M de MOTOMAMI, pero E de Excelencia también

por Gustavo Iturralde V.
Rosalía presentó su nuevo y esperado álbum el 18 de marzo y desde entonces, las audiencias no han parado de apreciar y analizar la obra. Nos guste o no, Rosalía ha venido desafiando estándares con su propuesta y Motomami no es la excepción.

La profesión del artista posee una naturaleza compleja. Desde cierto punto de vista se basa en la expresión más pura de la subjetividad humana, ya que es imposible replicar exactamente el producto creativo de otra persona. Al mismo tiempo, la mente humana necesita algún material base, referencial, que permita la construcción de una propuesta creativa comprensible al espectador. 

Esta reflexión estética es similar a lo que ocurre en un álbum como Motomami. Desde la primera escucha la obra propone ideas profundas y ricas, con un toque único del pop de origen español auténtico a su creadora: Rosalía.

Este es probablemente uno de los proyectos más esperados del 2022. Después de tres años del estreno de su galardonado El Mal Querer, la fama inundó la vida de la artista. 

En España, su país natal, la reinterpretación del flamenco no era algo nuevo, pero Rosalía lo hizo de una manera verdadera, única y fresca. El Mal Querer, está lleno de referencias y uso del pop, trap y dubstep, además de una narrativa que conglomera a la obra de manera magistral.

Es notable su conocimiento profundo de la producción musical, acompañado por una voz delicada pero poderosa, una combinación increíble.

Desde entonces, el mundo conoció a Rosalía, y muchas personas no han parado de escucharla. Mientras que otros han criticado con fuerza su trabajo, tachándolo de superficial y básicamente un pastiche sin una profundidad que atribuirle.

Después de El Mal Querer, ¿qué?

La tensión generó cierta ansiedad de ambos lados después del éxito inescapable que hizo a Rosalía parte del mainstream y que llegó a cuestionar: ¿Cómo va a generar una secuela al proyecto que la puso en el mapa? ¿Se mantendrá el pastiche referencial al flamenco? Y lo más importante: ¿Qué es lo que viene después de El Mal Querer?

El pasado 18 de marzo estas incógnitas fueron respondidas. El álbum tiene 16 canciones en las que Rosalía nos abre las puertas a una figura idílica que se puede apreciar desde su portada: la Motomami. Un personaje a quien los sencillos junto a respectivos videos solidifican como una persona llena de confianza, que continúa siendo humilde.

Se lee desde la construcción del término, que yuxtapone la imagen metálica de una motocicleta, veloz y fuerte, con la calidez y vulnerabilidad del diminutivo ‘mami’.

Otro tema tocado de manera indirecta es la identidad y los cambios de prioridades que ocurren en su vida, balanceando entre su fe religiosa, familia y dinero, y generando conflictos fuertes que se sienten orgánicos. También, invita al oyente a empoderarse de sus dudas, logros y feminidad sin importar el género, ya que se ha resaltado que todxs pueden ser Motomamis.

El Breakdown:

Motomami posee un posicionamiento de los tracks que expresa a Rosalía en sus momentos de grandeza y gran vulnerabilidad. Sigue una secuencia de alternancia, donde una canción muestra el lado bravo y de apariencia, para ser complementada por una canción reflexiva y en algunas ocasiones, más calma.

SAOKO

Esta es una canción que definitivamente será de las más recordadas de este álbum, empezando por su carácter referencial a Saoco de Daddy Yankee. Este es uno de los clásicos más aclamados del artista puertorriqueño y es parte de lo que la sociedad ha categorizado nostálgicamente como reggaeton viejo.

Ambos conceptos son algo que se consideran en la mitología del lado energético de Motomami. La letra describe diferentes tipos de transformación y es claramente una introducción hacia la nueva era de la artista. En sus propias palabras: “Yo soy muy mía, yo me transformo”. Rítmicamente es pesada y poderosa, generando un contraste rico con la tonalidad delicada y enunciación.

CANDY

Desde los primeros segundos, Candy menciona a la canción homónima de Plan B para capturar la atmósfera de un encuentro pasado. La letra cuenta una situación amorosa compleja donde se recuerda nostálgicamente a un amante que sigue enamorado, pero este sentimiento no es recíproco por Rosalía. La tragedia narrativa es acompañada por un ritmo de menor velocidad a SAOKO, junto a sintetizadores reverberados que dan una suerte de distancia, tanto sentimental como física entre los amantes.

LA FAMA

En una de los pocos collabs del álbum, TheWeeknd decide cruzar la barrera lingüística y cantar una bachata en español. Es complejo retirar este sesgo para poder apreciar la pieza. En anteriores ocasiones, como el remix de Hawaii de Maluma, el esfuerzo de TheWeeknd por comunicarse y sonar perfectamente en el idioma se resalta más que la música en el producto final. En consecuencia, las primeras veces que se escucha LA FAMA se debe poner una intención de percibir más allá y apreciar la verdadera profundidad, lo cual se vuelve más fácil con la repetición. Así se puede analizar el sampling, secuencia increíble de bajos y una letra que reflexiona sobre los costos verdaderos de la fama.

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BULERÍA

En este viaje de vuelta a las raíces de Rosalía es impresionante cómo el cambio de tono a las bases flamencas genera un espacio diferente. En su corta duración, 2 minutos y 30 segundos, esta pieza cuenta sobre otro aspecto de la fama que ella enfrenta: la constante crítica. Pero como era de esperarse, muestra la confianza de la Motomami al asegurar que es igual de “cantaora y flamenca”, aunque vista Versace. Una consolidación de sus identidades y acercamiento a lo urbano en su expresión más clara.

CHICKEN TERIYAKI

Otro de los sencillos con un sonido definitivamente familiar al reggaeton. Esta canción no posee la profundidad lírica de otras piezas, lo cual es compatible con lo que presenta durante el álbum. Es básicamente una alabanza al dinero, fama y performer que Rosalía ha construido. El video incluso propone una coreografía que fue fuertemente promocionada en Tiktok, y encontró una audiencia. Pero si se muestra superficial en letra, contiene uno de los sonidos más cautivadores de todo el disco: lleno de energía, letras repetitivas y proezas en la manipulación de sonido que hacen un hit seguro.

HENTAI

La pieza más controversial del álbum hasta la fecha. Desde que fue vista como un pequeño preview de 15 segundos en TikTok, el público la recibió arduamente. El fragmento seleccionado contenía una característica común en lo que Rosalía escribe, referencias altamente contextuales. Por ende, al ser abstraída de su contexto, HENTAI perdía sentido y colapsaba en los ojos de la tenaz opinión pública. Al darle una oportunidad a HENTAI, la canción completa es una de las gemas de Motomami. La canción usa melodías suaves y un aspecto inocente, que contrasta con las letras explícitas. Aun así suenan incompatibles, ambas ideas se maridan increíblemente. Y genera un viaje dentro de la canción, narrando una historia de enamoramiento intenso. Es una gran pieza.

BIZCOCHITO

El primer acercamiento a BIZCOCHITO es similar al sentimiento de la cafeína después de beber un café cargado. Su intensidad artificial en los primeros segundos es fuerte y penetrante tanto sonora, como emocionalmente. El juego de la alternancia entre esta canción y HENTAI es brillante. Usado para mostrar una pieza nostálgica, esta canción suena como un hit de los años 90 en el comienzo del reggaeton, similar a las canciones de El General. Pero no pierde la profundidad y nivel de producción de la artista.

G3 N15

Esta canción es una de las más íntimas de todo el álbum. Rosalía le ha dedicado este tema a su sobrino Genis como una especie de disculpa por alejarse de su infancia debido a la pandemia y la producción de Motomami. Esto es contrastado con descripciones sobre la frialdad de la vida en Hollywood, llena de sustancias y juegos de ego. Nuevamente se toma a la vulnerabilidad profunda, porque no solo narra esta historia en fragmentos, sino que incluye parte de los participantes. Al final se escucha a su abuela aconsejándola en catalán, quien le menciona que hay que tener a Dios y la familia como prioridades en su difícil vida como estrella. Es una puñalada emocional fuerte, que definitivamente aflora sentimientos profundos en el oyente.

MOTOMAMI

Nuevamente la energía vuelve a surgir en esta corta pero potente pieza. Es una alabanza a sí misma, de naturaleza similar a CHICKEN TERIYAKI. En cuanto al sonido, es interesante y lleno de juegos con bajos cautivantes. Pero lo que traiciona a MOTOMAMI es su longitud. Es una propuesta que no posee una progresión satisfactoria hasta su final, que resulta explosiva, y trunca lo que pudo haber sido una de las más grandes piezas de la obra. Demasiado corta para todo lo que muestra.

DIABLO

Después de la intensidad de la canción anterior, hay una pausa al juego de alternancia, ya que DIABLO es una producción más pesada que su antecesor. Simboliza el peso de los complejos identitarios por medio de la satanización de su propia imagen pública. La artista ya no se reconoce a sí misma y lo expresa vocalizando la palabra “¡Diablo!”. Aunque asegura que no pierde su lealtad, el último segmento de la canción muestra una voz distorsionada que habla en inglés: “This is another side of me”, demostrando que duda de su aparente confianza. Igualmente alimenta a la dicotomía de fe, en donde su familia representa un acercamiento hacia Dios, mientras que su carrera es lo que disfruta hacer, pero la aleja de la esencia religiosa de donde viene. Una complejidad conceptual alta expresada en vocabulario altamente sintetizado.

DELIRIO DE GRANDEZA

Una carta de amor a la exportación cultural latina en los años 60 y 70. Usando nuevamente el sampling como recurso del clásico bolero Delirio de Grandeza del grupo cubano La Sonora Matancera, se da un tono refrescante a las notas del pasado por medio de ecualizadores y cortes. La voz de Rosalía brilla en esta pieza, dando un sentimiento nostálgico similar a las colaboraciones de Eydie Gormé y Los Panchos. La canción termina con otra pieza sampleada de Delirious por Soulja Boy, lo cual es una referencia brillante entre los títulos y marida la producción al concepto de reutilización con intención creativa.

CUUUUuuuuuute

Es refrescante escuchar la integración de diferentes expresiones de latinidad en un mismo álbum, debido a la complejidad que requiere el cruce de estas ideas. Pero se logra. Aquí usa recortes de tambores característicos de la samba, que gracias a su fuerza e intensidad encuadran perfectamente al mensaje agresivo comunicado en la letra. Se amenaza a un artista (que incluso podría ser ella misma), cuyo ego le ha hecho perder perspectiva. Esto se denuncia mencionando que el mejor artista es, nuevamente, Dios. Las imágenes rápidas y en secuencia que esta canción evoca son eufóricas y llenas de ira que puede llegar a ser abrumadora pero efectiva.

COMO UN G

Se apela a la sentimentalidad profunda una vez más. En esta ocasión se usa la letra G para codificar la identidad de un gangster. La figura comúnmente asociada al crimen organizado se caracteriza por su frialdad inminente, idea a la que se tantea al decir que no se va a enamorar como un G. La progresión de la canción es sobria al comienzo, con sonidos etéreos que se acumulan con el pasar del tiempo, llevando a un clímax emocional profundo que no decepciona en su conclusión.

Abcdefg

Si Motomami tuviera un manifiesto, sería esta canción. Una serie de palabras en orden alfabético que resultan aleatorias, pero que en un análisis profundo apoyan a la mitología.

LA COMBI VERSACE

El segundo y último collab del álbum junto a la promesa dominicana del urbano, Tokischa, es extremadamente cinético. Más allá de la materialidad y dinero, a los que el oyente ya está acostumbrado para este punto, LA COMBI VERSACE es la canción más rica en material referencial, generando letras con enunciación continua que poseen un alto valor informativo. Se podrían escribir ensayos enteros sobre su profundidad en la cultura pop, desde las directas como Donatella Versace y Cher, hasta las inesperadas, como Jerry Masucci y Tito Nieves. Es uno de los pilares conceptuales de Motomami.

Fotograma de Linda, primera colaboración entre Rosalía y Tokischa

SAKURA

El cierre es suculento y diferente a todo el disco. Comenzando por un sampling de la audiencia esperando que la cantante salga en un concierto, se nota su originalidad. Se hace referencia a la flor de Sakura, provenientes de los árboles de cerezo, que son característicos por su efímera época de afloramiento. El paralelo es trazado con la fama, la cual se resume en la letra: “Ser popstar nunca te dura”. La honestidad hacia el público que la aclama es clara, y sin rodeos, siendo vulnerable y exponiendo las inseguridades que han cruzado la mente durante su ascenso al estrellato. 

P de Pensamientos Finales:

Las expectativas generadas sobre Motomami no sólo fueron satisfechas, sino superadas de alguna manera, para una parte de la audiencia, por la increíble capacidad creativa de esta artista. Desde cierto punto de vista se mantienen los planos con los que El Mal Querer fue construido. Ambos poseen una historia colindante (menos narrativa en la entrega más reciente), reinterpretación de géneros y un enfoque en la voz interesante. 

No obstante, dentro de esta genialidad se vuelve a innovar, incluyendo los toques de flamenco característicos de la artista y la calidad increíble de sus producciones. Toda esta realidad figura en su expresión subjetiva, que es increíblemente recursiva profunda e informada. 

Con la mente abierta, es un privilegio escuchar esta nueva entrega, que sedimenta la genialidad de Rosalía más allá de lo logrado en El Mal Querer y efectivamente confirma su reconocimiento como una de las artistas más notables del mundo del pop actual. Si bien Rosalía dice en el décimo cuarto track, “E de Expensiva, Emperatriz”, se debe añadir E de Excelencia como parte del canon Motomami.

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