La muerte de Jaime Roldós: La intimidad como acontecimiento Histórico

por Los Detectives Fantasmas

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*Colaboración especial de Cristina Burneo

http://nocturnassalas.blogspot.com

En 2006, Mateo llegó a la vida de Lisandra y de Manolo. Tenía cuatro años. Ellos se convirtieron en madre y padre inmediatos. En 2006, Lisandra y Manolo, a medida que crecían en su mapaternidad gracias a Mateo, concretaron su proyecto sobre la muerte de Jaime Roldós y Martha Bucaram. Mateo se convirtió en hijo de sus padres mientras ellos esbozaban los primeros trazos de esta historia. Allí se amalgamaron varias historias: la de Mateo, Lisandra y Manolo, y la de Roldós, también concebido a partir del afecto.

El encuentro entre Lisandra y Manolo lleva a otro, con Pilar y Santiago. Es 1999. Todos viven en Madrid. Pilar Aranda y Santiago Roldós habitan el mundo del teatro. Lisandra I. Rivera y Manolo Sarmiento, el del cine. De su amistad, sale el proyecto Tralalá. Cada uno de los cuatro debe crear un heterónimo a fin de intercambiar cartas con los otros. Santiago se bautiza a sí mismo como Hamlet. En esta relación epistolar aparece su historia. En este elogio de la amistad por medio de la correspondencia, se origina la posibilidad de La muerte de Jaime Roldós, pienso yo, mientras ato cabos en lo que Lisandra me cuenta. Hamlet opera como signo para la reflexión en varios niveles. Pierde a su padre. Es el heredero. Santiago Roldós se retira del lugar del príncipe heredero y de las arenas de la política se desplaza al teatro, no menos político, pero sí lejos del clan que le estaba destinado. En el documental, Martha, su hermana mayor, ahora instalada en la política, aparece en una imagen de su boda cerca de su amigo Rafael Correa. Crepitaciones de algún pan. Diana, su hermana, vive en México, es economista. En el documental, es Santiago quien más relata. Sus hermanas viven procesos distintos. La evocación de Hamlet reaparece cuando Arístides Vargas le dice a Santiago, en una escena, que su historia tiene mucho de este personaje. Teatro en el cine y en lo político, otras dimensiones de la conciencia.

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Lisandra es la codirectora de este filme. En un inicio productora, su visión de la historia de Jaime Roldós se fue cruzando con la de Manolo, en desencuentros y en consonancia, siempre desde dos individualidades. Se convirtió en un trabajo de coautoría. Lisandra vive en Ecuador hace 21 años. Su mirada es extranjera. Enterada, sumergida, pero marcada por una distancia que le permitió una lectura contrastante con la de Manolo, desde adentro. A esta mirada extranjera se sumó la de Manoela Ziggiatti, brasileña, editora de Roldós. Manoela inscribió en su trabajo ambas percepciones de la misma historia, más la suya propia y la de las narrativas que hacen la película. Al instalarse en el país para ensamblar la historia, Manoela actuó como lugar de convergencia de varias subjetividades. Roldós es plural e inquisitiva. Pregunta por el lugar Ecuador respecto a la dictaduras del Cono Sur en los setenta; por las luchas centroamericanas de izquierda y su afinidad con el pensamiento de Jaime Roldós; por la imagen de Roldós citada y vuelta a citar como referente hasta hoy, revisa nuestra memoria política con un archivo enorme y leído minuciosamente, pero también es la historia de la pérdida de los padres y la manera en que la pérdida personal se vuelve indisociable del hecho político.

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Entre otras cosas, Roldós supuso para Lisandra una difícil confrontación con el tema de la orfandad. La de su amigo Santiago, la de Mateo respecto a sus padres biológicos, sus procesos de duelo. Esta es otra de las premisas de su película: el duelo. El duelo inconcluso del país ante una pérdida no resuelta. Parte de la ética de una autoría como ésta consiste en incorporar su historia a la Historia. Creo que ahí hay acontecimiento histórico: en el pensar desde lo íntimo. Allí reside la capacidad de revisar el pasado, y eso demanda un compromiso que nos afecta en los actos cotidianos, en lo político de nuestra circunstancia personal. Es lo que me dice la manera en que Lisandra hila esta historia. Mirar lo personal dentro de los procesos colectivos, lejos de lo vano, hace más bien de lo privado un espacio político. Lo privado es consciente, cargado, pensante.

En su Elogio del amor, Alain Badiou sitúa el origen del amor en el azar. Los juegos del amor y del azar, dice, son ineluctables. Pero, en un momento dado,  continúa, el azar debe ser fijado. Debe comenzar, justamente, la duración.” También lo político sucede en la duración por la que apostamos tras los azares dispuestos por el destino. En esa fijación del azar se juega nuestra voluntad de construir verdades y la manera en que las articulamos con nuestra decisión de releer, revisar, con-sentir con los otros. Allí sucede la política y, en La muerte de Jaime Roldós, la posibilidad de hablar.

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