Podrían ser sentimientos que se encontraron con un disco o con otros sentimientos, o con aquellos ayeres que los vieron convertirse en fanáticos de una banda perfecta. Al seguirlos, se han encontrado con una sorpresa, un atavío sabor a atardecer, una barca y un camino imposible de ignorar. The Endless River no se valora en este post por su calidad, ni con puntajes. Su impresión en ellos es lo que contó al momento de respirar hondo y escucharlo por primera vez.
Carlo Ruiz
Abogado
Con quince -y clandestinamente-, miré por primera vez The Wall. Ese día, Pink Floyd se instaló irremediablemente en mi cerebro. Mi colección de música empezó con copias en casetes de su discografía entera. El primer CD que compré, allá por los noventas fue Atom Heart Mother. Descifré sus letras con mi inglés colegial, memoricé cada uno de sus discos, todos, sin excepción. Mi amor por la música empezó con Pink Floyd. Fue la banda sonora de mi soledad adolescente. Soñaba con ir a uno de sus conciertos mientras miraba por la tele nacional videos de Delicate Sound of Thunder o de The Wall, luego de la reunificación alemana. Los odié por haberse peleado y soñé con su reconciliación luego de esa brevísima y casi cruel reunión en Live 8 en el 2005.
The Endless River fue el disco que siempre estuve esperando pero no quería que llegue. Es un testamento que te recuerda, canción tras canción, las cosas que la banda te dio. Es el recuento de todos sus discos: en cada uno de sus temas reconocerás pedazos de cientos de canciones, momentos, aromas, dolores y euforias. La obra final que te conforta y confronta con un futuro sin la música inclasificable de Pink Floyd. Es el disco que te dice adiós, el último, el ovillo desenredado.
Se muere esa banda que fue la única que te entendió, esa banda que jamás te decepcionó. Y le das play de nuevo. Y de nuevo. Y de nuevo.
::Canción al azar para recordar la carrera de Pink Floyd::
Adriana Gómez
Fotógrafa
Creo que The Endless River es el final perfecto para una historia como la de Pink Floyd. Con una ricura de 53 min que se pasea por el pasado tirando sutiles cables al presente. No son más, no son menos. Son ellos. Los de antes y los de ahora. Los de siempre.
No creo poder escucharlos con oídos críticos. Los honro por su legado tan glorioso del que decidimos ser seguidores fieles, y ahora, los respeto aún más por reafirmarnos con esto que merecemos ser parte de ese cálido adiós, a eso que tanto amamos. Qué mejor manera de despedirse que con un abrazo musical.
::Canción al azar para recordar la carrera de Pink Floyd::
Felipe Andino
Músico
The Endless River suena como un disco serio. Se siente como un mensaje final, un epílogo escrito luego de asimilar una larga experiencia. Los que conocen Wish You Were Here sentirán un poco de aquella nostalgia en este disco. La larga historia que lleva a cuestas Pink Floyd no ha sido fácil para sus integrantes.
Después de la trágica separación de Syd Barrett, y luego de pasar por la época explorativa del Ummagumma (1969), los miembros restantes, con David Gilmour como su nuevo integrante, recordarían a Syd con el álbum Wish You Were Here (1975), dedicado a su antiguo líder. Ha sido evidente un sentido de culpa, al menos en Wright, por no haber podido ayudar a Syd antes de su ruina mental. Hoy el sonido icónico de Shine On You Crazy Diamond – caracterizado por los sintetizadores y órganos de Wright, y cuya letra se dirige a Barrett – aparece en el segundo tema de The Endless River, constituyendo una suerte de doble tributo, recordándonos tanto a Barret como a Wright, ambos actualmente fallecidos.
The Endless River parece manifestar una tristeza adicional: la de los últimos treinta años de la banda, marcados por la separación del grupo y la muerte. La crítica ha dicho que The Endless River es un disco que alumbra la imagen de Wright – generalmente eclipsada por Gilmour y Waters en el pasado-. Varias canciones parten de grabaciones y fragmentos que Rick Wright había dejado sin publicar y predominan en el disco teclados y sintetizadores. La frase “things left unsaid” expresada al inicio del disco podría contener el símbolo de lo que Pink Floyd quizás busca a estas alturas: expresar su aprecio y justo agradecimiento a Wright de manera musical y póstuma, y ser ejemplo vivo de que es necesario hablar y expresar lo importante ante la inminencia de la muerte.
::Canción al azar para recordar la carrera de Pink Floyd::
