Desde Cuenca, la Madre presenta el segundo disco ahora, ubicado dentro del indie pop obscuro.
La Madre Tirana
La Madre Tirana II
Tirana Records, 2017
La Madre es maliciosa, es coqueta, es tirana. Para el segundo álbum, José Orellana está acompañado por su hermano, el productor Pablo Jerónimo. Esta unión familiar saca una voz más imponente -con menos coros solitarios y más texturas en el ambiente-, dentro de su onda siempre introspectiva y visceral. El espíritu del rock alternativo de su proyecto anterior respira un aire experimental en esta nueva versión. Los toques electrónicos, las mezclas de canciones mainstream y las composiciones con base en el piano delinean el cuerpo curvilíneo de este indie pop obscuro.
Los sonidos de radio vieja, los aplausos, las risas, los zapateos, las olas, las aves y las ondas casi extraterrestres juguetean con La Madre rejuvenecida. Si hay que nombrar una canción que muestra el matiz de su nuevo estilo, es «Intro», un mezcla de sintetizadores en la base piano/percusión. En la electro-fiesta-rock and roll de “El Mono fundamental”, La Madre Tirana se apropia de las tonalidades con que Charly García toca “Estoy verde”, con el mismo descaro con el que toca los riffs de “Anna” de The Beatles en “Agripina”. Hasta Nietzche es incluido en su lista de referencias, bajo esta lógica de juego (cuando tocan «El ocaso de los ídolos»).
José al parecer, coloca en un orden arriesgado los temas a lo largo del disco y hasta podríamos decir que las canciones brillan más por separado. Las intenciones de desahogo y acto de desfogue sentimental por medio de las letras, hacen que este proyecto en búsqueda permanente, mantenga su fuerza original.
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