Te tenemos un texto que examina minuciosamente la música latinoamericana de la primera mitad del año y la resume en diez discos indispensables. Pegadizos e inolvidables, estos son los álbumes que estabas esperando para añadir a tu vida y satisfacer por el momento tu insaciable melomanía. Incluye playlist al final.
Pasada la mitad del año podemos empezar a mirar hacia atrás para contemplar los lanzamientos que ha dejado el 2019 hasta ahora. Los géneros urbanos, impulsados por el esparcimiento del hip hop en Latinoamérica y el mundo, empezaron a tener una relevancia masiva y a consolidarse como el movimiento que empieza a representar a esta era.
Sin embargo, a pesar de estar debilitado como causa, el rock como género goza de bastante buena salud y, tanto a nivel regional como mundial, se reinventa a sí mismo constantemente. Al no llevar la bandera generacional que tenía antes, se ha permitido abrirse un poco más y experimentar.
Este año nos ha traído la vuelta de titanes como Cage The Elephant o Two Door Cinema Club. Nos sorprendió con el primer disco de Billie Eilish, quien seguramente estará presente en lo más alto de las listas de fin de año y consagró con sus mejores obras hasta la fecha a ascendentes como Tyler The Creator o Helado Negro.
Por otro lado, el 2019 ha sido un año en el que también cada vez más se empieza a cuestionar la eficiencia y rentabilidad de un álbum, y desde hace ya algún tiempo se viene dando un cambio de paradigma en la comercialización de la música: los singles son la manera más rápida y eficiente para dar un golpe en la mesa.
Nadie tiene tiempo para escuchar discos completos en el 2019. La velocidad de la época, la conformidad de las audiencias y los hábitos de consumo de música son factores que resultan primordiales a tener en cuenta para maximizar las oportunidades y la llegada de los músicos.
Sin embargo, quienes apuestan por obras completas y más elaboradas usualmente son los que logran trascender en el tiempo, y el estatus de tener un trabajo de relevancia es innegable. Como ejemplo, Bad Bunny, quien no necesitaba bajo ningún tipo de análisis lanzar un LP, se dio el gusto de sacar X100PRE (2018) en Navidad, logrando así otro escalón en su carrera. Esto habla de la todavía presente validación como artista que un álbum da.
Los músicos latinos, para mí, son desde hace un tiempo quienes están cocinando la música más interesante y desafiante. La emergencia del internet y la posibilidad de estar conectados todos con todos han logrado que lleguen sonidos, ideas, percepciones y formas al continente, y hoy en día están siendo exploradas con mayor atrevimiento y confianza que nunca.
Aquí dejo una lista de diez discos latinoamericanos —en ningún orden, ya habrá tiempo en diciembre— que a mi entender son la mejor evidencia del gran momento que atraviesa nuestra música, tanto por su heterogeneidad como por su calidad.
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No Rules Clan – Pantone (Colombia)
Afterclass Records
“¿Quién va? identidad innata. Esto es rap, papá, lo demás es bachata”, predica No Rules Clan en el coro de «Quien Va», tema de su segundo larga duración, Pantone. Es en esa toma de posiciones y ese enfrentamiento directo —nosotros contra ellos— donde se notan las intenciones de los colombianos en su mejor lanzamiento hasta ahora. El álbum, sin un concepto concreto más que el de rapear bien, pasa en efecto por «todos los colores posibles», como indica su nombre. La personalidad de «Desert Eagle», el alegre storytelling de «El Grupo», la crudeza de «Gota Gota» y todo lo que compone el disco responde a una sola idea: soltar barras, rapear como ya no se rapea.
En cada tema priman las letras, los juegos de palabras y las frases icónicas, todo sobre flows, técnicas y una dinámica que ubican al oyente directamente en el medio del cypher en un barrio de Medellín.
Pantone es un álbum que obedece a cabalidad los canones del boom-bap. Tanto, que se lo podría acusar de ser muy ortodoxo. A mi forma de verlo, la calidad de este disco supera la ausencia de una apuesta más contemporánea. Porque Pantone también es eso, una declaración de principios en contra de la marea de trap que parece haberse llevado a la mayoría de los raperos. “Presumes de rap, dices que escribes mucho, y sí, pero por Whatsapp. Solo tecleas, no hay quien te crea. Haces trap, entonces trapeas”. Personalmente, este es mi disco favorito en todo lo que va del año.
Ximena Sariñana – ¿Dónde bailaran las niñas? (Mexico)
Warner Music
En su más reciente trabajo, la cantante mexicana le da una vuelta de tuerca a toda su obra y cambia el piano y las baladas por sonidos más frescos, bailables y jóvenes. Sería simplificador decir que es un disco de reggaetón, aunque toma muchos elementos del mismo. En «Si Tu Te Vas», por ejemplo, la guitarra del comienzo y la voz de Ximena remiten inmediatamente a algún tema de Makano. Las letras, aunque acompañadas de música mucho más alegre que antes, siguen contemplando el abandono y la partida constantemente.
Pero también hay lugar para la felicidad y la soltura: “Lo bailado nadie te lo quita, aquí todo puede pasar”, asegura Sariñana, sobre una guitarra fresca y una percusión simple pero efectiva que, fusionados con la melodía, invitan inmediatamente a moverse. Así lo logra gran parte del trabajo, en el que se siente a la cantante igual de curiosa y contemplativa que antes, pero con un optimismo mucho más evidente y contagioso.
Renzo Montalbano – Potente (Argentina)
Independiente
Para su debut como solista, el cantante de Gativideo cambia su desopilante personaje de siempre por uno más sereno. Si en grupo Renzo se planta como un Luis Miguel futurista y excéntrico, en su faceta solista el argentino cambia la fiesta de colores por la calma, el romance y una madurez sorprendente para sus 22 años. Las influencias son las mismas que en su banda, pero están interpretadas en clave más romántica y vulnerable. “Se está prendiendo fuego tu alrededor y vos seguís con sueño, no te duermas hoy”, canta en «Fuego», acompañado por unos coros femeninos que están presentes en varios momentos del disco.
Pero sin dudas, el momento cumbre llega en «No Te Vayas», que captura todos los mejores lugares comunes del álbum y los sintetiza en una de las mejores canciones del año. Su letra corta y sencilla sobre arreglos retro y melodía seductora le dan la esencia de un hit. Para un primer lanzamiento, la estética e intenciones están bastante claras y ejecutadas a la perfección . Este salto a la madurez y a una personalidad más trabajada y experimentada le da a Renzo una gama de lugares a donde expandirse y de estímulos que, como deja claro en Potente, sabe aprovechar y convertir en canciones muy sólidas.
Juan Wauters – La Onda de Juan Pablo (Uruguay)
Captured Tracks
En su primer disco completamente en español, Juan Wauters se reencontró con sus raíces latinas en más de un aspecto. El uruguayo que reside en Estados Unidos desde el 2002 viajó a México, Puerto Rico, Perú, Chile, Argentina y a su país natal para ponerse en contacto con sus orígenes y encontrar gente —en el álbum participan varios músicos que Juan conoció tocando en las calles— y experiencias que le ayuden a entender cómo es el día a día en Latinoamérica. No sólo cómo es, sino también a qué suena: en La Onda hay varios géneros típicos como el folkore, el bolero y el candombe.
Las letras son parte fundamental de la interpretación del álbum y la tapa genera una ansiedad familiar: la noción repentina de que todos quienes pasan al lado nuestro viven una vida igual de complicada que la nuestra. El disco nos pone cara a cara con el sentimiento de levedad que nos crea poner en perspectiva nuestra vida con la de los otros. Wauters encuentra poesía en las pequeñas cosas de la vida cotidiana: comprar pantalones, tirar una moneda, una chica.
No hay conceptos abstractos, ideas confusas ni nada que no sea directo, textual y admirable a su manera. “Guapa, linda mujer, inteligente, hermosa. Te gusta comer, andar en auto, tomar vino”, canta en «Guapa», una de las muestras más fieles de lo que puede hacer Juan como compositor. La idea de Wauters me recuerda lo de Alex Eugenio en Aurora (2018), quién también revalida el espíritu de cantautor latinoamericano.
El álbum usa un concepto tan complejo como lo relativa e insignificante, que es la vida puesta en perspectiva, y lo pasa por un filtro humorístico, casi satírico, para aliviar la existencialidad de las acciones del día a día. En su primer disco completamente en español, Juan Wauters cuenta las pequeñas grandes historias de un continente muy particular, apoyado en los sonidos que moldearon —y fueron moldeados por— el mismo.
O Terno – <atras/alem> (Brazil)
Risco
Después de un éxito como solista brutal, Tim Bernardes vuelve con su banda, O Terno, y retoman los sonidos nostálgicos y los arreglos angelicales para ofrecer lo que es su disco más conciso y más significativo hasta ahora. Las guitarras, suaves y cálidas, crean ambientes íntimos, mientras que los atrevidos violines, vientos, y los arreglos en general, le dan aires de grandilocuencia. Las melodías están bien trabajadas y aclimatan a la perfección, acompañan lo que pasa y le dan sentido.
En el disco, la banda reflexiona sobre lo la juventud. “Quero descansar, mas também quero sair. Quero trabalhar, mas quero me divertir”, cantan en «Pegando Leve», quizás uno de los temas más completos. A continuación, en «Eu Vou», sueltan las penas y abrazan la vida que tienen por delante: “Vou correr na direção daquelas tantas coisas lindas que eu anseio”.
Devendra Banhart y el japonés Shintaro Sakamoto aparecen en «Volta e Meia» y, cada uno en su idioma, interviene para dejar un conmovedor tema. Fieles a lo que es ser joven en el contexto político del continente, toman postura en «Pasado/Futuro», donde rechazan la vuelta a la dictadura, representada hoy en día por la figura de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil.
En el político y directo tema, escuchamos a Bernardes cantar “Nunca mais o meu passado, para sempre o meu futuro . Nada certo, nada errado. Tudo claro, tudo escuro.” Sobre el final, el épico outro que hace la batería en «E No Final» es el cierre perfecto, tanto en la narrativa sonora construida a lo largo del disco como en el ambiente que crea, para un álbum que logra trascender una barrera idiomática y que hace eco en toda una generación.
Los Niños Telepáticos – Estallados (Colombia)
Independiente
En el disco que sigue a su debut homónimo, Los Niños Telepáticos terminan de consolidar su sonido, en el que brillan las guitarras distorsionadas y las baterías apresuradas. Estallados está repleto de riffs, overdrive, y melodías vocales que pasan a una segunda dimensión para que resalte lo instrumental. La mayoría de temas, como «Retrovisor» o «La ciencia de la paz», empiezan de golpe, sin pedir permisos, y se llevan puesto al oyente, quién es sumergido en este mundo sin tener opción y que se termina dejando de seducir más temprano que tarde por la vibra transmitida. Sin embargo, el disco se permite tomar un descanso en dos temas seguidos, «Nia» y «Así es», dos canciones muy suaves de pasaje que incluso le dan el pie al tema que sigue —el cual le da el nombre al disco— para empezar despacio, in crescendo hasta instalar el paisaje sonoro habitual de vuelta.
Pero quizás sea «Melodía eterna» la pieza más indicada para exhibir todas las posibilidades y evidenciar la virtuosidad de la banda. Este tema instrumental es una suerte de math-rock alternativo, en el que las dos guitarras entran en una semiosis colorida y demoledora, impulsadas por la batería que remata todo en el fondo, quizás demasiado lejos en la mezcla. Con un sonido afianzado y una idea muy bien lograda, LNT tienen un futuro brillante por delante. En un país donde está pegando mucho la movida urbana, una banda de guitarras así es una novedad alentadora.
Feli Colina – Feroza (Argentina)
Geiser Discos
La teatralidad toma protagonismo en el nuevo disco de la cantante argentina, Feli Colina. A fines de 2018 ganó el concurso «Camino a Abbey Road», lo que le permitió grabar Feroza en los estudios londinenses. El disco es un conjunto de arriesgadas baladas sobre el amor y la vida, que «desnudan» a la cantante, quien vuelca todo lo que siente y piensa en este disco, sin restricciones. La música en sí es dramática, introspectiva y reflexiva. “Lo que ves de luz, lo tengo de oscura”, asegura en «Oscura», tema que sintetiza muy bien el hermoso y anárquico caos que es este disco.
El piano en varios momentos es teatral, la voz de Colina es de distintos matices. A veces canta, otras habla y en otras susurra, generando el clima necesario para transmitir lo que las letras dicen. En «Martes», uno de los mejores temas, Colina se lamenta sobre una instrumentación épica y baladesca. “Creo que no me mirás por miedo a reconocerte”, asegura con la voz nostálgica.
Otro de los grandes logros del disco son la mezcla y la producción. A ningún tema le falta ni le sobra nada. Los temas están interpretados a la medida justa y todo lo que los compone está justificado. Por otro lado, la mezcla logra resaltar los instrumentos necesarios en los momentos correctos, dejando que brillen y nada se pierda o se desubique.
Mocasinos – Mocasinos (Paraguay)
Planea Música
Influenciados por la música de los 60s, la banda paraguaya debuta con un disco que trae nostalgia, guitarras divertidas y un sonido retro. ¿A qué suena? A bandas viejas como Conjuntos Universitarios, Los Oxford o Los Moon Lions. Este disco trae de vuelta el beat latino y el rock and roll que impulsaron varias bandas pioneras en el continente. El sonido «viejito» que tiene es un gol de la producción, que logra recrear muy bien esa estética sin sacrificar la calidad sonora del álbum. Las letras son igual de románticas que en los 60s, las baterías son quietas pero firmes en el fondo, y las guitarras, con esos acordes abiertos y cortos, le dan al disco una identidad sonora muy clara y reconocible, a pesar de no ser un género que predomina hoy en día. Esta suerte de «revival» es admirable tanto en concepción como en ejecución.
La idea de apostar por sonidos clásicos y apelar a la nostalgia es de aplaudir cuando el resultado es un disco que podría tranquilamente haber salido durante el boom original del género. Como lo que hace Gente Conversando en Argentina, Mocasinos trae al 2019 un sonido muy clásico que, por lo que nos dejan claro, sigue teniendo el efecto deseado y representando una identidad latina como en sus inicios.
Nikola – Kulebra (Rep. Dominicana)
764791 Records
Nikola es una artista dominicana que acaba de lanzar su primer trabajo discográfico: el EP Kulebra. En él conviven ritmos latinos con arreglos de r&b que, mezclados con su tierna voz, crean un trabajo angelical en el que el oyente se ve seducido por todos sus distintos componentes. El tema que abre, «Ola de la mar», nos deja clara la idea desde el comienzo: una dulce voz que canta —casi ininteligiblemente— sobre bases suaves con pianos, percusiones y efectos que crean un ambiente envolvente en el que la voz flota y se desenvuelve.
El disco tiene letras tanto en inglés como en español, por lo que estas llegan a sentirse más como un complemento que como uno de sus argumentos fuertes. La variedad de idiomas le permite a Nikola jugar con melodías y formas que enriquecen el disco aún más.
Las Chaquetas Amarillas – Salen Otras Diez (Chile)
CBA Discos
Lanzado originalmente el 22 de diciembre del 2018, el regreso de la banda chilena entra a la lista porque tuvo su versión oficial en plataformas este año. Después de un lustro sin un lanzamiento, la banda liderada por Cristobal Briceño trae de vuelta su fórmula de canciones rockeras, divertidas y con la impronta de «indie latino» por todos lados, que fueron creadas durante los últimos cuatro años. La particular voz de Briceño, que tiene un timbre muy peculiar, le da al disco el toque juguetón necesario para convertir a los diez temas que lo hacen en uno de los mejores lanzamientos chilenos de lo que va del año.
Las letras se podrían tomar como humorísticas a priori, pero todas cuentan una interesante historia y tienen un potente significado. Es el caso del tema que abre, «Ministra de la comunión», que empieza el disco con un pegadizo riff que evidencia inmediatamente las intenciones y modos de la banda, mientras la letra cuenta una historia sobre las personas encargadas de llevarles la ostia a las personas mayores que no se pueden levantar de su asiento para comulgar. Las baterías son dinámicas, las guitarras rockeras pero coloridas y el feeling general que da el album es positivo. Es imposible no ‘sentirse bien’ al escucharlo.
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En la siguiente playlist podrán encontrar los diez temas recomendados en este texto, más diez canciones nacionales y treinta extra del resto del continente. Hay de todos los géneros y de todos los países, espero que la disfruten. Está pensada para que la escuchen en shuffle.