Con base en la intención primaria de la banda: crear shock, Pichirilo Radioactivo decidió probar qué pasaba si se subían al escenario uniformados en el VAQ 2017. Conversamos con la banda y nos contaron la historia detrás de su icónico traje radioactivo.
«Nosotros tocamos en el VAQ (Verano de las Artes Quito) 2017. Ahí surgió la idea de ver que pasaba porque siempre habíamos tocado con nuestra ropa habitual. Nos pusimos esos trajes de pintar, esos blancos, y unas gafas de soldar. La gente tuvo una reacción súper chistosa, gritaban: ve esos manes, ¡qué chistosos! Son una bestia. Y claro, Pichirilo, dentro de todo, es una banda súper payasa», dice Johan Vallejo, uno de los saxofonistas de la banda.
Un ensamble de dos trompetas, dos saxos, dos trombones, un bajo y una batería conforman a Pichirilo Radioactivo. Diego Bosmediano, uno de los trompetistas, nos cuenta que se consideran una banda de shock porque desde el inicio la gente se sorprendía al ver una banda con un frente de vientos que presentaba sólo música instrumental.
Con Pichirilo, el disfrute es distinto a muchas otras cosas. En sus conciertos se puede sentir el choque energético entre el movimiento de la gente y las sonoridades de sus vientos. Ellos buscan causar y recibir impresión. Son una mezcla de sonidos extraños, psicodélicos, alienígenas, radioactivos.
Un concepto, una historia, un traje
La idea de crear una indumentaria para la banda nace a partir de la necesidad de una reestructuración conceptual. Su experiencia en el VAQ los llevó a revisar su intuición creativa y decidieron inventar una historia que les permita acercarse a su audiencia con un lenguaje visual y corporal más extenso, que, a la vez, se alinee con su identidad.
Los integrantes de Pichirilo crearon toda una historia en la que luchan los buenos (escarabajos) contra los malos (cuervos) por el control de una energía. Esa energía también es la que hace reaccionar a la gente en cada concierto. Entre risas nos cuentan que siempre tratan de abrir sus conciertos con esta historia, pero la euforia porque toquen es tanta, que no les paran mucha bola.
La historia no está estructurada del todo. Sin embargo, sus personajes principales: los escarabajos «reflectivos», representados por los vientos, y los cuervos poderosos y mutantes, representados por el bajista y baterista, dieron pie a la creación de los trajes.
Por referencia de Guanaco, se contactaron con Oscar Medina de Studio Matma, una entidad de diseño ubicada en Riobamba, quienes ayudaron a crear una imagen y un manual de marca a la banda. Oscar diseñó el boceto primario del traje y con Matma confeccionaron las dos máscaras de cuervo. Luego trabajaron en conjunto con la diseñadora cuencana Gabriela Zumba, quien también aportó al diseño y confecciono los overoles.
Los trajes se elaboraron con materiales platinados y reverberantes. Oscar cuenta que toda la geometría del traje está basada en las formas del logo de la banda, que es un juego entre el símbolo de un pichirilo y el símbolo de radioactividad. Los diseñadores buscaban transmitir una estética un poco industrial que trabaje armónicamente con la identidad que se estaba desarrollando. Por tanto, la paleta de colores va entre tonos plateados, negros y amarillos. Su principal objetivo era que con el lineamiento de los trajes se pueda dar notoriedad a la historia que la agrupación había creado.
«Nuestra música no tiene letra, no tiene palabra. Eso de alguna forma te limita a cierto tipo de conexión, pero te abre un mundo gigante a otro tipo de interpretaciones. La gente tiene la oportunidad de sentir como le dé la gana y eso es gran parte del concepto. Sin embargo, nos dimos cuenta de que debíamos encontrar una manera para que estén más presentes y por eso se propuso esta historia», señala Johan.
Pichirilo Radioactivo no sólo representa una propuesta musical. También proponen un performance, una historia y otro tipo de relación con su público. La historia es una línea guía para que la audiencia pueda comprender su eje conceptual y conectarse con el mismo.
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«Grandes referentes como la Rocola nos ayudaron a darnos cuenta de que nosotros también teníamos esa importante relación de humor honesto con la audiencia. Nosotros ahora tenemos la intención de que la gente se sienta partícipe, familia de los chistosos de arriba. Con el traje se refuerza esta noción el rato que bajas del escenario y la gente se quiere tomar fotos porque para ellos es ese momento: una tarde de panas en la que pase bailando como loco, y ya», comenta Pablo Lalama, manager de la banda.
Un traje para darlo todo en el escenario
El traje lo utilizaron por primera vez en el festival Saca el Diablo en su edición 2018. Ese mismo día la banda presentaría su marca y su nuevo logotipo. Esto conformó un performance bastante completo, homogéneo, y la reacción del público fue muy acertada al shock. «Ya había un preámbulo porque las últimas veces habíamos tocado con ese traje viejo, el blanco de los cotonetes (se ríe) pero esa vez nos presentamos con un traje más elegante, elaborado, que iba más acorde con todo lo que estábamos presentando», recuerda Johan.
El overol reflectante también representa la unión entre ellos y la comunidad que han ido conformando. El asalto radioactivo es uno de sus proyectos. Con él ofrecen su servicio musical en lugares donde no hay mucha accesibilidad al arte. Hace un tiempo, visitaron una escuela en Carcelén donde el uniforme que llevaban los niños era gris. «!Ehh estamos uniformados!» fue el grito de bienvenida a la banda.
«Una sola masa de energía pasaba entre los guaguas y nosotros», cuenta Johan con emoción. Después del concierto todos les pidieron autógrafos. «Fírmame la frente decían, era una locura. Luego vimos un cuervito chiquito caminando a lo lejos. Era un niño pequeñito puesto la careta». Estas interacciones que han establecido con su público a partir de la creación del traje forman parte de su enérgica y cálida esencia.
Generar shock, transmitir energía radioactiva y trascender las tonalidades tradicionales son algunas de las nociones que buscan comunicar con su música, que abarca diferentes estilos sonoros atados únicamente por el formato y la identidad de la banda. El traje es una representación de sus procesos, una representación de la mutación constante, una herramienta para vincularse con mayor profundidad a su público. Es un traje fabricado para subirse al escenario a darlo todo.