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Editorial: Mother of the Unborn

By Los Detectives Fantasmas

June 05, 2015

*Por Saraisabel Tillería

“I feel I’m chasing him, but I still can’t catch him” – Hanan, Mother of the Unborn

“Pero cuando uno está desesperado, cuando se ha llegado al límite, como nosotros, entonces las soluciones más simples, como las velas, los inciensos y cualquier consejo de revista, parecen opciones razonables” – En la Estepa, Samantha Schweblin

Mother of the Unborn es una mirada a la vida de Hanan, una mujer infértil en el Egipto rural del sur, en un sector comúnmente llamado tierra olvidada. La directora, Nadine Salib, de origen egipcio,2 muestra imágenes y espacios recurrentes como desiertos, cementerios y lugares silenciosos, como una metáfora de la infertilidad, la ansiedad  y la tristeza de Hanan. Vemos cómo ser madre es un pilar identitario del “deber ser” femenino: a las mujeres no se les conoce por sus nombres dados, sino por el nombre de sus hijos primogénitos: Madre de tal(…). La maternidad otorga identidad y estatus a las mujeres en esta región.

Sin lugar a dudas, las creencias y los rituales lideran y guían muchos aspectos de nuestras vidas. A la vez, es notable cómo la maternidad para las mujeres en este pueblo de Egipto, lejos de las grandes ciudades, es una característica indisociable del ser femenino. Al no poseer este rasgo, la mujer infértil puede ser sujeta al ostracismo, puede ser considerada como amuleto de mala suerte para otras mujeres, y ellas mismas buscan la maternidad para sentirse funcionales. ¿Quién es Hanan si no puede ser madre? Al no cumplir con la expectativa de su rol de género, Hanan es una extranjera en su propia tierra, vive en constante angustia y busca la fertilidad sobre todas las cosas. Hanan no encuentra sentido a la vida.

Lila Abu-Lughod,antropóloga de origen palestino-judío, en su texto “Tale of Two Pregnancies” explica su experiencia como mujer que busca ser madre en Occidente y la compara con la experiencia de maternidad de las mujeres del desierto occidental de Egipto. Su embarazo, en sus propias palabras, fue un logro estadounidense del capitalismo tardío: fue asistida por los últimos avances de tecnología reproductiva, análisis hormonales, producción de óvulos con ayuda de ultrasonido. La diferencia es notable, las mujeres en Egipto durante su embarazo trabajan arduamente: cargan objetos pesados, se dedican a sus otros hijos, a lavar la ropa y al trabajo doméstico sin cese. Este contraste de paisajes nos permite entender que la maternidad, la infertilidad/fertilidad se entiende y se vive de formas diversas. Son experiencias no-universales. El embarazo, como proceso biológico en el cuerpo femenino puede ser un rasgo igualitario entre las mujeres: lo que sucede dentro del cuerpo durante este proceso es igual; la forma de vivirlo, diferente.

Abu-Lughod explica rituales de fertilidad en Egipto, como los que vimos en el documental. La función de estos rituales es deshacer el “bloqueo” que tienen las mujeres para quedar embarazadas. Por ejemplo, pisar una serpiente para «pasar el susto”, ir  al cementerio, hablar con personas que vienen de un funeral, rodar varias veces en el suelo.

Estos performances (¿qué es el ritual sino un performance?) y creencias son tan importantes para las  mujeres en Egipto como la creencia de una inseminación artificial para una mujer en Occidente. Mi punto aquí es que las creencias y los rituales no-occidentales son infravalorados, en dónde lo secular y lo “racional”pareciera tener más valor e importancia. Habría que sacar a la luz muchos ritualesque existen alrededor de la maternidad/fertilidad dentro de nuestros propios contextos. La realidad es que las diferentes religiones/creencias/caminos espirituales inciden en nuestra vida y el error está en subestimar su impacto e influencia. Con esto quiero decir que, al contrario, estamos en un punto en la historia en el cual, identidades religiosas y espirituales toman fuerza y éstas sin duda lideran las acciones y las vidas de muchas personas, pueblos y grupos sociales.

*Colaboradora invitada de Radio COCOA

 

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