Durante un año, Cristina Echeverría jugó con sus temas en escenario. “Experimentos” fue una serie de cuatro conciertos diseñados para moldear, amasar y sazonar su EP antes del lanzamiento. Aquí te mostramos todo sobre su despedida en El Jardín Botánico y lo que se viene después.
Allá por el 2014, nos comíamos las uñas por ver el disco de Cristina Echeverría. Nos quedamos con las ganas. En lugar de lanzarlo, Cristina le dio tiempo y espacio, no para calcular la velocidad del despegue, sino para replantearse sus temas desde distintas perspectivas. Para esto, creó “Experimentos”.
Esta fue una serie de cuatro conciertos con distintos artistas invitados en cada uno. Los temas de Cristina tomaban la forma y el color que los artistas invitados quisieran en cada sesión. Esta suerte de cambio de lentes fue pensada, según la cantautora, como la pre-producción de su disco para poder contemplar en él las opiniones y visiones de otros artistas y del mismo público.
El pasado 30 de marzo nos despedimos de su último «experimento» en el Jardín Botánico de Quito. El solo entrar al jardín y encontrar el lugar supuso una travesía cuasi encantada en medio del Bosque de Luz. La cúpula de cristal en que se presenció esta re-mezcla de ritmos y sazones es en sí misma cautivadora.
Pero nada preparó al público para el estremecimiento que se viviría con Álvaro Bermeo, voz principal de Guardarraya, y su interpretación ronca y vibrante de «Quiero Que Sea Contigo». En otro momento, el sonido característico de la voz y guitarra de Alex Alvear se fusionaron a la perfección con la quena de Curi Cachimuel y la voz de Cristina. Juan Bustamante y Juan Diego Illescas abordaron también parte importante del concierto con nuevas propuestas en los temas de Cristina.
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Al final del evento, conversamos con la artista sobre cómo se ve el panorama del disco. Para ella, este es definitivamente el siguiente paso. “Lo que viene es coger toda esta información y materializar todo lo que vengo haciendo”, anunció. “Ya necesito decir: Cristina Echeverría —tal vez va a cambiar el nombre del proyecto, va a cambiar todo— pero ella, o el proyecto, se viste así, habla así, comunica esto, le caracteriza esto, esta es su paleta de colores. Necesito que ya vaya a tierra.”
También hablamos sobre el proceso creativo que manejó en la escritura de sus canciones. Todo comenzó alrededor de 10 años atrás, cuando su amigo productor le retó a escribir temas más cercanos a sí misma. Después empezó un proceso psicológico que la ayudó a sintetizar todo aquello que guardaba dentro. Entonces, para ella cada canción se volvió “terapéutica”, al satisfacer su “necesidad de expresar, de sacar lo que tenía dentro.”
Este proceso resultó en los temas que toca ahora. Estos “hablan de amarse a uno, del miedo, de la oscuridad, de encontrarse.” Nos contó Cristina que para componerlos fue necesario un encierro de tres semanas en casa. Así se obligó a sí misma a escribir más allá de su zona de confort.
Cristina terminó contándonos que se identifica con el “explorar.” Sin duda se ha dado el tiempo para hacerlo. En medio de una generación de músicos ávidos por producir a toda velocidad, queda pendiente la pregunta de cómo se llega más lejos: yendo rápido o yendo pensando. Sólo nos queda esperar.