Tuvimos la chance de escuchar unos días antes el último single de TayosTayosTayos, “El cráneo de Santa Isabel”, y nos adelantamos con el review. Cachen el tema al final de esta nota.
El más reciente lanzamiento de la banda guayaquileña se estrena hoy y es es algo así como una nueva señal de la mutación que está atravesando TTT. “El cráneo de Santa Isabel” es una canción que ya habíamos escuchado antes. Salió como parte de una sesión en vivo para Sonambula Tv en el 2017 . Ahora TTT saca una reversión del mismo tema que muestra una clara evolución de su estilo musical y conceptual, un cambio de piel.
Por el lado estético, vemos que ahora TTT intenta una propuesta más apegada al cyberpunk futurista tipo Blade Runner, a diferencia de ese gótico vampiresco tipo Castlevania con el que solían presentarse. Parece que la banda abrió las posibilidades de explorar el goth más allá del tiempo y el espacio.
Para lograr esta nueva estética la canción viene acompañada de una gráfica metálica y algo simbiótica y reptiliana. Aldo, guitarrista principal, junto Sabi, vocalista y guitarrista, continúan con su performance dual, sólo que con un estilo que recuerda bastante a los replicantes de la película de Ridley Scott. Lograron esa estética, por un lado, gracias a un maquillaje que les da una apariencia más futurista, y por otro, por los atuendos algo extravagantes de la marca independiente Barreto y el craftwork de accesorios brillosos de Bluebanana.
La nueva canción es una evolución respecto a su predecesora. Sucedió algo parecido a lo que le pasó en “Conglomo” I y II. Así como su apariencia también cambió su propuesta, parece que “El cráneo…” tiene un sonido mucho más sintético. Las baterías han evolucionado a unos ritmos con una marcada diferencia electrónica y digital. El cambio también se ha logrado gracias a que en el año pasado la banda se había puesto en marcha para trabajar con el productor Daniel Pasquel en La Increíble Sociedad de Quito.
La base de la banda está ahí todavía. La voz poética y letras cifradas de Sabi hacen el complemento perfecto a la guitarra principal de Aldo. Los bajos se siguen sosteniendo firmemente por sí solos y ahora, gracias a que no hace mucho sumaron una tecladista, se pudo darle más cuerpo a la canción con sintetizadores. Otro factor importante es que se grabó con la colaboración de Carlos Pabón, baterista de Boris Vian y varios proyectos más.
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También tienen la anécdota de que durante el proceso de algunos viajes entre Quito y Guayaquil pudieron ver el crecimiento de Ñawi, una perrita adoptada que ya forma parte indiscutible del equipo de grabación. Y, así mismo, al nuevo lanzamiento lo acompaña un lyric video realizado por Gaby Moncayo (@bagiconmayo), con un estilo, en palabras de ellos, “kawaii darks”.
Con este cambio de piel la banda ha logrado expandir su sonido y convertir sus canciones en ambientaciones gigantes y cinematográficas. Todos estos factores hacen que el tema se sienta algo así como un ritual en el que podemos sumergirnos y dejarnos llevar.
Lo que está claro es que todavía logran proyectar esa apariencia de culto mediante música y performance. TTT siempre ha sido una banda muy preocupada de tener una conceptualización auténtica y nuevamente lo han demuestran. El ñengoth continúa para largo y este es sólo un pequeño adelanto.