Con cuatro remakes y cinco originales, El Mató… le entra duro a su nuevo sonido en su más reciente álbum, La Otra Dimensión. Este review es el aperitivo ideal para los tres conciertos que se vienen en nuestro país.
Este Viernes de Reviews va dedicado a una banda argentina que tiene un fuerte vínculo con Ecuador. Aunque extranjera, esta banda ha estado ligada a los festivales de música independiente más importantes del país de los últimos años, cultivando una importante base de fans. Ahora, la banda visitará a Ecuador y sus tres ciudades principales, del 30 de enero al 1 de febrero, dentro del marco de la gira promocional de su último álbum, La Otra Dimensión.
Cómo olvidar cuando estuvieron entre los headliners en el mítico El Carpazo 2015. Aquel festival donde se terminaron de consolidar bandas ahora icónicas de la escena, como La Máquina Camaleón y Alkaloides. O en El Descanso 2017, cuando Mateo Kingman puso a saltar a todo el público en medio del frío nocturno de Cuenca. En ambos festivales, Él Mató… cerró la noche con broche de oro tocando, en su mayoría, canciones de sus últimos discos del momento, La Dinastía Scorpio (2012) y La Síntesis O’Konor (2017), respectivamente. A propósito, no hay cómo hablar de un disco sin hablar del otro, y más abajo entenderás por qué.
El vínculo con el público ecuatoriano es tal, que en La Otra Dimensión (2019) se incluye una canción producida en suelo ecuatoriano. Se trata de la versión acústica de “El Tesoro”, grabada “en la habitación 202 del Hotel Majestic de Cuenca”, en noviembre de 2017, tras su paso por El Descanso.
En un principio se podría decir que el álbum es en realidad medio álbum. Pues cuatro de sus nueve canciones son remakes de canciones de La Sìntesis de O’Konor. Pero una vez que lo escuchas completamente y comparas las viejas con las nuevas versiones, te puedes dar cuenta de que el remake no es gratuito y que el concepto del álbum es lo que expresa su nombre. Crear una dimensión alternativa o paralela, pero teniendo como base lo que fue La Síntesis… y el cambio que este álbum significó para Él Mató… en su producción musical.
En definitiva, podemos hallar algunos paralelismos entre un álbum y el otro, que dan pistas sobre el concepto que quiere dar la banda a ambos, en conjunto: sus portadas, las nuevas versiones o los interludios instrumentales “La Síntesis O’Konor” y “Postales negras”, respectivamente.
Para explicarlo mejor quisiera mencionar un fragmento que leí en una reseña del portal español Mondo Sonoro, donde creo que se define muy bien al nuevo álbum. Manuel Novo, su autor, menciona que La Otra Dimensión podría funcionar como una “transición hacia una nueva etapa sin desviarse en exceso de las coordenadas marcadas en La Síntesis O’Konor”.
Esas coordenadas pueden ser el cambio hacia una música más nítida y pulida, más pop y con menos rasgos de rock alternativo de principios de los 2000’s. En comparación con sus predecesores, La Síntesis O’konor dio un salto hacia un protagonismo mayor de la percusión y los sintetizadores, y uno menor —en gran medida— de las guitarras eléctricas.
En La Otra Dimensión, este salto es aún mayor. Me atrevería a decir que los sintetizadores cooptan casi por completo el protagonismo y profundizan esa atmósfera etérea y espacial. Menos en las canciones acústicas, claro.
Esto se puede notar en la canción que abre el álbum, “Buscando más allá”, que es muy distinta musicalmente a las canciones de La Síntesis… pero mantiene esa lírica poética y simbolista de Santiago Motorizado. También en “El Perro” se pueden notar aires de El Mató de la época de La Dinastía Scorpio, hasta que unos high hats medio traperos sorprenden sumándole velocidad y vértigo a la canción.
Y si no es el sintetizador, son los efectos como el reverb y el eco en la acogedora voz de Santiago los que producen una sensación de estar flotando encima de las notas musicales. Esto lo podrás notar —por nombrar alguna —en “Madre”, una canción de letra simple, pero simbólica y un tanto melancólica.
Volviendo a los remakes, creo que las nuevas versiones de “La Noche Eterna” y “El Tesoro” son algo así como lo que son las canciones de la peli de Across the Universe a las originales de los Beatles. Versiones muy bien logradas que mantienen la esencia de las originales, a la vez que arrojan nuevas experiencias emocionales y sensoriales, pero que no logran superarlas. Hay que saber apreciar sus virtudes por separado.
No podría decir lo mismo sobre el remake de “Las Luces”. Aunque las letras sean las mismas, la nueva versión junto a Anabella Cartolano de Las Ligas Menores, arroja sensaciones y emociones tan distintas a la canción original, que cambia totalmente el sentido de la letra, a mi parecer. Esto, debido al simbolismo ambiguo de las letras de Santiago y el cambio radical en la composición musical.
La Otra Dimensión sirve para afirmar lo que nos enseñó La Síntesis O’Konor: Él Mató… es una banda más que madura. No tiene miedo a experimentar y alinearse con los nuevos sonidos del rock alternativo —sobre todo, el argentino—, mientras mantiene vivo su espíritu hipnótico.
En pocas palabras, creo que el álbum, más allá de una evidente continuación y complemento de La Síntesis O’Konor, es un homenaje a este discazo. Ese que fue nominado a Mejor Álbum Rock en los Grammys Latinos de 2018.
No sería la primera vez que EMAUPM produce obras complementarias de forma conceptual. Ya lo hicieron con la trilogía de EP’s Navidad de Reserva, Un Millón de Euros y Día de los Muertos. En fin, si no lo has hecho, anda a escuchar el álbum completo. Y si deseas, cuéntanos qué te pareció y si estás de acuerdo con este review, o cuáles son tus canciones preferidas del álbum. Qué sé yo.