La Casa Rodante intentará entrar a México de nuevo

por Juan Sebastián Jaramillo
El pasado diciembre, Ricardo Pita iba a presentarse en el Festival Internacional de Trova de Yucatán, pero un hecho inesperado lo impidió. No obstante, a pesar de ese momento amargo vivido, tiene motivos para ser feliz. Su nuevo disco, La casa rodante, finalmente está completo. Conversamos con el músico ecuatoriano sobre estos temas.

Ricardo Pita en un concierto en el Selina de Quito. Fotos: Juan Sebastián Jaramillo

Tras un aventurero 2019, en donde tuvo que enfrentarse a una inesperada y fuerte situación, como fue la restricción de entrada a México, Ricardo Pita se encuentra listo para terminar de presentarnos su último álbum, La Casa Rodante.

Se trata de una producción de diez canciones que nacieron a partir de la gira musical que Pita realizó con su anterior álbum, Amuleto. Una travesía en la que recorrió varios países sudamericanos y dos europeos. Precisamente, el nuevo disco tiene como hilo conductor a los viajes de carretera, las amistades, las fronteras, la movilidad.

Por este motivo resulta anecdótico el hecho de que a este músico en particular le prohibieran la entrada a México sin argumento sólido alguno. Según cuenta Pita, él contaba con su carta de invitación y todos los documentos en orden. Pero este tema ya ha sido tratado en los grandes medios de comunicación nacionales y, gracias a esto, el gobierno mexicano y la Cancillería ecuatoriana se pronunciaron frente a este incidente.

Cartel del Festival Internacional de Trova. Foto: archivo del festival

El Estado mexicano le impidió a Pita cumplir el sueño de cualquier cantautor en auge, llegar al Festival de Trova de Yucatán y compartir escenario con grandes e históricxs cantautorxs latinoamericanxs como Caetano Veloso, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Kevin Johansen o la entrañable Natalia Lafourcade. Jugada del destino también, el festival terminó siendo suspendido por las autoridades de Yucatán y aún no cuenta con una nueva fecha.

Pero volvamos a lo importante de esta nota. El incidente se produjo mientras Pita lanzaba en forma de singles cada canción de su última producción. Ahora, está previsto que en este mes de enero salgan las últimas dos canciones para que su audiencia cuente con el álbum completo. La Casa Rodante , siendo fiel a su nombre, fue grabado en varios lugares: Ecuador, España, Chile y Argentina. En este último país estuvo involucrado el músico Ezequiel Borra —músico y productor argentino que visitó a Ecuador en 2016, junto a Perotá Chingó—, quien había ofrecido su estudio a Pita para que grabe ahí su nueva producción.

Portada del nuevo álbum de Ricardo Pita. Foto: cortesía de Ricardo Pita. Diseño: Ivis Flies

Radio COCOA: ¿La Casa Rodante tiene algún concepto general?

Sí, el nombre es el concepto del álbum. La Casa Rodante era esta idea de canciones de carretera que tiene la intención de ser un álbum para escuchar mientras manejas de un punto A a un punto B. Si estás yéndote a la playa desde cualquier ciudad. Y a la final habla de carreteras.

Por ejemplo, “El Sueño”, el primer single que salió del álbum, habla de salir a buscar lo que quieres de la vida para cumplir tus sueños. “Zapatos Viejos” habla de salir a la carretera a pie, digamos. Habla de esto, ir caminando por el mundo, es un disco que tiene mucho esta onda de trotamundos que es a la final en lo que se ha convertido mi proyecto. Desde el primer disco que saqué, antes de que esté listo tenía invitaciones a Chile y Argentina. Entonces, desde que salió el primer disco yo ya estaba afuera del país haciendo cosas. Y desde que arrancó este proyecto, todos los años ha habido viajes y esta es la primera experiencia en la que una frontera nos ha tratado así, pues hasta ahora ha sido bien amigable todo.

Creo que a la final La Casa Rodante, este concepto como tal, tenía que toparse con una experiencia así, una frontera más dura y hostil. Pero es parte de andar viajando.

RC: Concretamente, ¿cómo crees que se relaciona lo que te pasó en México con el álbum?

El disco tiene esta cosa muy visual de la casa rodante, es un auto, una kombi, pero el disco habla mucho de viajes en tren, aviones, carreteras, trayectos. Y a la final habla de cómo el viaje te lleva por altos y bajos. Y solo porque la vida es así, la vida está llena de altos y bajos se habla de eso. Pero bastante de lo que he vivido con este proyecto ha sido chévere, bacán, y a la final por hablar de carreteras la realidad de lo que uno dice se compagina con la realidad donde uno vive y termino topándome con esta frontera, literalmente, en rejas y termino preso treinta horas en un aeropuerto. Creo que al hacer un disco de viajes te tienes que topar con toda la experiencia que implica el vivir en carretera, en viaje.

RC: ¿Y cómo te sentiste con todo esto? A la final millones de personas se topan con esto de la migración y la migración ilegal. Tú estando en otra posición, en la que viajabas por temas profesionales, al verte con tus derechos restringidos, yo creo que te cambia la perspectiva o te sensibiliza más.

Sí, cómo no. Más aún al estar tan incomunicado, no poder decirle a alguien “oye, por favor, estoy aquí, haga algo alguien”. Pero creo que el momento de miedo, de pánico, de decaimiento que te puede dar, en mi caso al menos fue bastante previo, porque empiezas a ver a tanta gente ahí pasando por este momento tan duro. Empiezas a ver a más gente pasando lo que tú pasaste una hora atrás y más bien el espíritu se pone fuerte y te pones en plan de ayudar a los otros y te olvidas de lo que tú estás viviendo, te pones en servicio de los demás.

A pesar de que estaba viviendo un momento de injusticia tremenda, de maltrato tremendo, lo que se vivía adentro, más allá del horror del calabozo… Al mismo tiempo que estás viendo ese horror de cómo la gente que está ahí en el poder no tiene humanidad alguna y te trata de manera deplorable, ver adentro la hermandad que se crea y ver cómo la gente se está dando la mano y apoyándose y ayudando al nuevo, al que llega asustado, diciéndole “tranquilo, así van a ser las cosas, aquí estamos juntos”, ver ese espíritu fuerte y cómo se humaniza todo, son las dos caras de la moneda.

Fotos promocionales del nuevo álbum de Ricardo Pita. Foto: cortesía de Ricardo Pita

RC: ¿Has pensado hacer alguna canción sobre lo que te pasó ahí?

La verdad es que yo no compongo nunca planeando hacia dónde voy o qué quiero decir, más bien dejo que fluya. Estoy seguro de que va a pasar pero no lo he planificado. Realmente desde que llegué y todo lo que ha pasado en estas semanas después del incidente, no he tenido chance de sentarme con mi guitarra y tener ese espacio de silencio que es necesario para componer. Pero estoy seguro de que lo primero que salga va a ir muy relacionado con lo que se vivió ahí.

RC: Volviendo al tema del álbum, ¿qué debemos esperar musicalmente de este disco?

Como te digo, cuando yo compongo no pretendo ir hacia ningún lado, sino dejar que me lleve la canción hacia dónde va. Pasó un poco con el disco. Yo le siento muy distinto a los anteriores. El primero era mucho un disco de casa, porque no tenía la pretensión de hacer una carrera de eso. Era un disco que era para mí y tal vez para mis amigos y mi familia y qué sé yo. Pero no era una cosa así pretendiendo que se escuche en alguna radio.

 Luego de eso como que pasaron cosas con ese disco y en el segundo disco ya hubo una pretensión de bueno vamos a seguir este camino. Se planteó una carrera de solista que nunca la había planeado ni pensado. Tener un proyecto de solista que se llame Ricardo Pita todavía se me hace muy extraño. Yo siempre fui parte de bandas. Entonces, este tercer disco creo que agarro esto y digo “bueno, esto es lo que es este proyecto”.

Yo al principio hice estas canciones que dicen “ya no hay mal que pueda maltripearme hoy” o “despierta” o” “qué crees que le falta al que solo cante y tal vez sea solo un poco de amor” y era como que tenía mensajes positivos sin querer, eran las canciones que tenía. En el segundo disco, cuando escuchaba que me mencionaban como el cantautor de la buena onda no me gustaba mucho eso. Yo no soy solo buena onda.

Entonces sí hubo una pretensión de darle balance a ese extremo de luz e hice un disco que quería tener una pretensión más oscura. Y por más que quería las canciones que eran más oscuras igual tenían un mensaje de ser un guerrero y de la luz, etc. Pero en este disco ya hice las paces con ese problema y es lo que me termina gustando de este proyecto. Llevarle cosas buenas a la gente y que salgan de mis conciertos con alguna cosa positiva, con una sonrisa, con esperanza, no sé, con algo bueno.

***

Las canciones que se quitaron de este disco fue porque se iban hacia el otro lado y se eligieron diez canciones que se unían en un mensaje bastante positivo, esperanzador. Y bueno, en cuanto al sonido, hay canciones que llaman bastante a esta onda más tropical de lo que yo había hecho en mis discos anteriores. Zapatos Viejos, por ejemplo, es una canción de son cubano, son montubio, bolero son, super tropical con arreglos de trombones y más.

Luego hice esta canción con Paola Navarrete que también tiene esta onda tropical con cierto homenaje al trío Los Panchos y la música que escuchaban mis abuelos. Y por el otro lado hay eso de rock-indie, entonces creo que la mitad del álbum te lleva hacia un lado y la otra mitad hacia otro. Indie es una palabra muy extraña para mí pero es así. Creo yo que el disco en sí, por la portada que hizo Ivis David Flies, es muy así, de carretera. Para mí las carreteras deberían llevarte siempre a la playa o eso quisiera. Hay mucho de eso. Por más que hay canciones de rock hay una cosa tropical, cálida, digamos.

RC: ¿Cómo crees que nosotros, como ecuatorianos, nos podemos relacionar con tu música en este álbum?

No sé, no podría pretender ponerme en los zapatos de alguien que escuche mi música, más allá de lo que me pasa a mí mismo. Yo soy alguien que escribe canciones dejándolas que pasen a través de mí, como si fuera una antena nomás, recibiendo información y plasmándola en primera instancia en un papel y luego en un disco.

Pero luego yo también las escucho y me pasa algo a mí con mis canciones, pero es muy personal. Por eso es feo cuando te preguntan qué significa tal canción. A mí me gusta que signifique para cada quien lo que significa para cada quien. Pero no podría tener una pretensión de qué significaría para el pueblo ecuatoriano, más bien es bastante sincero, un disco humilde creo, un disco para viajar. Si le logras alegrar la vida a unos cuantos por ahí estoy contento.

RC: ¿Qué viene en este año para el proyecto Ricardo Pita?

Bueno, se termina de lanzar el disco ahora entonces tal vez se hará una gira de lanzamiento para tocar el disco completo. Y al mismo tiempo, te lo adelanto, estoy entrando con mi productor Miguel Sevilla, que ya agarró la batuta y le he dado el timón de llevar el proyecto como productor de aquí en adelante. Hemos acordado seguir trabajando juntos de largo. Vamos a revisar el material desde que se cierra la Casa Rodante hasta adelante, tengo muchísimas canciones así que vamos a talvez a pre producir un cuarto disco. No sé cuándo podría salir, pero para mí con un disco al año estoy feliz pero hay que darle un tiempo de vida a la Casa Rodante porque no ha acabado de nacer.

Pero seguir tocando, seguir grabando, seguir viajando. Y a México hay que volver, ponerse los pantalones y subirse nuevamente a un avión y volver a ese aeropuerto que te hizo pasar tan mal. Con mucho miedo y al mismo tiempo con mucho valor de ir a cumplir con lo que se prometió hacer. Está este festival que quedó pendiente y lo van a pasar supuestamente al 2020. Y vamos a ir y cumplir con las fechas que se tenían planeadas para Ciudad de México, Monterrey, Mérida y Guadalajara. Seguir viajando también, tengo unas invitaciones para tocar en España también y seguirle con todo, esto es como de no parar. Es una cosa así como que el que no rema se hunde. Es a la final para mí vital seguir cantando y diciendo las cosas que necesita el alma decir. Seguir dándole con todo, viajar, grabar, cantar.

RC: Te vas a enfrentar de nuevo con ese monstruo que fue México esta vez..

Sí, sí. Pero creo que estoy contento de que me haya pasado lo que me pasó porque he podido levantar la voz y hacer visible un problema que quizás estuvo oculto ahí quién sabe cuánto tiempo. Y se logró llegar a ciertas autoridades y que se le ponga un ojo a lo que estaba pasando ahí. No sé hasta qué punto dejará de pasar el control desmedido tal vez con ese target que se tiene con ciertos países y ¿si me entiendes? Que haya un control en las fronteras es comprensible pero que te traten como un delincuente solo porque estás tratando de entrar a un país no es posible. Creo que he logrado que haya un cambio y estoy contento con eso.

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