Entrevista: Maripaz Murillo
Nicolás Pucciarelli tiene un DNI que nos dice que es sudaca, no de la parte donde se baila salsa y se bebe cerveza bajo el sol, pero sí de donde se escucha rock en español acompañado con un Fernet. Sin embargo, Estocolmo le dio un nombre en la industria del high fashion, de ahí que algunos piensen que es producto de la Unión Europea y no de Sudamérica.
En esta profesión, donde la cámara y el pasaporte hacen que el nombre rote alrededor de la red y del mundo de papel, nos encontramos con el trabajo de Nicolás. Impulsado por la criogenización de momentos que nos recuerdan que las heroínas existen y que la cuota exacta de maquillaje crea arte, nos juntamos en un skype chat para saber que nos espera en el SEMINARIO DE FOTOGRAFIA DE MODA que dictará en Quito, el 16, 17 y 18 de mayo.
¿Cómo llegó la fotografía a tu vida?
A los 13 años me compré una cámara y empecé a estudiar por mi cuenta. Había un sindicato de cine y de ahí saqué unas fotocopias que contaban los principios de la fotografía.
¿Y los videos…? Porque en tu website tienes cosas para el Stockholm Fashion Week y MTV…
Estudie dirección de cine y todo el mundo me decía que lo que sacaba era “muy fashion”. En el cine se le da mucha prioridad a lo narrativo. Lo mío era muy estético. No era el prototipo del alumno de una academia así.
Entonces, ¿qué te hizo entrar a la escuela de cine?
Las actrices del cine clásico. Ese magnetismo que tenían me encanta. Mi fantasía siempre fue ver el backstage y las luces. No tanto un libro o la pintura, fue el cine lo que me impulsó a querer vincular el video y la fotografía de moda.
¿Por qué la moda y no el fotoperiodismo?
Desde muy chiquito recuerdo que llegué a cambiar mis juguetes por revistas de moda. El mundo de la ropa me llamó mucho la atención desde siempre. Además, me gusta crear momentos donde las miradas se inquieten al observar algo que es estéticamente cálido sin perder fuerza.
¿Cuándo pasó de un hobby a una profesión?
Es todo una casualidad. Yo estudiaba cine y un compañero que era sueco se interesó en mis fotografías muy anárquicas y con un lenguaje estético muy punk. Él se las envió a un amigo suyo que tenía una revista en Estocolmo y ellos las comenzaron a publicar. Yo en ese momento tenía la cabeza en el cine pero para divertirme sacaba fotos.
¿Cuál fue tu romance con Suecia?
Viajé a Estocolmo para rodar un documental sobre un hospital; pero para cobrar tenía que crear una empresa, así fundé SOUVENIR FILM. Luego con el equipo y los clientes se comenzaron a dar muchas conexiones y mi portafolio se cotizó. Comencé hacer fotos para revistas como ELLE MAGAZINE y COSMOPOLITAN, y un día después de ver mi trabajo me llamaron para hacer la campaña de H&M. Entre todo eso pasaron siete años donde reafirme que lo mío es la fotografía de moda.
Si ya tienes la cámara y el portafolio, ¿cómo se consigue los clientes en una industria tan competitiva?
Te tengo que confesar que las pocas veces que toque una puerta no funcionó, pero lo mejor es que te llamen cuando ven tu trabajo. A los fotógrafos se los llama porque tienen un portafolio diferenciador y buena actitud para trabajar en equipo. No siempre te contratan únicamente por como iluminas sino por el aspecto humano, porque vos tenés que saber trabajar de forma grata con modelos, maquilladores, estilistas y productores.
¿Qué opinas de tener un estilo propio en este medio?
A veces veo que los fotógrafos tratan de abarcar muchos estilos pero es bueno encarar un perfil. Los clientes te buscan porque ven tu trabajo, porque saben que vos sos el mejor en cierta área.
¿Qué prefieres los editoriales o campañas de publicidad?
Lo que tiene de bueno lo editorial es que podés llevar más la historia a lo fantástico. Cuando hacés cosas con una marca el reto es decir todo en pocas imágenes. Por ejemplo en una ruta vos ves un cartel enorme y la persona tiene un segundo para recibir algo y vos tenés que ser capaz de que el espectador entienda que tipo de ropa se vende y que tendencia se propone.
¿Estudio o locación?
Estas en estudio después de 10 horas y te querés matar, pero siempre depende. Es más fácil controlar todo en un estudio que en exteriores.
¿Cuál es tu firma?
Me gusta mezclar imágenes artísticas con algo que puedo ver en un diario. No me gusta la monotonía.
¿Qué llevas en tu maleta de viaje?
Te digo la verdad, con mi iphone saco fotos. Me resulta tedioso llevar el equipo cuando salgo de vacaciones pero puedo sacar fotos ingeniosas en situaciones espontáneas. Ahora tengo Instagram -con mi nombre- pero no tiene muchas fotos.
Si uno se toma un coctel hay un efecto en el cuerpo. ¿Qué bebida produce la misma reacción que ver tu trabajo?
El champagne. Me siento como un fotógrafo concreto. Pero soy adicto al clic y a sentir el ruido de la cámara. A vivir una fiesta . Me gusta que tenga vida lo que hago, que sea efervescente. No voy con ideas fijas pero capto ese momento lo que sucede, tratando de que sea estimulante sin dejarte un sabor que intoxique, sino que te haga vibrar.
Este salió para la revista PARA TI. Comencé a trabajar con luz natural en interiores. Mucha gente le tiene miedo a eso porque les resulta caótico. Es un tipo de luz muy parecida a la de los cuadros de Vermeer. Como la producción era de cuero me pareció que estaba muy bueno entrar con poses teatrales. Fue una sesión de 3 horas de maquillaje y una hora y media de fotografías. Se hicieron12 cambios de prendas muy rápido porque hubo una buena conexión con la modelos.
*Algo de la música que suena en la cabeza de Nicolás: Hate to Say I Told you So – The Hives / Suit and tie – Justin Timberlake / La Ritournelle – Sebastien Tellier / Use me up – Mick Jagger & Lenny Kravit / Miami 2 Ibiza – Swedish House Mafia
Seminario de fotografía de moda con Nicolas Pucciarelli: Quito 16-17-18
Más información: mikrocosmos.colectivo@gmail.com