Jota y el milagro del voguing

por Melissa Clavijo

Hasta el final del mes publicaremos varios textos relativos a la celebración del orgullo LGBTI. Esta conmemoración busca, en particular, que la actitud de la sociedad cambie. Que exista un sentimiento de verdadera tolerancia entre todxs, y que, posteriormente, este sentimiento vaya más allá y se transforme en sensibilidad, respeto y empatía. Todxs tenemos los mismos derechos.
Jota de los Milagros, Radio COCOA

A través del voguing, Jota puede expresar la feminidad de su cuerpa / Foto: José Miguel Serrano

Como aquella fábula que todos conocen pero que nadie sabe de dónde salió, Jota de los Milagros, toma las calles de Guayaquil para reclamar la propiedad de su cuerpa. Sí, en femenino, porque así lo siente. El voguing, como danza, es su herramienta para poner en tela de conversación los derechos LGTBI. 

Jordy Tapia tiene 25 años y estudia cine en la Universidad de las Artes. Cuenta que el “Jota” surgió mucho antes de sus protestas, cuando tenía que crear un usuario en alguna red social. “Me interesa des-identificarme por medio de diversos nombres. Es una cuestión en la que la gente sepa quién soy pero no sepa qué es lo que soy”, explica. Así, como si hubiera aparecido “de milagro”. 

La principal inspiración de Jota fue el documental Paris is Burning (1990), dirigido por Jennie Livingston, que muestra crónicas de la comunidad Queer en los años 80’s. Junto a Andrea Alejandro Freire, compañerx, formó el Club Cuir, donde debatían principalmente la representación en espacios públicos.

Jota de los Milagros, Radio COCOA

Jota no se apega a ninguna estética / Foto: José Miguel Serrano

En aquel entonces, cerca del 2017, surgía el movimiento “Con mis hijos no te metas”, que desde entonces ha marchado en contra de la mal llamada “ideología de género”. A Jota le llenó de enojo y preocupación que marcharan en contra de aquello en vez de las denuncias de abusos a menores de edad por parte de representantes de la Iglesia Católica. Frente a la Iglesia San Francisco en Guayaquil, el club Cuir protestó bailando, liberando su cuerpa, y así inició una pasión. El club se disolvió pero poco después dio pié a lo que hoy se conoce como Maricas Unidas.

“Desde ese día, continué aprendiendo sobre el voguing por internet, libros y documentales”, cuenta. “Lo comunitario me parece muy fuerte, más potente. Me interesa que la gente nos vea como un grupo, no sólo como una persona que usa el espacio público. Ojo, es algo que me encanta y es legítimo pero me interesa más salir en compañía de personas que tienen mis mismas luchas”. 

“Sentíamos la necesidad de crear espacios para compartir cultura donde el tema marica sea principal. Para organizar espacios de encuentro LGBTI de la ciudad, fiestas, etc. Queríamos diversificar las propuestas culturales, celebrativas y estéticas en Guayaquil”, explica sobre el movimiento. “Nosotros nos hacemos llamar maricas porque queremos crear una distancia de lo homosexual que se convierte una norma. Es decir, no nos interesa la homo norma, sentimos que nos hace falta ahondar mucho en las feminidades”.

Jota de los Milagros, Radio COCOA

A Jota no le interesa el resultado, sino el proceso / Foto: José Miguel Serrano

“Debemos crear plataformas para personas que no quieran asumir reglas estéticas. Personas que si caminan por la calle no quieren ser identificados ni como hombre ni como mujer. Todo lo que tenga que ver con lo no binario”, sueña. 

Jota busca exponer aquello que se cree inexistente. No le interesa conocer la recepción de las personas, ni lo que piensen, sino poder expresar toda la feminidad de su cuerpa. Según él es importante el proceso, no el resultado. Eso no lo exonera de malas experiencias. Le han robado parlantes y lo han querido echar de un parque por no tener permiso. Todo de la mano de la policía, a la que él responde bailando y afirmando su derecho de poder usar el espacio público. 

En la última marcha en contra del matrimonio igualitario, él estaba en la Plaza San Francisco dándole una entrevista a una amiga. “Los simpatizantes se sintieron con la autoridad de interrumpirnos. Un señor me dijo que me arrepienta, que me voy a morir. Ni siquiera estaba haciendo voguing”, dice. Decidió bailar. “Es una forma estratégica de protesta porque la policía no tiene argumento para arrestarte y la gente no sabe cómo reaccionar. Los ignoro, disfruto de mi propia cuerpa y ya. La gente se empezó a ir y me dejó en paz”, ríe. 

Sobre las respuestas a la Ley del Matrimonio Igualitario, dice que no le sorprende las reacciones, que han ocurrido en todos los países. Lo importante es el derecho adquirido. Jota continuará bailando en las calles de la perla. Si lo ves, aprovecha el milagrito de ver a un artista que lucha por los derechos humanos básicos y únete a tu manera.

Jota de los Milagros, Radio COCOA

Jota en el Parque San Francisco / Foto: Libia Arizaga

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