Hace un poco menos de un año conocí la música de CAF. Un par de coincidencias y la inclusión de esta banda chilenta en el cartel de El Carpazo, me invitaron a zambullirme en esa música nueva con base jazz, pero con letras iracundas escupidas como metáforas de rap.
En marzo de 2015, volvieron a Ecuador para señalar con su puño melódico a un público que los aprecia, que canta sus canciones. Volvieron con un quinto disco – ‘V’- que en su intención de ser más claro, no dejó la oscuridad pero habló de una propuesta sólida donde disparan arritmias y sampleos. Continúan perdidas las balas en los campos del jazz, el rock y el hip hop, con una banda sonora sibilante donde abundan las trompetas y los pianos.
Desgenerados como siempre pero más robustos en su sonido y en la propuesta de producción. Más música para pensar.
Antes de irse para México, Enzo Miranda alias Koala Contreras (voz) y SebaBala o Sebastián Muñoz (bajo), pasaron por Radio COCOA, hablándonos de V y de cómo seguir asesinando a Felipes.
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¿Cómo conciben actualmente la música que hacen?
SebaBala: En un principio, la banda se pensó como una banda de rap con instrumentos. Esa era la idea. Creo que el proceso fue bien natural en conformar el sonido de los Felipes porque había una idea musical, pero se enfrenta a cuatro mentes diferentes con visiones diferentes no solo musicales. Ahí con respecto, conociéndonos, uno va recibiendo influencias del otro y yo creo que así fue, un proceso súper natural. Pero claro, siempre hubo un mínimo común entre todos que era esta idea de hacer hip hop con un MC al frente.
Koala Contreras: Yo creo que es rap experimental. Parte de la idea del rap, la música está hecha de alguna manera para rapearla. Ahora, es un rap especial porque no es el tradicional cuatro cuartos, el po-po-pó, todo eso que involucra el “Woooo” del rap. Pero si hay que encajarlo en algún área es rap experimental. Hay otra gente rap que hace cosas similares, pero con máquinas. Los chicos son batería, bajo, teclados, hombrecitos ahí tocando en formato jazzero. Yo creo que lo dejamos en rap.
Sin embargo, hay un desapego del exceso de sampleos propios del rap y partes súper melódicas.
SB: Nuestro Dj Espacio es muy bueno para el detalle. Siempre decimos que es como el barniz de la canción. El sí es de mucho sample, de mucho mensaje.
KC: Los chiquillos vienen de escuela y querían ir contra lo clásico que se da en las escuelas que es mucho virtuosismo, técnica y qué se yo. Los chicos son bien talentosos y decidieron hacer lo opuesto: generar el trance, el loop, tratar de hacer ese beat que hacen las máquinas, lograr ese sonido. Y no lo hace cualquiera. Es simple pero complejo a la vez. Es difícil hacer que el humano saque ese sonido de rap que se necesita para que tenga coherencia lo que estás mostrando. Ese fue uno de los soportes de los Felipes.
Vienen de una gira que incluyó a varias ciudades de Ecuador y Latinoamérica. ¿Cómo fue este proceso y esta postura de ir a donde sea, ya sean tocadas pequeñas o más grandes?
KC: El inicio fue el festival de jazz. Aprovechamos por optar de algunos fondos para tener el recurso y hacer algo más completo. Empezamos por Monterey, luego a Quito, Cuenca y aquí estamos.
SB: Estamos súper agradecidos de Ecuador porque ya entró en la historia de la banda. Es la segunda vez que venimos. Estamos muy agradecidos de viajar una vez al año a recorrer América, a conocer nuestra tierra a través de nuestra música. Si venimos cinco días, hay que tocar cinco días. La música hay que mostrarla y el tiempo hay que aprovecharlo. Somos un sonido que yo no lo encuentro tan masivo. Tenemos ser capaces de encontrar oídos en todos lados, con nuestro idioma, por supuesto.
¿Cuál ha sido la experiencia de encontrarse con un público que no los conoce y que escucha por primera vez el nombre “Cómo Asesinar a Felipes”?
KC: (risas) Creo que en México fue lo más terrible, porque el presidente se llama Felipe, entonces ahí había gente que lo quería asesinar, realmente. Hubo un taxista una vez, que pensaba que los ‘Felipes’ eran la policía. Él tenía su discurso ahí al respecto y bueno, uno escucha nomás. Pero parte de la idea más simple es que es un nombre, como nos identificábamos a la interna (nuestro baterista se llama así), y en sala de ensayos éramos los Felipes. Cuando hubo que bautizar a la banda, no nos gustaba “Los Felipes” y se nos ocurrió asesinar el nombre, con la idea de que reemplazara la música tradicional, la música bonita, la música oreja como le llamamos nosotros, en el sentido de acabar con esa música para mostrar otra. Ésa era una intención creativa.
SB: Nuestro nombre es un momento de nosotros, en unas circunstancias del momento en que estaba conformando todo esto. El nombre hizo crecer el concepto, le dio letra al Koala y un concepto a nuestro diseñador gráfico.
KC: La idea es que suene violento. A veces, la gente se alarma por cositas, frases que suenan brutales, pero no se alarman de otras cosas que sí son brutales. Es un jueguito. Se formó todo un concepto gráfico y musical, llevado con ambientación de bandas sonoras de películas. Las letras también están cargadas de mucha metáfora que habla de armas, de distintos tipos de crímenes, que en el fondo es nada más un delirio metafórico. Suena violento pero en realidad lo que se está entregando es vida, amor más que violencia.
¿De dónde salió esta idea de ponerle mucha fuerza a la gráfica y dirigir eso hacia esta conexión muy fuerte que tiene con la música?
SB: Ariel Altamirano es parte del rap ahí en nuestro territorio y llegó a través del Koala, del Dj Espacio. Fue una idea natural por parte de él hacer hombres con cabezas de instrumentos, como en tono gánster, era al principio. Él le empezó a dar esa onda y él inventó el primer afiche que hicimos. Estábamos un día domingo e hizo un afiche de un baterista con cabeza de batería tocando la batería. Ahí empezamos a conformar entre él y con conversaciones ‘Los cabezas de instrumentos’. Teníamos fresca esta idea porque recién éramos Cómo Asesinar a Felipes. Ariel se convirtió finalmente en casi el sexto CAF, porque le ha dado mucha vida a la banda y está súper involucrado. Somos amantes del cómic y queríamos rescatar esto y no queríamos salir en las fotos. Después nació la idea del asesinato entonces en el primer disco salimos nosotros asesinándonos a nosotros mismos. Como conociéndonos. Hay que gente que llega primero por la gráfica y después reconocen la música con un gusto y se quedan ahí. Por eso soy súper agradecido con el Ariel y con nuestro trabajo con esa gráfica, ¿cachai?
¿Cómo salió ‘V’ y qué tan cercano al jazz y al hip hop podemos sentirlo?
KC: El año pasado, hubo la oportunidad de ir al norte de América, a México y a Estados Unidos. En EEUU, tenemos un colega importante para nosotros en este trabajo independiente que es Billy Gould, bajista de Faith No More, que tiene un sello que se llama Koolarrow. Nosotros somos parte de Koolarrow. Nos echamos el viaje para que se encerraran los chicos en su estudio a grabar lo que a futuro sería este último trabajo. En Santiago terminamos las letras, las grabamos y Carlitos finalizó el trabajo. En un acuerdo, la idea era que no fuese similar a los otros discos, que no acarreara conceptos, que fuera más rapero, decíamos, o más luminoso. Resultó todo lo contrario. Lo que no queríamos hacer resultó siendo. Entonces tuvo cierta coherencia la lírica con la música. De jazz, sigue teniendo el tinte un poco más sicodélico, progresivo. El rap está bien marcado. Aparece el core, aparece el Gabriel Palillao, nuestro nuevo tecladista. Esa energía que está guardadita ahí en ese material, sin quererlo, cumple con las tres áreas que abordamos.
SB: Tiene un punch también, creo yo, no sé si rockero, pero progresivo. Claro, tenemos un nuevo integrante en el sintetizador, en el bajo también hay harto efecto.
Siempre es bacán igual, probar la sonoridad que le da un nuevo integrante
SB: Sí, eso es lo principal. Siempre hemos sido cinco y cuando fuimos cuatro lo resolvimos rápido. El Gabo se ha acoplado súper bien a nosotros. Es harto más joven que nosotros y le aplicó una energía muy positiva. Lo invitamos a la gira que hicimos el año pasado para grabar el disco, donde él aportaba con su talento. Todo eso es el quinto disco.
KC: Es como tú, como yo. Que le interesa algo y pone vida en ello, de esos apoyos hermanales que hay en el mundo. Por ahí hay esa gente que quiere ayudar porque le gusta. Eso es lo que Billy hace con su sello, trata de ayudar de alguna manera a las bandas que le interesan de varios rincones del mundo. No hay contrato, no hay plata, es sólo onda.