Guanchaka lanza una descarga de cumbia-alienígena «Monte Abajo»

por Martín González
La cumbia electrónica se fusiona con el perreo intergalático y el resultado es un coctel alucinógeno para los oídos, en el nuevo EP de Guanchaka. Con este material, Guanaco nos dice que tiene música para ponernos a bailar de largo.

«Guanchaka es una bebida alcohólica creada por los campesinos de la ruralidad del Ecuador. Quien bebe este brebaje deambula en una fina línea entre la embriaguez y la alucinación». Y asimismo, entre la embriaguez y la alucinación, es que el proyecto paralelo de Juan Pablo Cobo (Guanaco MC) espera tener a todos sus escuchas.

Quizás hay una coincidencia mística en la similitud que tienen los nombres con que se bautizó el rapero ambateño: el del camélido andino y el de la bebida maldita que brota de nuestros campos.

Sea cual sea, esa coincidencia es la apropiada en hacernos pensar que Guanchaka es el nuevo alterego psicodélico de Guanaco, y que llegó a nuestros oídos para infectarlos como virus.

Para demostrarlo lanza su primer EP Monte Abajo, invitándonos a darle mambo a la vida entre alienígenas y volcanes.

Guanchaka, Monte Abajo, Guanaco MC, Radio COCOA

La Fermentación del Brebaje

Antes de entrar en el terreno caliente e insinuante de Monte Abajo, cabe ir en reversa para descubrir qué se necesitó para llegar a fermentar el líquido sonoro de Guanchaka hasta su punto ideal de psicodelia.

«Yo creo que es un proyecto de recreación, de búsqueda de independencia y de autoeducación, porque digamos que no hace mucho que me meto yo a producir, a mezclar, esas fases que antes no realizaba, sino que les delegaba a otros.» Así es como Juan Pablo define su proyecto.

Lo que surgió como una aventura chiquita intentando encontrar el playlist preciso para un par de fiestas, terminó conviritiéndose en en una aventura enorme de redescubrimiento de sus propias formas de hacer música.

Guanchaka fue macerando todo su poder psicotrópico en una progresión que tomó algún tiempo, el par de años que Juan Pablo lleva mostrándose con ese nombre, para ser precisos. De Dj de fiestas, beatmaker y productor, hasta convertirse en una especie de chamán sonoro místico. El motor fue siempre la inquietud. Cuando una cosa le aburría, se movía hacia el siguiente paso para ver qué podía descubrir y aprender.

Guanchaka, Monte Abajo, Guanaco MC, Radio COCOA

Guanchaka en acción. Fotos cortesía de Juan Pablo Cobo.

El camino se le reveló como una forma de ampliar sus propios límites musicales.  «Yo siempre tuve la música en la cabeza pero…digamos, el oído me daba, pero no me daban los dedos para tocar solo una melodía». Usar consolas, samplers, tornamesas y demás juguetes electrónicos le permitió encontrar ese camino que sus dedos le negaban, como si de un juego se tratase.

Juan Pablo se goza en poder armar la música por capas, en desmenuzar partes de otras canciones para acoplarlas a sus fantasías y mezclar las máquinas con lo instrumental. En sus beats ha mezclado lo análogo con lo digital y lo acústico, y todo esto se siente en su punto al escuchar su nuevo EP.

El juego también le ha permitido incluir secuencias instrumentadas por algunos viejos amigos suyos. El caso más reciente, viniendo del EP, es Daniel Luzuriaga, percusionista de Don Medardo y sus Players y Sudakaya.

Guanchaka, Monte Abajo, Guanaco MC, Radio COCOA

Guanchaka, además de ser el desfogue creativo más personal de Juan Pablo, parece ser también una forma de dar un paso atrás de la fama y buscar hacerse notar menos para que la música hable sola y le permita hacer lo que le dé la gana. «Tengo diez discos publicados en diferentes proyectos, entonces yo creo que la gente ya me lee y sabe por dónde va la cosa. Pero lo chévere de Guanchaka es que es súper abierto a la experimentación».

La música que Juan Pablo lanza como productor es la música que quizás no podría hacer dentro de sus bandas, y por eso mismo viene cargada de otro sentimiento: «Las creaciones son hechas desde la visión del bailador. Mi prioridad UNO es pensar en cómo la gente va a bailar el tema. Esa es como mi única premisa estética. El resto puede cambiar».

Sea como sea, no descarta ninguna posibilidad de creación, y habla de hacer un EP de «Guanaco vs. Guanchaka» algún día para ver qué sale.

El primer trago

Monte abajo es el primer hijo musical de Guanchaka, la primera probadita de lo que pinta para ser una larga degustación de cumbia mutante. Cuando que uno le da play al EP, está condenado a perderse en un viaje intenso y serpenteante. Da para hacer bailar el cerebro en solitario, o para sacudir el esqueleto la próxima vez que uno lo escuche en la pista.

El EP sale bajo el sello de Wakan Tanka Records, una disquera independiente de Suecia, manejada por un productor del que Juan Pablo se hizo pana en alguna fiesta ZZK en Buenos Aires.

Esto le abre el camino para poner a sonar sus nuevos experimentos en otras latitudes también. De las entrañas de la Mama Tungurahua pa’l mundo. Monte Abajo está la tierra caliente, Monte Abajo se va de cabeza.

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Portada de Monte Abajo, por Estudio Cosmorama.

La portada habla por sí sola de todo lo que se podría encontrar adentro del EP. Fue hecha por el mismo estudio de diseño que se encargó de la portada de Blasfemia, el tercer LP de Guanaco MC. Juan Pablo dice que esto es el resultado de un proceso colaborativo en el que él esboza una idea, deja los másters en manos de los diseñadores, y recibe a cambio una graficación de su música sobre la que él no tiene mucho control.

Los ilustradores de Cosmorama interpretaron así lo que él les contó sobre su vida junto a la mama Tungurahua y la forma en que su aura mística le había volado la teja al componer el disco. Resuena con fuerza la cercanía que los seres de otros planetas parecen tener con la montaña. Juan Pablo cuenta que cuando llegó a buscar casa en Baños, lo primero que vio en el periódico local era un titular que decía: «Avistamiento OVNI».

Tal parece que la energía del volcán atrae a los extraterrestres, y eso se refleja con creces en el EP. Tanto así, que el sonido de su cumbia podría hacernos pensar que el mismo Guanchaka es el resultado de una abducción. Sea o no sea, acá nos bebimos Monte Abajo a trago lento, para que nos chume despacito y podamos contarles a qué sabe cada una de sus cuatro partes.

Cumbia Mañanera

La primera pista suena al arranque de una nave espacial. Poco a poco nos metemos en el flow de la movida saboreando la percusión de a poquito, una vez que la descubrimos por debajo de los sintetizadores y el órgano rocolero. Es hora de abrocharse el cinturón.

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El Ocelote

Este tema es un tanto más oscuro. Menos vacilón y más ritualístico, llama a estar en trance. Sin embargo, la esencia de chicha no se pierde y se siente flotando en el aire con los sintetizadores y la línea de bajo que rebota por el fondo. La nave ya está entrando en órbita.

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Marroneo Espacial

Shit just got nasty. La nave estabilizó su curso, y ahora sí se puede sandunguear sin remordimiento. Este híbrido de cumbia electrónica y reguetón tiene una base de percusión insinuante mezclada con sintetizadores que van y vienen entre sonidos más atmosféricos y reverberantes. Trance sucio y gozador.

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Monte Abajo

El viaje va llegando a su final. Las cosas ya se ponen más terrenales, los sonidos más reconocibles. Pero uno no se baja de la nave tan fácil y hasta el último compás vamos sintiendo cómo se acomodan sus motores y sus consolas. Sobre una base rítmica que retumba cadenciosa en el estómago se mezclan los sintes de otra galaxia.

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Con este EP, Guanchaka nos da la bienvenida a una nueva era de sandungueo psicodélico. Parece que no hay límites definidos para las posibilidades de mezcla que encontró Juan Pablo en esta nueva faceta de su vida de músico.

Mientras pueda hacerlo él mismo, rápido y como un juego, la psicodelia musical no para de fluir. «Tengo algunos EPs guardados en el disco duro» dice. Hay Guanchaka para seguir tripeando de largo, pensamos nosotros.

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