Ensamble de Jazz Andino //Foto: Grupo Teatro Sucre
La mezcla justa de vientos andinos con la improvisación y cuerdas del jazz clásico es lo que marca la particularidad de su música. La participación de instrumentos como la zampoña, la flauta de caña, la quena o el bombo, pintan ese aire de montaña y poncho en el sonido. Simultáneamente, el contrabajo, el saxo y la batería implementan el swing de Chicago o Nueva York que te transporta a los años 40. «Pienso que el jazz transmite un sentimiento, mientras la música andina provoca baile y la sensación de que estás en el lugar indicado», explica Ismael Vilarroel, uno de los cuatro miembros de la banda. Con esta fusión de mundos la agrupación logra música para el cuerpo y para el alma.
Las ganas de crear sonoridades distintas unió a estos intérpretes fanáticos del jazz en 2014. Tomás, el saxofonista, emocionado de sus viajes a Bolivia, Chile y Perú, propuso componer música andina y experimentar otros estilos tradicionales. «La idea es fusionar los ritmos entre sí, hasta encontrar la unión perfecta. Mezclar lo irregular de la forma de la música andina con la improvisación y uniformidad del jazz, fue todo un reto”. Ahora se convirtió en un sonido característico.
Ensamble de Jazz Andino //Foto: Grupo Teatro Sucre
“Al menos aquí, cuando la gente escucha un sanjuanito, siente y piensa: ‘esto es mi música’. Al implementarla con jazz nos permite ir más allá de eso”. Con influencias de artistas como Mauricio Vicencio, el chileno Víctor Jara o los huaynos bolivianos, esta música interpreta la música latinoamericana con sonidos ecuatorianos. El sentimiento se repite con la familiaridad en las palabras simples en quichua o aymara que titulan sus canciones. Ya sea con el jazz clásico o los ritmos tradicionales del antiguo Tahuantinsuyo, Ensamble de Jazz Andino fusiona y crea nuevos sonidos siempre preservando las raíces de la música.
Integrantes:
Daniel Millán- Batería
Ismael Villarroel – Contrabajo
Cristóbal Piña – Guitarra
Tomás Corvalán – Saxo
