La música que sobrevivió a la pandemia

por Radio COCOA
Para que empieces el 2021 con todo, te traemos una pequeña selección de 21 discos adicionales lanzados en el 2020 y escogidos personalmente por nuestro staff. El conjunto es variado y muestra que la música ecuatoriana está más viva que nunca.
pandemia

Diseño: Manu Guayasamín

No estamos aquí para seguir derramando saliva sobre lo raro/denso/difícil/estremecedor que fue el año pasado. Estamos para hablar de que, afortunadamente, nada de eso detuvo la producción de música alternativa en nuestro país. Enhorabuena.  

Si bien el 2020 significó un parón radical sobre el movimiento de la escena musical local, quizás eso no fue del todo malo. No nos malinterpreten —de nuevo—, por favor. Sabemos que las consecuencias de la pandemia fueron desastrosas para el sector por muchos motivos —y que eso caldea los ánimos con justa razón—. Pero, como dicen por ahí, siempre hay una de cal y una de arena. 

En el caso de nuestra música, el lado positivo de las cosas se ve representado en el tremendo volumen de producción que atestiguamos a lo largo de todo el año, y también en su variadísima composición. En Ecuador todavía se hace mucha música interesante. Si algo hizo la horrenda situación que atravesamos, fue empujar a lxs músicxs a meterse de lleno en sus proyectos para salvarse de la realidad, y para salvarnos a nosotrxs con ellxs

Así que esto que viene a continuación es nuestro recalentado tardío: un platito de cosas finas y sabrosas, curado con cariño y buena fe. Con él pretendemos recoger 21 lanzamientos musicales de los miles que fueron engendrados durante los tiempos desabridos del 2020 y que rescataron el sabor de esos días —y también de los que vienen—.  

LA MÚSICA

Martín González

1. Yacuma – Korioto (EP)

Korioto es una banda de Quito que viene trabajando a ritmo pausado y sin mucha alharaca desde hace cinco años. Es la creación de los hermanos Sergio y Nicolás Espinosa, quienes conforman la sección rítmica de Pichirilo Radioactivo. Ellos la definen como “una terapia de desfogue musical”, en la que vierten sus inquietudes y su afinidad por la sonoridad latinoamericana. Aires andinos y tropicales se fusionan con bases de hip-hop y matices de funk en sus composiciones. 

Yacuma es su primer EP. Se trata de un experimento interesante, con algunas capas. En él nos presentan una especie de relato sonoro sustentado por una voz en off profunda y potente que reemplaza a la letra cantada y que narra la historia de “Yacuma”. Según nos cuentan, este lugar místico en medio de la selva fue abandonado por los hombres cuando éstos quisieron construir su propia selva de cemento, renunciando así a la posibilidad de conectarse con el poder de la naturaleza

Las canciones se tejen como paisajes sonoros que alimentan a la narración, creando un clima muy cinemático, que se siente emocionante. Esto también es mérito de un interesante diseño sonoro que supo incorporar los ambientes de la jungla y de la ciudad muy finamente con la música. Sin embargo, el relato se disuelve sin llegar a una conclusión aparente, cuando desaparece la voz en off súbitamente en el tercer tema. Esto provoca que el andamiaje conceptual que se venía construyendo se quede a medias. 

De todas maneras, la música logra sostener la experiencia hasta el final gracias a sus grooves sólidos que, de una u otra forma, ponen a cabecear a quien escucha. En ella se mezclan con soltura una base de cumbia con melodías de aire andino. Los arreglos de vientos se destacan en este juego, logrando hilar todos los elementos y dándole mucho brillo a las composiciones. El disco cierra con “Movimiento”, un tema muy alegre y enérgico, aunque un poco desconectado del resto de canciones. 

En conjunto, Yacuma es un trabajo que denota cariño y meticulosidad, pero que termina resultando un poco disperso. De todas formas, no decepciona y nos deja ver a una banda con un sonido consistente y atractivo, que promete cosas interesantes a nivel conceptual y musical. 

2. Realidades No Ordinarias – Bardo José

Bardo José es un proyecto relativamente nuevo en la escena, pero que en poco tiempo ha logrado una sonoridad pulida y reconocible, apostándole al synth-pop como base. En ella, el músico y productor quiteño Ignacio Burneo se permite experimentar amalgamando múltiples géneros que van desde el disco hasta el hip-hop.  

Realidades No Ordinarias es su segundo álbum. Una propuesta sólida de 12 canciones en las que la nostalgia se desenrolla como hilo conductor de un tapiz de sintetizadores que por momentos la hacen ver brillante e inocente, y por otros sombría y agobiante. Todo adobado con una buena dosis de psicodelia que viene dada, tanto por el diseño sonoro como por el uso medido de samples. Destacan también la colaboración de Boris Vian y Método en dos temas del disco.  

Aunque el resultado final se siente un poco monocromático, destaca por una producción limpia que conserva un aire fresco y juvenil.

3. 2020 – Mauro Samaniego

Mauro Samaniego no necesita presentación. Y es por eso que después de una década de producción copiosa se permite regresar a ver sus rincones más íntimos. 2020 es un viaje por el baúl de los recuerdos, en los que el músico expone muchas de sus primeras composiciones, de su época de estudiante en Argentina. 

En ellas se puede ver una faceta más inocente del trabajo de Samaniego, que no obstante, guarda y da sentido a muchos de los rasgos por los que se dio a conocer más adelante: progresiones armónicas elaboradas, múltiples capas de cuerdas y letras impresionistas y/o surrealistas. Junto a ellos también aparecen elementos novedosos como el uso somero de efectos en la voz, drum-machines y samples —aparece por ahí la voz de Álex Alvear, a quien Samaniego cita como referente—.

Las canciones comparten un aire de letargo alegre que las ata por debajo del contenido de sus letras. Se sienten como despertar de una siesta, o como dejar a la mente divagar antes de una. Dentro de esta paleta bien definida, conservan una variedad de matices interesantes en la que Samaniego se muestra capaz de jugar a su favor con sonidos que combinan armoniosamente para crear atmósferas envolventes que se expanden por medio de finas sutilezas. 

Jorge Bayas

4. A los amigos de verdad no los he olvidado – Niño Baldío (EP)

Después de los sonidos más electrónicos y, de cierta forma, más animados de Lejos de Casa, el disco que sucedió a Primavera Acuarela, el potente debut —aunque en el caso del proyecto de Joshua Silva, la palabra potente no hace juego con el aire melancólico y aletargado de su música, en el mejor sentido— de Niño Baldío, la síntesis llegó a la palestra. Tiemposmoderno fusionó ambos costados del proyecto. Y nos entregó temas inolvidables, como “NASTISOL” y “:,(”, que tiñeron nuestro 2020 de una rítmica, dulce y —si el oxímoron es tolerable—agradable saudade

Quisiera detenerme en este último tema, porque ofrece la clave perfecta para entrar en A los amigos de verdad no los he olvidado, el último EP de Niño Baldío. Esa desazón existencial sumamente ligada a lo cotidiano de “:,(” está presente en la música más lenta y más inclinada a la reflexión del nuevo EP. ¿De dónde viene, por cierto, esta reflexión? 

Por supuesto, del deseo y las expectativas, dos fuerzas capaces de dos cosas: de provocar la melancolía y de alimentar el crecimiento humano. Son tres, en total, las canciones que, de alguna forma, presentan la revisión de toda una vida. Una vida joven que, en pleno tránsito hacia una adultez, se detiene en lo mucho y lo poco que ha logrado hasta el momento, como ocurre con casi todo el mundo. Pilas con las letras. Quizá muchxs nos sintamos identificados.  

5. X – Sexores y varixs artistas

Una suerte de regalo para los fans fieles, y también para quienes hasta ahora no se han interesado mucho en la música de Sexores, pero que a partir de ahora lo harán. ¿Por qué? Porque los diez años de trayectoria de la agrupación quedan admirablemente condensados en esta colección de buenos covers.  

La oscuridad que exuda la banda quiteña afincada en México está bien representada en estos 12 temas procedentes de los distintos estilos y momentos. Y está notablemente reinterpretada, en unas versiones que capturan de forma incluso más intensa la época dream pop del grupo —por ejemplo, “Daywalkers”, interpretada por Amparo Carmen Teresa Yolanda—, les dan a canciones del estilo antiguo un toque más cercano al synth-pop que Sexores practica en la actualidad—pienso en “Gn”, interpretada por Fryturamac o en “Doppelgänger”, interpretada por Koala Precipicio—, o, por otro lado, añaden un aire bastante menos sombrío a temas que lo son en grado sumo —lo muestra bastante bien “Nos dijo la Serpiente”, tocada por Tonicamo—. Todo eso y más está en este bello disco conmemorativo. 

Si eres de aquellos melómanos empedernidos, un ejercicio divertido puede ser volver a escuchar los temas originales de la banda y compararlos con estas reinterpretaciones. Te aseguramos que habrá mucho en qué fijarse. Y si ya llegaste hasta aquí, una experiencia incluso más intensa, y un homenaje más indicado, puede ser escuchar completa la discografía de Sexores. Si lo haces te embarcarás en un viaje lisérgico, nocturno, envolvente que te pondrá cara a cara con el filo más lóbrego de la cotidianidad… y del alma

6. Lugar de Fieras – Las Rosas de Hiroshima

José Orellana es una buena cabeza creativa. Ha pasado por dos de los grupos que refrescaron la escena ecuatoriana en la década pasada: Jodamassa y La Madre Tirana, y en ambos proyectos su aporte fue valioso, como vocalista, guitarrista y letrista.  

De su mente entroncada profundamente con la poesía han nacido canciones que le apuestan al simbolismo en las letras. Un simbolismo que se apoya en un mundo personal construido por juegos de palabras, guiños y referencias a granel —pensemos en la riqueza de significados del nombre La Madre Tirana, o en el hecho de que este nombre haya sido tomado de una de las canciones de El centro en el Sur, álbum de 2015 de Jodamassa—. 

Ahora, con su nuevo proyecto —emprendido en compañía de Roberto Ávila y otros músicos—, La Rosas de Hiroshima —¿un guiño a la famosa composición del poeta brasileño Vinícius de Moraes? —, Orellana parece profundizar en la vertiente que inauguró La Madre Tirana. Sí, ese sonido experimental de tradición latinoamericana, un tanto retro y, al mismo tiempo, juvenil que emplea a la vez la sensibilidad pop y unos riffs potentes

Lanzado poco antes de la pandemia, Lugar de Fieras, el segundo trabajo de Las Rosas de Hiroshima, es un prisma de sensaciones y un torrente de bellas epifanías que recuerdan un poco al gran rock argentino de los años 80 y 90. Una muestra variada de inspiración capaz de brindar temas tan variados y pegadizos como la romántica “China”, la desafiante “Tarántula” y, por supuesto, esa épica inusual y cambiante que es “Cornalina”. Si todavía no has escuchado esta obra exigente y bella, ¿qué esperas? 

Andrea Aguirre

7. Pichirilo Radioactivo – Pichirilo Radioactivo (EP)

La música de Pichirilo Radioactivo emergió nuevamente en estos tiempos pandémicos, con un EP intenso de seis canciones para reavivarnos y hacernos añorar un bailecito loco. Esta banda profundamente original, sujeta a un frente de vientos y una base de batería y bajo, lanzó este trabajo homónimo que recopila varios de los temas que nos hacían movernos un montón cada vez que los veíamos en vivo. 

La producción musical tuvo un proceso bastante espontáneo y largo. Algo muy propio de la banda, ya esta también surgió de procesos muy fluidos. En una casa en Nayón se armonizó la experiencia de grabar nueva música con la de convivir por un tiempo entre panas, y el 2020 por fin dio luz al tan esperado registro de esos momentos, el cual denota una interesante concepción sonora y visual.  

Escucharlo es transportarse mentalmente a una fiesta colosal. Ritmos fuertes, enérgicos, con bases jazzeras, aires cumbieros y demás juegos de sonoridades que caracterizan a la banda y evidencian su gran dinamismo. Es recordar lo lindo que era poder bailar con libertad, sentir lo valioso de la proximidad y del poder mirarnos de frente. Es sentir a través de la memoria, la energía frenética que nos regala un buen pogo

8. Pukapacha – LaMafiAndina 

LaMafiAndina es un proyecto que enlaza lo rural y lo urbano. Una propuesta que lleva dos años impulsando la cultura nativa de los Andes. El propósito es proteger y expandir su legado, identidad y cosmovisión a través de la música, utilizando además el poder de la lengua local. Más concretamente, a través de la fusión entre melodías andinas y rap. 

Pukapacha es su primer “wawa”, su primer trabajo discográfico. Contiene ocho temas que se entrelazan entre sí, como en una oda al nuevo tiempo —el tiempo del retorno a los orígenes—, y también como una invitación a despertar la memoria ancestral y sintonizar con lo que verdaderamente somos.  El disco se configura con el rap en kichwa y en español, cantos rebeldes, sonidos andinos que se combinan armoniosamente con sonidos modernos y conducen a un viaje sonoro de reconexión y cuestionamiento. 

Las letras están empapadas de sabiduría y reflexión. En varios temas se evoca la magia y la libertad femenina. Otros puntos para destacar son el poder del ser consciente, la unión con la madre tierra y la importancia de honrar los saberes de los pueblos originarios. En general, Pukapacha es un trabajo que aporta al urgente y necesario fortalecimiento y reconocimiento de nuestra cultura. A la consciencia espiritual y social. Y muestra el claro florecimiento del colectivo MafiAndina. 

9. Cantando Juntas – Colectivo Cantando Juntas (EP)

El Colectivo Cantando Juntas es una propuesta nueva, orgánica, y refrescante que se consolidó en el 2019, en Quito, gracias a Paula García, Laura Rey, Romina Calleris, Sol Córdova y Sophya Ramírez. Con sus proyectos, estas cinco cantautoras han brindado fuerza a la presencia y energía femenina en la escena artística. 

Cantando juntas es su primer EP como colectivo. Constituye una producción que revela gran sensibilidad, naturalidad y cariño, con una base conceptual y un principio que las une, enfocado en transmitir la música como herramienta de sanación. Su propuesta es libre, abierta a colaboraciones, receptiva al cambio y a la experimentación. Los temas varian entre composiciones que se hicieron en grupo, en duo y en los proyectas solistas de cada artista. Son canciones que comparten la influencia del folklore latinoamericano, lo cual es un reflejo de las raíces de estas mujeres que provienen de diferentes zonas de la region y han unido sus caminos en este punto del mapa   

Este trabajo reafirma la importancia de crear redes de apoyo y sostenimiento entre mujeres, de incentivar proyectos en donde se rescate el compartir y colaborar entre todxs. Estos son aspectos esenciales para el crecimiento colectivo. 

Manu Guayasamín  

10. <t3 – Tayos Tayos Tayos (EP)

El corazón de la banda más ñengótica de Guayaquil sigue latiendo. Aunque este último lanzamiento revisita algunos temas que ya venían sonando en las tocadas en vivo de la banda, también es la viva prueba de que lo “ñengo” se está estilizando.

Escuchar a Tayos es transportarse a un mundo estético y narrativo muy particular y divertidamente oscuro. Para esta ocasión, a este mundo se han incorporado sonidos y arreglos un poco arriesgados como un beat ???????? en “El Cráneo de Santa Isabel”, el cual puede hacer o matar una canción. Aquí no muere nadie. Y estas adiciones funcionan y nos entregan algo que suena a TTT, pero revitalizado. 

Si de algo puedo quejarme es que sigo esperando un LP de Tayos Tayos Tayos, pero la paciencia es una virtud que quiero practicar en el 2021. Así que por ahora sólo me queda escuchar “Blodia”, los singles y <t3 —se pronuncia: menos que t tres— en loop.

11. Too Bad – Chloé Silva (EP)

Si hay una artista de acá que salvó mi 2020, esa fue Chloé Silva. Su EP Too Bad, sus últimos singles, y su presencia en redes (jiji), son como respirar un aire fresquito que hacía falta. Vale la pena poner atención a la música de Chloé, porque su voz es potente y las melodías ultra pegajosas. Aunque vivía por siempre peleada con la decisión de algunes artistas de hacer música en inglés, cuando acá se habla español, su trabajo es tan prolijo, y la vida tan corta, que cedí.

Dicha derrota me permitió disfrutar de principio a fin el EP de las cinco canciones que estrenó en abril. Todas son suavecitas, seductoras y melancólicas. Toma cosas del soul y del R&B, pero las entrega con una estética y sonoridad muy DIY. Después de todo, el disco fue hecho en su cuarto, y acabado en medio de la cuarentena.

Me emociona que en circunstancias limitadas, Chloé haya podido presentarse al mundo musical —oficialmente— con un trabajo tan completo y con temazos como “Stuck On You” y “Sensitive”.

Si aún no la has escuchado, acá te dejo el disco. Y si te quedas con ganas de más, Chloé estrenó después unos cuantos singles para que siga la Chilvanakin-mania.

12. Montaña Rusa – Rosero (EP)

A ratos siento que Rosero salió de la nada. De repente lanzó su single “Llámame” y unas semanas después su EP debut, Montaña Rusa. O tal vez yo no estaba viendo en la dirección correcta, pero él definitivamente está viendo algo y apuntando lejos. En ocho canciones, este álbum es la perfecta distracción para el caos que es vivir en medio de una pandemia. 

Es divertido y tal vez algo naive, pero así mismo es la adolescencia. Rosero le canta al amor, al desamor, a crecer, y la pesadez de la rutina como en el tema favorito de todes: “Película”. Hay sintes por doquier y es un digno hijo producto del amor que hay entre el internet y “lofi hip hop radio – beats to relax/study to”. Pero, si tengo que escoger entre ese infame video de Youtube y la música de Rosero, me quedo mil veces con este lindo EP que sienta buenos precedentes para las futuras generaciones de músicxs en el país.

Juan Sebastián Jaramillo 

13. “Disco Hueso” y “Animales” – Pánico (EPs)

“¿Hay algo que Sebastián Valbuena no haga bien?”, es lo que me pregunto cada vez que escucho que Pánico sacó un álbum, o dos, o un E.P en cuarentena, o que Sebastián colaboró con la animación de tal o cual video musical. Y es que, sí, parece que el confinamiento le sentó bien a su producción musical, porque hizo dos publicaciones en cuarentena. Animales, lanzado en marzo y que es como una continuación de Náusea (2019), y Disco Hueso, un EP con seis temas, publicado en mayo. 

Para mí, la música de Pánico es una de las joyas de la música ecuatoriana y merece mucha atención. Puede que su estilo no sea para todxs, marcado por la guitarra acústica en solitario —casi siempre— y uno que otro ritmo andino introducido en su canción de autor. No obstante, sus letras reflexivas invitan siempre a sumergirse y rasparse en las asperezas de la vida. 

Bien podría decirse que el quehacer musical de Pánico es trabajado y trabajoso. Es realmente sorprendente el volumen de su obra. Lleva más de diez años compartiendo su música, grabada en casa, en plataformas digitales. De hecho, ya son 23 publicaciones entre discos y E.P’s, con más de 120 canciones producidas. Al menos, así consta en su página de Bandcamp. Sebastián Valbuena, gestor y corazón del proyecto, es un obrero de la música, un trovador andino que heredó del pasillo la nostalgia y del sanjuanito, el color. Recomendaciones —una por cada disco o E.P del 2020—: “Ocelotes”, y  “Espejo”.

14. Demos – Foco (EP)

Imagina que juntas al pana que toca la batería en la película “Whiplash” con las guitarras de los Strokes. Algo así suena este dúo, conformado por Juan Sebastián Piedra —en la batería— y Mateo Molina —en la guitarra—, dos músicos quiteños que se juntaron en Nueva Orleans —la cuna del Jazz— y decidieron sumarse a las corrientes del jazz y el rock contemporáneo. O sea, fusionaron un poco de ambas . Lanzaron un E.P con cuatro temas llamado Demos en junio de 2020 . Para noviembre sacaron una sesión en vivo, grabada en Soundgarden y, aparentemente, este año saldrá su primer disco. 

Pana, si eres de los que tripean Jazz the Roots, Don Bolo, Pichirilo Radioactivo, chequea esta banda. Si te gusta The Strokes, Arctic Monkeys, The Smiths, Foals, también hazlo. Si te gusta el bebop y el cool jazz, una vez más, chequea esta banda. Si te gusta la música en general, chequea esta banda. Tal vez te guste, o no, pero no vas a poder decir que son un par de músicos flojos y aburridos. La canción que más me gustó del E.P es “Barryd”. 

Aquí la sesión que se menciona arriba:

15. Especies afines – Quixosis

Para quienes no lo conozcan, Quixosis es un productor quiteño de música electrónica. Sus sonidos figuran dentro de la corriente conocida como andestep —o andes step—, que hace referencia a la fusión de la música electrónica con elementos de música tradicional sudamericana. En septiembre de 2020 lanzó Especies Afines, un álbum con siete temas donde experimenta con “las duplicidades de tempo, combinando especies dispares de ritmos en cuentas dobles sincopadas, polirrítmicas”, según la descripción en su página de Bandcamp.

Este es un disco de texturas y vibraciones, de aceleraciones y frenos bruscos, llenos de energía. Fácilmente podría entrar en una playlist de meditación o de vibraciones cósmicas. Si bien no es música “relajada”, por así decirlo, es música que invita a la contemplación y a la meditación activa. No tienes que estar en un rave para disfrutarla, puedes simplemente ponerte audífonos y echarte en la cama a ver el techo, para tripear y saborear las propuestas de Quixosis. Canción recomendada para el ejercicio propuesto anteriormente: “Felpa”. 

Lilibeth Acuña

16. Spliff – Surfeadores Rosa x La Muerte y Todos Sus Amigos (EP)

Spliff nació cual bebé pandémico a inicios del 2020, producto de la hermandad entre Surfeadores Rosa y La Muerte y Todos Sus Amigos. Para entender este EP primero tenemos que ponernos algo técnicos. Spliff es un Split EP. Para quien no tiene idea de lo que eso significa —como yo hace 60 segundos—, un Split EP es una colaboración entre dos o más artistas o agrupaciones en la que se incluyen canciones de autoría de ambas partes. Spliff, el EP en cuestión, lleva cuatro canciones, dos de Surfeadores Rosa, y dos de La Muerte y Todos Sus Amigos

A primera oída, no se puede evitar preguntar qué hacen estas cuatro canciones juntas. Los temas de Surfeadores Rosa son tan livianos y refrescantes —especial énfasis en “Te Quiero Ver Hoy”— que pasan como unas frutillas con hartaaa crema en un viernes de verano. Por el otro lado, La Muerte y Todos Sus Amigos trae temas para el mismo viernes, pero de noche, cuando el cuerpo lo sabe y el demonio también. Esta aparente disonancia pide a gritos algo de contexto de su creación. 

Érase una vez Ian Pico y Jota Armendáriz tocando en Still Anonymous, su primer proyecto musical. El proyecto sigue en pie y los integrantes continúan en él, pero Ian ha pasado a formar parte también de La Muerte y Todos Sus Amigos, y Jota de Surfeadores Rosa. Así es como La Muerte y Surfeadores terminaron compartiendo tarima, y calculo que mucho más, en varias ocasiones. La cuestión es que la hermandad de Jota e Ian es palpable en escena, tras bastidores, en el after, al desayuno el día después, y cada que comparten un espacio. Así, las bandas amigas querían conmemorar su hermandad en un EP producido en conjunto, en lo que llaman su hogar, Niandra, estudio discográfico.  

Volver a escuchar Spliff con el contexto de su creación fue entender por qué estos cuatro temas, aunque todos sólidos por su cuenta, se pertenecen entre sí, juntos. Para quien aún no le cuadra el EP tal cual, que se asome pos pandemia a un show La Muerte y Todos Sus Amigos x Surfeadores Rosa. 

17. El Destino – Letelefono, Pastizales & Peter Goodend

Espero no ser la única a la que le pasó esto en la niñez. ¿No te gusta la sopa? Doble plato. Cada tema de El Destino es como Letelefono y sus amigxs diciéndote al oído: ¿no te gusta el autotune? Jodido. ¿No te gusta el sintetizador de videojuego de los 90s? Cagaste. ¿No te gustan los villancicos? Es una pena. El Destino te pone enfrente el paraíso de lo cringe. Resulta que al escucharlo mágicamente se te abren las puertas del horizonte de lo cringe. Lo que está más allá es bacán.

Bueno, y ¿qué significa esta fanesca ecléctica? Gusqui lo dijo ya en su traducción álbum-crónica: “Amigos en un callejón, ¿ese es nuestro destino?” Esta entrega bien podría ser un cataclismo cerebral de este trío de amigos ante la pandemia. Quizá es lo que toda la gente, artistas o no, hemos venido haciendo: intentando sacarle algo de sentido a esta distopía. Parece que Letelefono, Pastizales & Peter Goodend encontraron la mejor manera: hacer algo más ridículo que lo que vivimos. Algo tan ridículo que no puedas evitar disfrutarlo. Y les salió bien. 

 

18. Todo o Nada Vol. II – Matico Pro

Encontrar música honesta es un cariñito al corazón. En medio del mar de contenido que vivimos hoy, dar con una canción, un álbum, un artista que sientes real, sea por alguna característica aurática de la música o la subjetividad de cada uno, es siempre una grata sorpresa. Todo o nada Vol. II se siente como un manifiesto de las vivencias, sentires y procesos del artista. Es relacionable: fácil de querer y sentirlo propio. 

Todo o Nada Vol. II te sirve 11 temas de hip hop y pap, rebozados con una gota de Soul, listos para consumirlos como una pastilla de verdad. Matico Pro los presenta como un homenaje a sí mismo y a su proceso catártico, cosa que le cae como anillo al 2020, que nos invitó a todxs a hacer lo mismo. En el disco se incluyen participaciones de otros artistas ecuatorianos, entre ellos Caro Mora, Mpaul, Risk, Gary Galáctico y Mijael Pro. La producción fue realizada en MamaRecords, sello discográfico, y masterizado por Pelikan Records, en las Islas Galápagos.  

Le sigue pisando las huellas la segunda parte de su disco doble, Todo o Nada Vol. I, a ser estrenada en febrero. Cuentan los rumores que pronto tendremos videoclip con una sesión de improvisación de rap en las Islas. Qué más se puede pedir. 

Juan José Geller

19. Obrado – A2H+

El dúo A2H+ —o Anarquía Hip-Hop— estrenó, en un show presencial en marzo de 2020, Obrados, su cuarta producción discográfica. Después varios años de hacer rap, tres EPs, varios singles y su nombre ya marcado en el imaginario de la escena independiente nacional, los MCs guayacos K-Mada y El Cholo vuelven con su primera producción de larga duración, en la que vuelven a mostrarnos su inconfundible sonido e identidad musical.

En sus 10 nuevos temas, A2H+ representa con fuerza al rap escrito desde la búsqueda y necesidad de expresión personal, dejando de lado cualquier tipo de pose o apariencias tan comunes en los géneros urbanos en la actualidad. Temáticas crudas y honestas que van desde la conciencia social hasta la introspección personal. Además de los sonidos sampleados que proponen en sus beats, el disco también cuenta con la participación de Diego Spotorno (guitarra), Javier Vera (teclados) y Joshua Abudeye (bajo), quienes también acompañan a los raperos en sus presentaciones en vivo. 

Obrados es un disco que muestra a un A2H+ ya consolidado, con ideas claras, un estilo propio y con una interesante proyección dentro del panorama hip-hop de la región

20. Tech – Akelonte Music

El MC quiteño Milton Rubén Miranda, mejor conocido como Akelonte Music, también apareció en el panorama musical de este 2020, con su álbum Tech. Integrante del colectivo artístico “Generación Dekpitada”, donde debutó y comenzó a explorar su sonido, Akelonte nos presenta ahora una producción de larga duración compuesta por nueve temas. En ellos busca plasmar sus vivencias, distintas influencias musicales y su postura frente al género. 

Trabajando en colaboración con sellos independientes locales como Jungla Studio, Ronca Estudio y Da Station Records, ha logrado un disco sólido con alta calidad técnica. Las barras se ven acompañadas de forma idónea con los beats de Jakobeat, quien estuvo a cargo de ocho de las nueve instrumentales del disco. También cuenta con las colaboraciones de Mr. Sak, Cht 93, Rashitboy y DJ Racso desde Chile. 

Tech es, en definitiva, un buen inicio de la carrera de Akelonte Music y nos invita a escuchar lo que se venga en el futuro. 

21. Cápsula – Hombre Pez (EP) 

La pandemia y el encierro desencadenaron en una producción artística y musical sin precedentes. Muchos proyectos fueron concebidos y producidos en este contexto. El músico y productor quiteño Sebastián Game vuelve con su original proyecto como solista: Hombre Pez, esta vez estrenando su nuevo EP, Cápsulas, un disco inspirado en estos tiempos insólitos.  

En el 2012, durante su estancia de cinco años en Santiago de Chile, Game empieza con este viaje llamado Hombre Pez, en el que experimenta tanto musicalmente, con elementos viscerales del rock y la psicodelia, como en el lado performativo y visual. Después de producir dos discos de larga duración —Los Humanos Ya No Son Tan Amigables (2015) y Extranjero (2017)— el año anterior volvió con un EP que marca una época distinta y nueva en la trayectoria de su autor. El disco fue realizado en su totalidad por Sebastián durante el encierro, acompañado de su pareja e hija, con quienes ha podido trabajar en videos e imágenes promocionales del álbum. Aparte de su ya característico sonido rockero y crudo, en esta ocasión experimenta con sonidos del country, el blues, entre otros. 

Cápsula nos demuestra los saldos positivos a nivel artístico que ha dejado el encierro y pone en evidencia nuevamente lo interesante y creativo que puede resultar Sebastián Game con su alter ego Hombre Pez. Pilas, que ya anunció una nueva producción para este 2021. 

***

LA SOBREMESA

Ver tantas melodías tan diversas nos permite sentirnos optimistas y reconocer que pese a las dificultades antiguas y recientes, la música alternativa ecuatoriana se mantiene a flote con gracia. Es alentador notar cómo los sonidos que salen de nuestro país se tornan más arriesgados en algunos casos, o más maduros en otros. La creatividad sigue a flor de piel. 

Pero es momento de que también nos preguntemos cuál es el siguiente paso, y cuál es el objeto de darlo: ¿A dónde va tanta oferta en un medio tan pequeño como el nuestro? ¿Cómo se pueden fortalecer las redes que existen entre lxs artistas para exponer su trabajo y compartir conocimientos? ¿Cómo se puede involucrar más a una audiencia alienada por el Internet y el distanciamiento social? ¿Cómo se rompe la camisa de fuerza de la cultura de nichos?

Crear música se está tornando en un ejercicio cada vez más sencillo de ejecutar en la individualidad y en el aislamiento gracias a la tecnología. Durante la pandemia, esto probó ser un beneficio para quienes se dedican a ello y también para quienes nos dedicamos a atestiguar y hablar de ese proceso. Sin embargo, no hay que olvidar que lo que le da sentido a la música como virtud humana es su poder para conectar a las personas y agitarlas en la colectividad

Sabemos que seguir haciendo shows en línea puede ser tedioso y nunca va a reemplazar la experiencia de compartir en vivo, en carne y hueso, para lxs artistas ni para la audiencia. Sabemos también que el modelo económico del streaming representa una estafa —en los términos más crudos— para lxs músicxs independientes, y peor aún para lxs emergentes. 

Y por eso mismo, podríamos pensar que es buen momento para regresar a ver al espacio público como una plataforma posible para exponer música, para encontrarse con nuevos oídos y para revitalizar a nuestras comunidades. O si no, que es buen momento para pensar en redes de distribución que vayan por fuera de las plataformas, o para abanderarse del espíritu HTM (Hazlo tú mismo), más allá de la capacidad de componer y producir temas —¿afiches en la calle? ¿distribuir flash memories en el transporte público?—.

Y finalmente, para cerrar con esta disertación y con el festín de recalentado, preguntamos: ¿Por qué no pensar en la música como un lenguaje narrativo multifacético? 

Ejemplos abundan de artistas que apostaron por crear una experiencia que va más allá de escuchar música, hacia la creación de lo que prácticamente es un universo paralelo: Year Zero, de Nine Inch Nails; Because the Internet, de Childish Gambino; Gorillaz en su totalidad; Amar é Para os Fortes de Marcelo D2. Salvando las distancias, creeríamos que hay algo que aprender de estos experimentos transmedia en los que la música se convierte en un catalizador de una comunidad de personas que se integran a un juego, o a una historia.  

Tenemos ejemplos consistentes, y actuales, de esta forma de trabajar en nuestra escena: El disco doble de Lolabúm y Azul de La Máquina Camaleón.

Puede ser muy confuso y estresante ver cómo todo se disuelve en el internet hoy en día. Pero para quienes se aventuran a tomar el toro por los cuernos, este panorama también puede verse como un terreno fértil para crear comunidades sin límites y sin barreras más que la imaginación.Comunidades interdisciplinarias de artistas que alinean sus visiones para cosas grandes, y de audiencias que se comprometen con seguir expandiendo esos mundos y manteniéndolos con vida por fuera del encasillamiento de los algoritmos.

En fin, limpiamos la mesa. A ver qué nos depara el 2021. 

Y por si quieres una visión más completa del año que se fue, aquí tienes una selección de notas y reseñas que no puedes dejar de leer: 

Alta Vibra en esencia: toda la energía de la playa a tu casa

Deathroll En esencia: dentro del vórtice de la deshumanización

María Limosnas en esencia: el auténtico yahuarlocro latacungueño

La Rola En Esencia: Portoviejo grita, ¡larga vida al rock!

Ábrete Sésamo En Esencia: un conjuro para abrir puertas y tejer redes

PLOP En esencia: la tradición de la ruptura en el hip hop

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