Tienen historia y al mismo tiempo, un nuevo camino por delante. Su más reciente disco, «Ojo por Ojo», denota un crecimiento en el sonido de los Tigres, pero conserva el espíritu rock n’ roll de la década que los vio nacer como banda, en los años noventa.
La blues band Tigres del Chaulafán lleva años tocando en los escenarios de Quito y del Ecuador. Nacieron a mediados de los noventa, por ahí entre el 94 y el 95 en los subterráneos de la Universidad Católica. Actualmente está conformada por Emilio Lara (guitarra, voz), Rubén Alava (batería, percusión, coros), Felipe Pinzón (bajo, coros), Norman Wray (armónicas) y Carlos Arboleda (teclados).
Empezaron como un proyecto informal, pero hoy continuamos viéndolos hacer su música en los mares del blues y del rock. De hecho, en julio de 2013 lanzaron su última producción “Ojo por Ojo”, un disco que nos habla del amor desde sus antítesis.
Renato Zamora estuvo a cargo de la producción de este material, en el que participaron también otros músicos de la escena blusera, entre ellos Diana Cárdenas y Roberto Rojas.
¿Qué queda de la banda que grabó «Blues para el adiós», en la universidad? ¿Y cómo ven a esa banda desde este punto?
De la banda de hace 17 años, cuando grabamos el disco para la universidad (Católica) queda el espíritu por seguir haciendo música; queda un poquito la mecha del rock n’ roll que inició junto con el blues y todo este proyecto de Tigres del Chaulafán. Pero ha evolucionado muchísimo: la música ha encontrado unas ventanas insospechadas para la banda que éramos hace muchos años. Estamos en otro patín, respetando nuestras raíces bluseras y también pegándole mucho al tema rockero.
Este disco tiene una sonoridad pop. Es muy depurado y tiene una fuerte marca rock n’ roll, con mucho blues, funk… ¿Cuál es el concepto que le han querido dar como disco?
El disco está, por así decirlo, unido por el rock blues. Siempre está esa identidad de la banda. La sonoridad provino mucho del concepto de producción que nos ayudó a nosotros a trabajar mucho, individualmente, como músicos y también como grupo. Creemos que la llama del rock n’ roll es lo que une el disco. Esa es la identidad desde el punto de vista de las líricas, los arreglos, la resolución de la guitarra y los instrumentos, las pinceladas de los teclados. Todo está orientado en función de ese género…
Es un disco con una instrumentación poderosa, muchos arreglos de vientos y muchos arreglos que demuestran que se hizo un trabajo durante un tiempo, ¿cuál fue la intención detrás de todo el esfuerzo de producirlo?
El disco «Ojo por Ojo» es un disco que nosotros procuramos que se escuche casi como una sola pieza, que tenga sentido y coherencia, y sea orgánico de principio a fin. Como una obra, tiene sus momentos al igual que en una película… Y el concepto de producción parte mucho de la experiencia y la experimentación que tuvimos con los temas. En la mayoría de los casos, esos temas se hicieron con mucha anticipación e hicimos versiones y versiones. Cuando decidimos ya hacer el disco, de la mano de Renato Zamora y Jero Cilveti, teníamos que ir definiendo el sonido y los detalles de cada canción. Fue ahí cuando apostamos por nuevos sonidos y músicos. Ese es el caso de los brasses, el sintetizador, los coros…
Para nosotros fue un reto que se fue dando de manera natural, en el proceso de hacer el disco; y siempre buscando que no sea un trabajo que lo pones en un reproductor y suena, y cuando lo tocamos en vivo, haya una distancia. Sino que sea un trabajo que pueda ser publicado y presentado en igualdad de condiciones.
Playlist:
1.- Castigo para el alma – Tigres del Chaulafán
2.- Rosa frenesí – Tigres del Chaulafán
3.- Antojito guapuleño – Tigres del Chaulafán
4.- Sáquenme de aquí – Tigres del Chaulafán
5.- Cuando muera el sol – Tigres del Chaulafán
6.- Tres tristes tigres – Tigres del Chaulafán
7.- Ojo por ojo – Tigres del Chaulafán
1 comentario
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