El nuevo álbum de Taylor Swift nos entrega una sensación nostálgica de tiempos que ya pasaron o nunca fueron. Nos ahoga en un mar de letras que nos transportan por el tiempo y nos atrapa en un mundo inventado por la artista.
Clandestine Meetings, una las ocho portadas del álbum. Foto: archivo de la artista
El 8 de agosto de 2020, Taylor Swift anunciaba en sus redes sociales su retorno al mundo musical. Casi un año después de la publicación de su último disco, Lover, Taylor regresó con un álbum sorpresa: Folklore.
Folklore es el primer álbum de Taylor Swift que podríamos catalogar como un disco de “música alternativa”, por lo cual lo han apodado como el álbum “indie” dentro de su discografía. Y es perfecto para escucharlo en tardes de lluvia, o en una noche solitaria de verano, cuando lo único que se anhela es sentir algo por el mero hecho de sentir.
Gran parte de las canciones que conforman el disco fueron producidas por Aaron Dessner, quien es parte de la banda estadounidense The National. La colaboración entre los dos artistas era algo que muchos no vieron venir. Pues el guitarrista es conocido por utilizar sonidos más oscuros, y es, a menudo, experimental con su música.
In the Trees. Foto: archivo de la artista
Por otro lado, Swift suele confiar en coros grandes y llamativos. Sin embargo, la mezcla de ambos talentos nos entrega un nuevo sonido, difuso, con una fuerte percusión y notas vocales bajas que muchas veces se vuelven nebulosas y desaparecen en el aire.
Con cada nuevo lanzamiento que hace, la cantautora se reinventa a sí misma. Esta vez nos presenta un trabajo mucho más maduro y creativo, donde las letras tienen más profundidad y el ritmo se aleja de su muy reconocido estilo pop. Los géneros musicales nunca han parecido ser un factor que determine el talento de Swift.
Empezó su carrera haciendo música country. Unos años después se mudó al pop. Cuando volvió después de un largo break, nos entregó un ritmo electro-pop con un concepto mucho más oscuro del que podíamos imaginar, y más adelante intentó adentrarse en el pop “bubblegum”.
Stollen Lullabies. Foto: archivo de la artista
Desde su publicación, Folklore ha sido comparado con su disco Red, publicado en el 2012. Ambos tienen, más que música para transmitir, una historia de amor que contar. Y ambos resaltan por su calidad. Por mucho tiempo, medios como la BBC y Billboard catalogaron a Red como uno de sus mejores trabajos líricos.
Todos los discos posteriores de la cantante fueron comparados con este, pero nunca lograron cumplir con la expectativa. Hasta que llegó Folklore, en el que la artista se olvida de hacer canciones que peguen en la radio y profundiza en una historia inventada tan sólo por el simple hecho de escribir.
Otros álbumes comparados con Folklore son: Sad Song for Dirty Lovers, de The National, por obvias razones; Punisher, de Phoebe Bridgers, quien ha sido catalogada (por fans) varias veces como “la Taylor Swift emo”, y, por último, Historian, de Lucy Dacus, porque tiene un tono muy parecido al de Folklore y habla de temas que normalmente se relacionan con Swift —relaciones amorosas, corazones rotos, etc.—.
In the Weeds. Foto: archivo de la artista
La trama se teje como un hilo a lo largo de las 16 canciones presentadas en el disco. “¿Y no es tan bonito pensar/ Todo el tiempo hubo / Una cuerda invisible/ Que te ataba a mí?”, es una de las líneas de la canción “Invisible String”, que refleja a la perfección la estructura del álbum. El tema principal es un triángulo amoroso adolescente que impacta a cada uno de los involucrados de maneras distintas. Cada uno cuenta lo que siente desde su perspectiva, en un orden no cronológico.
“Cardigan”, el primer sencillo, fue publicado un día después del lanzamiento del álbum. La canción habla sobre una relación pasada que no funcionó a pesar de que realmente existía amor. La historia está narrada a través de la perspectiva de Betty, uno de los personajes de este cuento.
“August” es el otro lado de la historia y está contado por Rebekah, quien tuvo un romance veraniego con James. Este último es quien nos cuenta las cosas desde su punto de vista en la canción “Betty”. Ahí intenta disculparse con Betty por haberla engañado con Rebekah.
Hide and Seek. Foto: archivo de la artista
El resto de canciones hablan sobre la vida de los personajes de manera más personal. En “Epiphany” nos enteramos de que James nunca se perdona por sus acciones y se enlista en la guerra y muere en el campo de batalla. En “Mirrorball”, Rebekah explica cómo se siente siendo “la otra” mientras su corta relación con James se desmorona.
Y en “Exile”, la única colaboración del disco —con Bon Iver—, escuchamos a Betty y James reencontrarse poco tiempo después del engaño. Aquí se explica que su relación siempre fue frágil porque ninguno de los dos se comprometió lo suficiente.
Y no se puede hablar de un disco de Taylor Swift sin mencionar su famoso “Track 5”. Esta tradición consiste en colocar las canciones con más significado emocional para ella en la pista número #5. “My Tears Ricochet”, cuya traducción literal es “Mis lágrimas rebotan”, nos coloca en un funeral metafórico.
Meet Me Behind the Mall. Foto: archivo de la artista
Dentro de su cuento de amor, representa las honras fúnebres de James. Sin embargo, en la vida real representa la muerte de la relación con Scott Borchetta, el director ejecutivo de “Big Machine Records”, la disquera con la que Swift firmó un contrato a sus 15 años.
Borchetta se convirtió en una especie de mentor para ella, y cuando vendió todos los masters de la artista a otra compañía, la cantante se sintió traicionada. Por eso, en el tema, Taylor entierra el cariño que tenía por él, junto con todas las canciones que ya no le pertenecen.
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Al final del cuento nos enteramos de que Rebekah siguió con su vida, que se casó con otra persona y que compró una enorme mansión, en la que murió sola después de muchos años.
Running Like Water. Foto: archivo de la artista
“Holiday House se sentó tranquilamente en esa playa/ Libre de mujeres con locura, sus hombres y malos hábitos / Y luego la compré yo”, canta Taylor en la canción “The Last Great American Dynasty”. Dándonos a entender que el cuento del álbum está basado, en parte, en la historia de la vida real de los antiguos dueños de la casa en la que ella vive ahora.
El álbum fue escrito y producido de forma aislada, a causa de la cuarentena impuesta en el estado de California en Estados Unidos. La portada principal del disco muestra a una Taylor, rodeada de enormes árboles, en blanco y negro, y provoca una sensación de nostalgia: de que está rodeada por muchas cosas, pero, al mismo tiempo, está sola, como ocurre en el distanciamiento social.
Esta es la misma sensación que uno siente al escuchar este álbum, y la misma sensación que uno siente al vivir una pandemia.
