Seis años después de su último disco, Alkaloides presenta su nuevo proyecto. Más maduro y optimista, su mensaje es que las cosas llegan cuando tiene que llegar.
La productividad, antaño un ente exclusivo de las industrias, se ha colado silenciosamente en nuestras vidas, llegando incluso a dominar aquellos espacios reservados para la intimidad, el juego y la pausa. Fijarse metas, cumplir plazos e ir a por el siguiente objetivo son hoy una obsesión. Y cuando no cabe más que preguntarse: ¿dónde quedó el hacer las cosas por diversión?, regresa Alkaloides con un nuevo álbum que no sólo invita, sino que induce al primitivo arte de abandonarse a la suerte.
Astral Dopamina es el disco que la icónica banda quiteña, en sus inicios catalogada principalmente dentro del género post-punk, acaba de lanzar hoy, 18 de junio de 2021, en todas las plataformas digitales. Desde la primera canción que lleva el mismo nombre del álbum hasta la última pista “Luces”, algo queda claro: Alkaloides ha hecho de la versatilidad su goce y su impronta.
Si no tenías ni idea de este lanzamiento es precisamente porque esa fue la intención de los Alkaloides, darles una sorpresa a sus seguidores. Así como afianzó la amistad de la banda, este proyecto discográfico pretende además reconectar con sus fans.
En 2014, Alkaloides presentó su primer disco homónimo que los consolidó como una de las agrupaciones más notables de la escena independiente del Ecuador, pero, además, cruzó fronteras. “Ella viene del futuro”, “Degenerar” y “Película de bajo presupuesto” se convirtieron en los hits de la banda.
Cuando el furor se había calmado y quisieron producir más música, se produjeron avatares en la vida de sus integrantes, a tal punto que parecía que la banda había llegado a su fin. Mudanzas al extranjeron y nuevas responsabilidades los llevaron por caminos distintos. Pero a Carlos “Charls” Espinosa (voz y guitarra) y Nicolás Meneses (batería) —fundadores de la agrupación— los mantuvo conectados el mismo magneto de afinidad que los juntó la primera vez. Y fue inevitable que quisieran volver a juntarse para hacer más música.
Con dos nuevos integrantes, Mateo Castillo (guitarra y coros) y Mateo del Pozo (bajo y coros), empezaron a trabajar en el nuevo álbum a mediados del 2018, con bastante urgencia al principio. En 2019 sacaron su sencillo “Olón”. El golpe de la pandemia en 2020, no obstante, pronto dejó claro que hacer el disco tomaría mucho más tiempo del deseado.
A partir de ese momento, “el estudio cerró, paramos la grabación y nos tocó retrasar el nuevo disco”, cuenta Carlos. A pesar que, durante el 2020 estrenaron tres sencillos más “Perfil”, “Ojeras” y “Ritual”, Astral Dopamina todavía tardaría un año más en ver la luz, porque “las cosas llegan cuando tienen que llegar”.
Si bien la esencia de Alkaloides del 2014 es bastante audaz y precipitada, propia de la pubertad, da la impresión de que en la composición provocativa habían encontrado su zona de confort. Una zona desde la que podían expresar urgencia e inconformidad. Sin embargo, tal vez como consecuencia de superar la adolescencia —esa singular etapa en la que no se admiten grises y menos aún la confluencia de géneros musicales—, la banda con todos sus matices se percibe ahora más segura, libre y optimista.
Su estilo punkero y enérgico permanece, pero a lo largo del disco están esparcidos nuevos elementos del dance pop o teclados que antes sólo pertenecían a la balada. La banda no ha sacrificado la intensidad de las melodías ni los tempos acelerados de la batería que la caracterizan para decir que hay que tomarse las cosas con más calma.
A pesar de que en estos tiempos convulsos resulte extraño y ajeno, Astral Dopamina transmite con fuerza su energía positiva y “va con la constante idea de aceptar las cosas como son, agradecer por estar vivos y conectados con el presente”. En todas las letras de las canciones está vertida esa visión. Carlos, además, explica que la experiencia de encontrarse a uno mismo y descubrir el amor propio motivaron el concepto del disco.
“La mayoría de canciones parece que son de amor, pero traté de hacerlas como si yo estuviera hablándole a mi yo que está en otro plano dimensional”, dice y añade que así surgió “Ojeras”. Otro mensaje que se revela a lo largo del disco es el de “dejarse fluir o que las cosas tienen que pasar sin forzarlas”. “Sin Planearlo Mejor” habla de eso y es también representativo del proceso de creación del álbum. Ahora mismo, los integrantes de la banda están regados por distintas partes del mundo.
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Otra canción que no pasa desapercibida es “TDA”. “Ten mi falta de atención” canta una línea de la séptima pista y es exactamente el efecto que Alkaloides logrará despertar en todos aquellos que, sumidos en el ajetreo cotidiano, olvidamos respirar.
La banda recomienda escuchar Astral Dopamina en orden, de inicio a fin y no decepciona, pues es una experiencia nostálgica, muy parecida a esa práctica casi olvidada de sentarse a ver un álbum de fotos. Evoca recuerdos de otras épocas, al mismo tiempo que confirma que hoy estamos donde tenemos que estar. Ya mañana veremos qué pasa. A fin de cuentas, el disfrute de vivir está en dejarse sorprender.
Aunque el lanzamiento del álbum se realizó sin campaña de expectativa la banda permanecerá activa en redes sociales para interactuar con sus fans. En los próximos días irán revelando sorpresas, entre ellas, merch del álbum. Todavía no tienen planes de realizar un show en vivo, al menos durante el año. No importa si eres uno de sus 35 mil oyentes mensuales de Spotify o un nuevo fan, y donde sea que los escuches, seguramente terminarás por liberar una buena dosis de dopamina.