Los actores que hacen las óperas primas

En estos últimos años, el cine nacional ha tomado un giro y ha empezado a centrarse en historias más íntimas y atadas al descubrimiento personal, especialmente ese que se da en la adolescencia. «Saudade», «UIO» y «Feriado» son parte de esta nueva tendencia que está ampliando los horizontes de nuestro cine.

Diego Andrés Paredes, María Juliana Rangel y Pancho Baquerizo Racines son tres jóvenes actores con papeles protagónicos en estas películas. Sus interpretaciones nos dejan a la espera del desarrollo de su carrera, pero hasta tanto podemos conocer un poco sobre sus inicios y la razón que los trajo al cine. De esa forma nos cuentan sobre su experiencia en formar parte de esta ola.

Diego Paredes / Foto: Archivo de la película «Feriado».

Diego Andrés Paredes es Juano en «Feriado» 

«La verdad no sé si lo escogí (el oficio del actor). Siento que ese mundo del arte estuvo y está dentro de mi; solo me dejé llevar por lo que sentía, por lo que deseaba hacer, jugar con un mundo imaginario, y en el imaginario volverlo real. Así lo hice desde muy pequeño, no me detuve nunca y tampoco deseo hacerlo ahora».

Diego interpreta al entrañable Juano en la ópera prima de Diego Araujo, «Feriado». Junto a Juan Manuel Arregui le dan vida al guión. A partir del choque cultural de sus personajes, nace una unión, y sobre todo, Diego trae un gran comic-relief a la historia, sin jamás perder la autenticidad de su rol. La línea «demente, no ve» de Juano se queda presente en los espectadores, al salir de la sala de cine.

Juano es el primer papel protagónico de Diego, sin embargo su vinculación con el mundo actoral empezó desde una edad muy temprana. En su niñez, jugó a hacer pequeñas representaciones teatrales en reuniones familiares; más tarde en el colegio, junto al profesor de literatura, él y sus compañeros montaron una obra de teatro.

Esta experiencia lo llevó a sentir una afinidad mucho mayor con el escenario. Es así que tres años más tarde decidió formar un grupo llamado: “Teatro MalParido” y siete meses después, fundó “Azul Profundo”. Con ellos ha trabajado en varios montajes a lo largo de estos once años, tanto en la parte de actuación, dirección y producción.

Estudió la carrera de teatro en la Escuela Malayerba en Quito, y unos años después viajó a Cuba al Festival “Mayo Teatral”, donde tomó un taller para dirección de actores; en el 2013, viajó a Colombia a otro festival llamado “Perspectivas”, se radicó casi un año allá y siguió estudiando y enseñando teatro.

Trabajó también en varias series de televisión como “De la Vida Real”, “Pasado y Confeso”, “Historias Personales”. En cine participó en varios cortometrajes y en dos películas con personajes secundarios como “Sé que vienen a matarme” de Carl West y “Cuando me toque a mi” de Victor Arregui.

Juliana Rangel / Foto: Roberto López

María Juliana Rangel es Andrea en «UIO»

«Aunque no tenía idea de lo que era un casting (qué tenía qué hacer, qué técnica usar…) Siempre llegaba a las audiciones, segura de lo que iba a hacer y creyendo que eso me iba a salir, que el personaje y el papel ya eran míos. Así, con esa filosofía, llegué al casting de ‘UIO'».

María Juliana se introdujo al teatro durante su último año de colegio. Aunque no consideraba la opción de ser actriz, fue invitada por un amiga a ser parte de un grupo de actuación. Al graduarse, hizo su primera audición para una mini serie de Educatv, en la cual participó, pero «UIO» cambió todos sus planes de vida de ese momento.

Juliana envió su hoja de vida sin saber qué podía pasar, pensando que no tenía nada que perder. En ese momento, vivía en Colombia y al enterarse que fue escogida para el papel de Andrea, regresó a Quito dejándolo todo.

La experiencia de la película le abrió los ojos sobre una realidad: sí se puede vivir de la actuación. «La única certeza que tuve fue que tenía que hacer lo que me apasionara y el resto de cosas iban a fluir por sí solas. Así ha sido hasta ahora, y me encanta. La adrenalina que me despierta estar frente a una cámara, dándole vida a otra persona es algo que no cambio por ninguna otra profesión en el mundo», dice Juliana.

Ella le tiene mucho amor a la experiencia, ya que aprendió el oficio actoral y empezó a verlo de una manera distinta. «Son horas y horas de rodaje en las que se entrega una mente y un cuerpo por completo (algo así como desnudarse pero por dentro)…» Me encantó el papel que me tocó interpretar ya que me mostró un rostro distinto del amor. Fue una experiencia filosófica incluso».

Juliana disfrutó trabajar con Micaela Rueda, a quien considera una directora sensible. Esta película estará en las salas de cine tentativamente en 2015.

Pancho Baquerizo / Foto: Archivo de «Saudade»

Pancho Baquerizo Racines es Miguel en «Saudade»

«La experiencia fue totalmente nueva, yo no estudié actuación y tampoco tenía experiencia actoral»

Acompañado por un extenso elenco, Pancho carga el protagonismo de esta película -la ópera prima de Juan Carlos Donoso-, la cual retrata los conflictos de la adolescencia en una etapa muy puntual de nuestro país.

Él siempre tuvo la intriga de lo que vendría con «Saudade». Sin embargo, tuvo que pasar alrededor de un año para que se concrete su participación con la cual Pancho y Juan Carlos, se quedaron muy contentos.

A las 12, hizo un corto casero con sus amigos en Bucay, en una handycam de DVD y sin editar el ritmo. Esta experiencia junto al hecho de siempre estar rodeado de parientes cineastas -como Pablo Gordillo-, hizo que valore mucho el trabajo detrás del audiovisual. En referencia a la actuación, Pancho cuenta que «jamas la vería como algo no profesional. No es imitar a nadie ni creerte otra persona. Actuar tiene un contexto mucho más pesado, que llega a involucrarse mucho con la sensibilidad de la persona y su público».

Una anécdota curiosa sobre su experiencia en la película fue el rodaje de la escena en la cual Miguel se zambulle en un río. «Hacía mucho frío y cuando lo hicimos me tomé mi tiempo, medité y por ahí Juan Carlos me decía ‘cuando quieras Pancho’. Agarré ánimos y me lancé. Cuando salí llegaron los paramédicos y me cubrieron para que no me dé frío. Ellos me dijeron: ‘loco, qué bacán que te hayas lanzado, en este lugar se murieron tres personas'». En ese momento, Pancho regresó a ver a las montañas y se encontró con tres cruces frente a él. A raíz de eso, no quiso saltar más y Juan Carlos terminó siendo el stuntman de la escena.

Actualmente, Pancho estudia Artes Visuales en la Universidad Católica.

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