Fly so Far: Una historia honesta e imprescindible para el feminismo

por Constanza Puente
Fly so Far se cuenta con la única voz que necesita ser escuchada: la de Teodora del Carmen Vásquez. Así, la directora suiza-salvadoreña, Celina Escher, nos presenta su primer documental con la sabiduría y sensibilidad que lo requiere.

Título Original: Nuestra Libertad

Título Internacional: Fly so Far

Directora: Celina Escher 

Productora: Mónica Hernández Rejón 

Protagonistas: Teodora Vásquez y las 17 +

País: El Salvador 

Año: 2021

Duración: 89 minutos 

Funciones: del 10 al 21 de noviembre en el Festival de Cine Feminista de Ecuador Equis 

Puedo decir con orgullo que los temas alrededor de los derechos de la mujer y de las violencias a las que nos enfrentamos me resultan sensibles e importantes. Sin embargo, también debo decir que mi experiencia personal como mujer en un país latinoamericano como Ecuador no ha bastado para que Fly so Far no sea un abrir de ojos fundamental. Definitivamente verlo valió como un recordatorio de que mi privilegio no puede ser un limitante a conocer, empatizar y luchar por las  realidades injustas que enfrentan otras mujeres racializadas en contextos empobrecidos y violentados.

Precisamente sobre esto último va el documental de Celina Escher. Es la historia de Teodora del Carmen Vásquez y de cientos de mujeres en El Salvador y el mundo. Es una narración que sabe unir la experiencia de existir siendo “mujer” de acuerdo a los constructos y las imposiciones culturales que nos afectan, pero a la vez una narración que separa y delimita contextos de manera sumamente necesaria.

Nos introduce a un nuevo mundo con sus respectivos personajes y es víctima del tiempo que no nos permite conocerlos a todos a profundidad. Aunque basta con Teodora, alguien que los representa y representa un camino, una moneda o una puerta a la libertad para todas las mujeres protagonistas. Ella como núcleo y ancla del docu basta, pero no sobra y éste nos deja con ganas de conocer mucho más y clamar justicia por todas y cada una de ellas, las 17+.

Una realidad que apremia

En el año 2007m con 24 años, Teodora experimentó una emergencia obstétrica a los nueve meses de embarazo en San Salvador y no recibió atención médica a tiempo. Ella perdió el conocimiento inmediatamente y por desgracia, su hijo nació muerto. Solo recuerda haber despertado en el hospital atada a la camilla, con esposas y acusada de homicidio agravado. Fue sentenciada a 30 años de prisión y trasladada a la cárcel de mujeres de Ilopango en San Salvador.

Allí conoció a otras 17 mujeres que habían pasado por situaciones similares y que habían sido injustamente criminalizadas y encarceladas. La injusticia, la misoginia y la hostilidad de su entorno no las derrotó. Al contrario, las unió para que Teodora se convirtiera en un símbolo de lucha para ellas y para las mujeres de su país.

El Salvador es uno de los cinco países en el mundo que prohíbe y penaliza el aborto para todos los casos y aunque por varias ocasiones se ha intentado reformar las leyes en el parlamento, no ha existido cambio alguno hasta el presente.

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Saber observar y dar voz

Con sensibilidad y franqueza el documental nos muestra cómo se materializa esta realidad en un país machista y conservador que todavía pretende gobernar y poseer los cuerpos de las mujeres, pero sobre todo de las mujeres que nacen en medios empobrecidos y vulnerados. Es por esto justamente que “Fly so Far” es imprescindible, pues, de manera totalmente espontánea y verdadera nos muestra que no es coincidencia el entorno de las protagonistas ni de las mujeres que conviven con ellas en Ilopango. 

Además, la película se cuenta y se construye con la voz en off de Teodora, una decisión tomada sencillamente porque no pretende ser otra historia o la de otro alguien. Más bien, Celina y su obra saben que al dar la voz y la posta a quienes viven de primera mano una realidad se generan los valores y las características que tiene todo buen documental.

Así, “Fly so Far” es un medio para las voces que gritan y que muchas sociedades todavía quieren acallar. Es una ventana para las realidades que no quieren ser vistas. Intenta, y creo que con éxito, quitarnos la venda, abrirnos las cortinas. 

Teodora del Carmen Vásquez (centro), durante el rodaje de Fly so Far. Foto: Instagram @escher.celina

Comunicar desde lo artístico

La dirección de fotografía es rica y nos permite como espectadores ver más allá y sentir la separación de dos mundos a través de las rejas. Plasma la luz brillante fuera de la cárcel y la sombra anhelante que se refleja adentro. Nos muestra el cuadro dentro del cuadro, ayudándonos a entender el encierro y sus dimensiones profundas. Al mismo tiempo, captura la valentía de las mujeres que luchan dentro y fuera de la cárcel por la libertad de las mujeres perseguidas y por despenalizar el aborto. A ellas no les separa ninguna reja, les une la causa y su sola existencia. 

Dicho de otra manera, la cinematografía y la dirección de Escher observan con distancia y cercanía medidas, respetando la realidad ajena, pero también adentrándose en ella para hacernos sentir, emocionar y despertar. 

Celina Escher, directora del documental Fly so Far. Foto: Instagram @escher.celina

Es destacable que el documental no se limita a un solo lenguaje ni forma establecida.  Hace uso de todas las herramientas creativas a su alcance para contar la historia de Teodora de la mejor manera posible. Incluye una animación preciosa. Dibujos necesariamente no sofisticados en un ambiente frío, oscuro y vacío, tal y como la pesadilla que tuvo que vivir Teodora y que ahora viven las más de 40 mujeres injustamente encarceladas, estigmatizadas y discriminadas. A esto se le suma una fotografía con retratos humanos y vivos que dicen más que cualquier palabra. 

Removiendo cimientos y fibras

No podemos pasar por alto que este largometraje no solo tiene una clara historia que contar, sino que con ello hace una crítica profunda a la sociedad patriarcal, al machismo, al capitalismo, a las instituciones policiales y judiciales y, sobre todo, a la institución carcelaria. Resuelve conflictos, pero también abre otros y nos invita a cuestionarlos y a seguir aprendiendo. 

Fly so Far o Nuestra Libertad es de esos documentales comprometidos, que se entregaron a la causa en tiempo, esfuerzos y fortaleza. Está presente en los momentos que tiene que estar y con quienes tiene que estar. Nos muestra por un lado el dolor y la injusticia, y por otro, el derecho y la esperanza dibujados en la sonrisa de Teodora. Así se sostiene a sí mismo con valentía. Empieza en lucha y termina en lucha, pero en realidad nunca se acaba. 

Aquí seguimos, por todas las mujeres que han sido y siguen siendo criminalizadas por abortar. Por todas las mujeres y niñas obligadas a parir. Aún nos falta camino por recorrer e historias por conocer, hasta que la justicia se haga costumbre.

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