Nicolá Cruz

por Bernarda Troccoli

Nicolá Cruz

Nicolá Cruz es un creador de paisajes sonoros. Antes de proponer un sonido, hay una imagen que se instala en su cabeza. Esos colores, dimensiones, formas y sensaciones son los recursos que motivan la música que él presenta.

Es un selector musical, así se define. Dentro de su oficio, se pueden distinguir dos claras facetas que asume con total empoderamiento. Por un lado, rinde homenaje al diseño tecnológico del sonido, un arte al que dedicó sus estudios universitarios. Por otra parte, crea sonidos orgánicos, tribales y ancestrales que se relacionan a referentes culturales locales.

Su exploración musical empezó cuando tenía doce años, con una batería. Cuenta que su primera banda se llamó Valium y hacía covers de Megadeth. Su acercamiento a la música se profundizó en el conservatorio, donde recibió clases durante dos años. Cuando llegó el momento de ir a la universidad, optó por  Ingeniería de Sonido, una carrera naciente en ese entonces, que le permitiría combinar su interés por la física y la acústica. Luego estudió producción musical. Gran parte de su formación académica la realizó en México, donde empezó a hacer música electrónica en el 2007.

En ese momento, el techno fue lo que más llamó su atención. Descubrió que con él podía recrear espacios a través de los sonidos. Con esa premisa, regresó a Ecuador y emprendió su proyecto musical Tambourine Man. En el 2009, ya presentaba música bajo su propio nombre. Nicolá empezó a componer y trabajar con texturas más orgánicas y destinó tiempo a la grabación de ambientes. Así, su experimentación lo llevó a registrar sonidos naturales -como el de lluvia- e industriales como los que se generan dentro de grandes fábricas. Sus creaciones empezaron a construirse con tiempos musicales más lentos. «Dejé que la música respire un poco más».

Nicolá Cruz Radio COCOA

A través de esa nueva dinámica de producción, creó un tema junto al saxofonista Gabriel Marcel. La canción fue totalmente distinta a lo que había hecho antes. Esa misma noche, la envió a la productora Clown & Sunset de Nicolas Jaar. Rápidamente, recibió una respuesta positiva en la que le manifestaban su interés y pedían que les enviara más música. En una semana, Nicolá compuso «La Mirada», una canción que contó con la colaboración de Teodoro Monsalve. Una vez que la productora la recibió, Nicolá estuvo invitado a Nueva York y Los Ángeles, donde pudo presentar su propuesta.

La música de Nicolá Cruz se siente andina. «Esa influencia siempre ha estado en mí. Además, los instrumentos son grabados, no todas son secuencias hechas en la compu. Eso le da ese color de acá». Otros de los referentes que se incorporan a su producción son la música del Pacífico ecuatoriano y colombiano, la música del Atlántico colombiano, la cumbia, la salsa, los sonidos latinos y el son.

Misticismo y psicodelia son dos palabras que se anclan a las creaciones de Nicolá Cruz. Ellas hacen alusión al sentido ritual, ancestral y mántrico que el músico imprime en cada canción. Para él, es esencial que sus temas tengan siempre un toque intrigante y que se perciba una especie de niebla en cada canción.

Playlist:

1.- Tan Simple
2.- Say it out loud
3.- Unknown
4.- Sanación
5.- Glándulas
6.- Calchaqui

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1 comentario

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