuras tanto físicas como sociales en las que podemos habitar.
Deja de tratarse de lo que uno conoce y se vuelca a lo desconocido, e incluso, lo inexistente en el presente. Por ahí, al habitar algo completamente nuevo nacen los cuestionamientos, pero también las transformaciones, y con seguridad, las formas de contención. Pleno reflejo de la obra de Chalo Zurita sobre incertidumbre, libertad, juego y calma, durante, antes y después de la ejecución de sí misma.
