Los Jardines de la Memoria, un proyecto que «se le fue de las manos» a Stich

por Ga Robles
JDLM es un nuevo disco de Stich. Algo que empezó como la idea de un EP simple con voz, guitarra y teclado, se convirtió en un material repleto de poesía y paisajes que miran al pasado.

Stich es un personaje que hemos visto mutar desde hace más de 10 años. Lo vimos viajar e irse y volver con ideas nuevas, tocar un funk seductor e interpretar música más ligada al folklore regional con Bueyes de Madera.

Radio COCOA Los Jardines de la Memoria

En estos momentos, por las redes están girando imágenes de unos frascos de vidrio que alojan en su interior unas plantitas. Atada con una lana blanca a la boquilla del frasco, una etiqueta larga recita: Los Jardines de la Memoria.

Steven Dagenais permite la mutación de su personaje «Stich», sin sellar y archivar el frasco que guarda el sustrato de su pasado. JDLM atraviesa los momentos que lo permiten componer desde el ahora y expandirse en forma de plantas listas para sembrar. Con la intriga de entender todos estos símbolos y el corazón de su nueva propuesta, Radio COCOA habló con él sobre las luces de esta nueva música que nos envía.

 

RADIO COCOA: ¿Cómo son los Jardines de la Memoria? ¿En qué lugar quedan dentro de tu trabajo musical?

STICH: Los Jardines de la Memoria se ubican en el recuerdo. En ese Quito lluvioso de algún momento en los noventa. El disco se encuentra en un momento bastante personal e íntimo en el que regreso a ver las canciones que han sido parte de mi memoria. Incluso regresarme a ver a mí mismo de una forma más desnuda. Por eso no planeé grabar muchos instrumentos y en su lugar hacerlo más íntimo y sentirlo honesto. Es un volver la mirada.

En ese sentido en el que volteas hacia el pasado, ¿Cómo ha evolucionado el personaje de Stich desde los 2000?

Han pasado un montón de cosas en mi vida. Catarsis, momentos increíbles, giras, he vivido en varios lugares, cosas que para mí han sido un privilegio. Por ejemplo, haber podido arrancar mi carrera con un disco de funk y haber estado en otro lugar, en otro momento, rodeado de otras personas. La música que se escuchaba en las calles y en las radios era otra. Ese primer álbum lo hice cuando vivía en Los Ángeles, con la banda Sarazino. Los productores que yo admiraba y los compositores que yo seguía estaban en la búsqueda de hacer hits. Creo que ese disco tiene de alguna manera esa idea de que tengas esos hits con una identidad funkera que era algo que me gustaba mucho.

Después cuando regresé a Ecuador me empecé a interesar por la música de Latinoamérica y nace Bueyes de Madera. Es una música con una identidad mucho más regional. De ahí hicimos un experimento con Raúl Molina y Mauro Samaniego, Microcuentos, algo que vive sólo en el underground de la web y que sólo tuvo dos conciertos. Esa vez volví a salirme de mi personaje y me volví una esponjita: qué dice el uno, el otro, también aportar, pero más estar desde un lugar de escucha.

Siempre quise hacer versiones de mis mismas canciones en un formato más simple o diferente. Para mí, volver a hacer canciones y versiones le empujan y le dan más vida a la música.

Hay un color muy poético en JDLM. ¿Crees que este aspecto fue algo que creció gracias a estos otros proyectos?

Sí, también fue por esas bandas, pero canciones como “Chica Maravilla” también llevan su poesía por dentro. Pero sin duda conocer a nueva gente, nuevas músicas y leer mucho más han hecho que me cuestione darle importancia a ese aspecto de las canciones. Como músico siempre quieres que la música sea bonita, pero lo que llega a la gente son las letras.

¿Qué artistas o compositores estuvieron en tu biblioteca interna que ayudaron a consolidar tus ideas para este proyecto?

Desde el comienzo estuvieron Prince, James Brown, de la onda funkera, pero fui pasando al sur y a escuchar mucho Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, entre varios otros artistas latinoamericanos. Hubo un artista en particular al que también tengo muy presente en mi memoria y es Juan Luis Guerra. Recuerdo clarito escucharlo en la casa de mis abuelitos pegado a la pecera. De ahí salió el remake. De hecho, había otra versión de “Burbujas de Amor” que iba a salir en este disco, así como otras dos canciones pero no incluí, porque hay cosas que solo hay que dejarlas ir. Están producidas y todo, tal vez salgan en algún lado B de Los Jardines.

Con siete canciones, ¿Está concebido como un EP o perfila más para ser un álbum? ¿Hacia dónde crees que va?

Creo que se me fue de las manos. Iba a ser un EP de cuatro canciones y luego eran como 10 y dije: chuta, esto es un disco y entonces fui quitándoles y quedaron estas siete, una de ellas instrumental. Pensé que iba a ser más pequeño y luego me fui emocionando y empecé a hacer más cosas y más cosas. No sé qué va a pasar y es algo muy nuevo. A la par estoy explorando, para mí ha sido otro mundo. Otro más. Mi experiencia con Trotamundos es totalmente diferente a la de Apis de Bueyes y ahora esto es totalmente otro sonido.

los jardines de la memoria Radio COCOAPero también has hecho otras cosas ligadas a la música, que se salen de este margen de tener una banda o liderar un proyecto, ¿No?

Sí, ha sido súper interesante por ejemplo hacer la música de la película “Alba” y trabajar con Ana Cris Barragán; hacer Lydia Va al Cine, el proyecto con el que hacíamos música para películas. También hice trabajos de producción. Fueron unos años en los que trabajé sin necesariamente meterme de cabeza en mi personaje. El mismo hecho de que no reventó tanto en su momento, me obligó a dedicarme a otras cosas. Fui profesor universitario también, y bueno, todo esto me permitió colaborar y conocer a un montón de gente nueva.

¿Desde cuándo empezó a burbujear la idea de sacar el disco de JDLM?

No hace mucho. Sólo meses atrás. En noviembre del año pasado empecé a grabar. Siempre quise hacer versiones de mis mismas canciones en un formato más simple o diferente. Para mí, volver a hacer canciones y versiones le empujan y le dan más vida a la música.

Es un disco bastante colaborativo, en el que encontramos varias simbiosis con artistas muy cercanos para ti. ¿Nos puedes hablar de algunas de ellas? 

Admiro a Miguel Gallardo, un pianista formidable, y extrañaba hacer algo con él (Miguel tocó los teclados en Trotamundos, el primer álbum de Stich). Con Mauro y Raúl habíamos trabajado en Microcuentos y hay dos canciones de ese proyecto aquí (“Mujer Ajena y una canción que nunca salió: “Alelúyate”) por lo que tenían que estar ellos. También escribí unas poesías con Martina Avilés, quien hizo la fotografía y el diseño de este proyecto. Algo interesante es la participación de Víctor Narváez, el compositor de muchas de las canciones de Sal y Mileto, y no muchas personas lo conocen. Este señor, “El Narviko”, ha tocado en muchas grabaciones de la banda y cuando le llamé a Igor para contarle que estaba haciendo una versión de “Panelita”, me contó que Víctor la había hecho, así di con él y le mandé mi versión. Súper nervioso, porque no te puedes jalar una versión de Sal y Mileto, pero la escuchó con su hija y le gustó mucho. “Panelita” no es de mi autoría, pero la siento parte de mi vida.

«Cadáver» es mi canción mimada del disco.

¿Nos cuentas un poco el behind the scenes de “Cadáver”?

Martina Avilés tiene un grupo de fotografía análoga y entre ellos hacían juegos que eran cadáveres exquisitos con fotos, en los que no me incluían porque no era artista visual. En una conversación con ella, le propuse que hagamos un cadáver con letras. Ella escribía una frase y me dejaba la última palabra con la que yo construía otra frase y así. Y salió así la letra de “Cadáver”. Por eso algunas partes pueden no hacer sentido, pero lo interesante es que muchas veces cuando los lees sí hacen sentido. Y son cosas que sin imaginar adquieren nuevos significados. Es mi canción mimada del disco.

¿Jardines De La Memoria tiene una continuación?

Siento que va a tener un desarrollo por esto mismo que te digo que se me está yendo de las manos. Estoy trabajando en el lanzamiento de unos videoclips para estas canciones de JDLM, que van a tratar la misma temática de la memoria . He encontrado unos VHS de mi familia de Canadá mandando saludos a mi papá.

Es una nueva puerta que acabo de abrir y me da ganas de explorar. Quiero darle más trabajo porque siento que es más de lo que esperaba. En su simpleza salió algo que me gustó mucho.

Escuchen el disco completo y sientan las texturas acústicas de Stich, disueltas en un ambiente folk muy apacible. Estos son Los Jardines de la Memoria:

 

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