Molotov llega a Ecuador para dar tres shows en el marco de su última gira. Mientras el tiempo pasa, sus canciones se sienten más vigentes que nunca. Tuvimos la oportunidad de conversar con su bajista al respecto.
De izquierda a derecha: Paco Ayala, Tito Fuentes, Micky Huidobro y Randy Ebright. Foto del archivo de la banda.
Después de sobrepasar los 20 años de trayectoria, Molotov decidió «regresar a la raíz de sus temas» y sumarse a la constelación de grandes bandas latinoamericanas que han grabado un MTV Unplugged. Ahora han salido de gira por el continente cargando estas reversiones acústicas de su discografía en su gira: «El Desconecte«. En ese contexto, Ecuador los recibe por quinta vez.
El cuarteto mexicano nació en la primera mitad de la década de los 90 y entró al mundo pateando al perro. No por nada los consideran «el parteaguas» de la música mexicana en esa época. Con sus letras incendiarias y su carácter irreverente repartieron madrazos a diestra y siniestra contra los medios y el gobierno de su país, cantando las verdades de sus prácticas corruptas.
Molotov presenta «El Desconecte» en vivo. Foto: Archivo de la banda.
Sus canciones se posicionaron rápidamente como himnos contestatarios en el imaginario mexicano, y con el paso del tiempo, también en el latinoamericano. Dos décadas más tarde no solo no han perdido su vigencia, sino que suenan más apropiados que nunca. Para la banda, más que ser motivo de orgullo, esto es un reflejo triste de lo mal que marchan las cosas y, de alguna manera, un motor que los empuja a seguir tocando.
«El Desconecte» celebra y reinventa el poder de la música de Molotov, ratificándolos como una potente voz de protesta en la región, y el mundo. Un día antes de su show en la capital ecuatoriana tuvimos la suerte de conversar con Paco Ayala, su bajista, para que nos contara sobre el presente de la banda y su visión del panorama actual.
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Paco Ayala, bajista de Molotov, en vivo en Valencia. Foto de Víctor García.
Radio COCOA: La posibilidad de hacer un Unplugged se les había presentado en algunas ocasiones anteriores. ¿Qué los motivó a finalmente dar el paso y hacer versiones acústicas de sus temas?
Paco: Nos invitaron en el 99 por primera vez. Teníamos un disco. Fueron saliendo las invitaciones y siempre sentíamos que faltaba repertorio para hacer algo interesante, hasta hace dos años que salió la última invitación y dijimos: «bueno, como que ya es momento de hacer algo así». No teníamos en la cabeza para nada, nunca, haber imaginado decir que sí a algo que de entrada es un formato que no es el formato acostumbrado de Molotov, ¿no? Es todo lo contrario.
(Somos) una banda eléctrica, amplificada a más no poder. Y creo que eso es una de las cosas que más nos llamó la atención. Cómo regresar a la raíz de los temas y después, a parte de generar una nueva versión interesante, hacer que tome esa fuerza otra vez sin tener nada conectado.
RC: ¿Obtuvieron el resultado que esperaban?
PA: Sí, estamos contentos con lo que se logró. Finalmente estás trabajando ahí, tienes una idea y acaba modificándose como siempre, llevándose a otro extremo, (pero) sí estamos contentos con lo que logramos hacer.
RC: Pensando en eso, y en la historia de tensiones que han tenido con las disqueras ¿cómo lograron hacer con su carrera «lo que les ha dado la gana»?
PA: Las disqueras y las compañías, a quien te debas como un compromiso de trabajo, siempre tienen una percepción distinta a la artística. Creo que finalmente, nunca fue una guerra ni una pelea, ¿no? Podría decir que nos salimos con la nuestra, pero en el sentido artístico siempre logramos dejar en los discos lo que queríamos y movernos hacia donde queríamos con lo que hacemos.
RC: Ya han visitado Ecuador algunas veces. ¿Qué relación tienen con el país y con su público? ¿Qué esperan de esta ocasión?
PA: En el caso de Ecuador y muchos países latinoamericanos hay una empatía con lo que decimos y con nuestra problemática social, desde el desmadre y la sociedad tal cual como nos toca vivirla. Encontramos una empatía en muchos sentidos que, aunque pasen años y no volvamos, regresamos y la gente sigue ahí como una fanaticada a buen pedo que apoya o cree que lo que hacemos empata con lo que hacen en la vida. Eso es interesante. De alguna forma no cambiamos nuestro estilo, pues somos una banda de rocanrol y aunque muchos otros artistas y muchas otras tendencias sigan poniéndose de moda, lo que haces es lo que haces y lo que eres. Entonces, ahí seguimos.
RC: ¿Crees que en esas nuevas tendencias que mencionas y que están surgiendo se está perdiendo algo de irreverencia? ¿Que las bandas ahora tienen menos carácter político?
PA: ¿Quién sabe, eh? De repente como que hay etapas y lugares en los que las bandas son mucho más fuertes y directas, ¿no? O también ves a otros proyectos donde no hablan de eso pero tienen una postura bastante firme. Entonces, creo que en la música se vale hacer lo que quieras. El pedo es no defraudarse. El pedo es no ser una cosa y al otro día estar viendo qué está de moda para pretenciosamente tratar de estar ahí arriba.
RC: Es triste ver que sus canciones están tan vigentes, no porque ustedes lo quieran así, si no porque el mundo está igual de jodido. Pensando en eso, ¿qué le dirías a las generaciones jóvenes de hoy en día?
PA: Sí, o peor… Pues, quien sabe. Creo que de entrada el no tomarse nada tan en serio también es bueno, y es sano. Si vemos mucha gente joven totalmente perdida en la música, totalmente perdida en drogas, en el desmadre y eso y… puta, quizás es la edad, ¿no? Quizá ya nosotros pasando los 40 vemos la perspectiva del desmadre desde otro lado. (Sobre) el encabronamiento, el hartazgo social, a mí me da gusto que ahora gente mucho más joven vea cómo está el pedo y no se salga por la tangente, ¿no? Sí están activándose a pensar, a comentar, a participar, aunque sea en las redes sociales pero a hacer algo, a opinar, a tener una opinión. Está chingón.
Pues, ¿qué les podré decir? Puta, pásensela bien, porque el pinche tiempo se va en chinga y luego te la tomas muy en serio y pierdes mucho tiempo.
Molotov en vivo. ¡Viva México Cabrones! Foto: Archivo de la banda.
RC: ¿Qué les provoca a ustedes el ver que las cosas no han cambiado en cuanto a la corrupción del sistema desde que escribieron sus primeras canciones? ¿Eso los inspira a escribir nuevos temas?
PA: Sí porque no puedes doblar las manos y decir: «bueno pues, esto ya no se hizo, ya qué». Es una condición de vida, no solamente hacer canciones que tengan ese contenido. Más bien, la idea es cómo en la actualidad ver un problema parecido y darle la vuelta y volver a hacer una canción que hable de eso y no sea lo mismo, ¿no?
RC: Hace poco tuvimos la suerte de conversar con Rubén Albarrán de Café Tacvba, y nos dijo algo curioso: que su banda no generaba mucho interés en el mundo anglosajón por tener referencias muy locales. ¿Ustedes comulgan con esa opinión? ¿Cómo creen que los gringos ven a Molotov?
Lee Aquí: Un encuentro con Huaira y Rubén Albarrán.
PA: ¡Híjole! No sé. Yo creo que en ese sentido, totalmente opuesto a ese comentario. Viajamos mucho a Europa y la gente en lugares como Alemania, donde no se habla el español nada, va a los conciertos, sabe de lo que habla la banda y hay también buena empatía, ¿no? Pasa eso ahí y acabamos de tocar en Rusia… Entonces yo creo que no importa de dónde vengas, ¿no?
Si estás muy arraigado en algo en lo que solamente poca gente, o menos gente te va a entender porque es local, pues sí es un trabajo intenso de oficina el de tu manager: sacar ese proyecto a otros lados y venderlo como algo, qué se yo, internacional, que es multi-funcional. En ese sentido nosotros hacemos Spanglish, miles de slangs en español que incluso dentro del país, en algunas zonas, no se entienden. Y pues, nunca cambiamos. Nunca pretendemos hacer algo que fuera adaptable para que todo el mundo lo escuche. Pues es lo que eres y habrá a quien le guste en todos lados y a quien no le guste tanto.
RC: Ustedes surgieron en México en una época en la que habían bandas cuya música se mezclaba mucho con lo indígena o lo tradicional, pero ustedes se fueron por el rap y el rock que son ritmos de otro lado. ¿Crees que esa fue una decisión consciente?
PA: Pues, es la música que escuchas. Es lo que te nace musicalmente hacer. En México en los años 80, el 90% de las radios eran en inglés, aun cuando el mismo 90% de la gente en México no hablaba inglés. Entonces era demasiada información, ¿no? Tenías a Yuri y tenías a Madonna. Tenías a Mijares y tenías a Michael Jackson. Tenías toda esa información, entonces tú sabes a dónde te mueves, qué te acaba generando una influencia en la cabeza y cuando haces música hacia dónde quieres sacar tus ideas, ¿no?
En este caso, Randy (Ebright, baterista) como gringo en ese entonces, toda la música que oía era 100% en inglés, mucho hip-hop, mucho rap. Nosotros igual escuchábamos un chingo de música bien parecida y la verdad es que sin pretensión alguna salió y se nos hizo más interesante irnos por ahí que por un lado más local.
Pues, es decisión de cada banda. Hay artistas muy locales mexicanos que son gigantes y acá igual lo mismo. Creo que es un poco de suerte, ¿no? Cómo te va en tu idea…
RC: Nuestra última pregunta. Estamos viviendo un momento en el que los gobiernos de ultra-derecha parecen estar tomándose el mundo occidental y eso es preocupante, pero también parece cíclico. México parece ser una excepción ahora que viene AMLO. ¿Ustedes cómo ven el panorama? ¿Esto les inspira a escribir nuevas canciones?
PA: ¿Quién sabe? Como mexicanos nos corresponde, casi casi como pinche deber, apoyar a quien vaya a dirigir el país seis años, ¿no? Pues, porque sí es muy fácil criticar y echarle la culpa a la derecha, a la izquierda que nunca es izquierda, a la democracia que no existe… Hay muchos temas donde, puta ¡no vas a solucionar nada! Pero donde sí puedes solucionar es siendo un pinche ciudadano menos oportunista, menos aprovechado, ¿sabes? Más limpio, con más civismo.
Ahora es muy fácil en las redes sociales ser el más rebelde de todos, el más pinche contestatario y la chingada. Pero en la vida diaria, en la vida real ¿qué tanto le aportas al país? Porque, si no es muy fácil. Cuestionar todo es muy fácil y se vale cuestionar todo y para eso estas redes han funcionado mucho. Pero, pues, tú ves el avance de un país en su sociedad. El gobierno literalmente se va acomodando y los políticos nunca van a dejar de ser políticos, pero el país para que avance necesita muchísimas cosas más.
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Molotov tiene tres fechas programadas en Ecuador. Se presentarán el martes 4 de diciembre en el Ágora de la CCE, Quito, con un show desconectado. Después de eso regresan a su formato amplificado habitual, para presentarse en Cuenca, el 5 de diciembre en el Coliseo Jefferson Pérez, y el 6 de diciembre en el Centro de Convenciones de Guayaquil.
