El boicot de Sayce al 1×1
Desde la perspectiva de un músico
por Dennis Darquea-Bossano
Hay un adagio popular que dice: «Hecha la ley, hecha la trampa», y esto en Ecuador es básicamente el pan de cada día en todo aspecto del convivir social. La ley 1×1, impulsada por una parte mayoritaria del sector musical, por supuesto, no ha sido ajena a estas trampas ya que el grueso de radios nacionales se dedicó a pasar música local en la madrugada para «cumplir» la ley, y esto si les daba la gana de al menos hacer eso. ¿Y las autoridades de control de esta ley (Supercom)? De farra, en mi opinión. Hoy en día, de hecho, la ley 1×1 es un zombie inofensivo que camina entre nosotros ante la total indiferencia de quienes pasan junto a él, aunque ya tiene sus verdugos a la vista.
Y como todo en nuestro país debe de ser pintoresco, entre esos verdugos se encuentra quien supuestamente debería defender a los compositores nacionales por sobre los intereses de las poderosas disqueras multinacionales: El presidente de la Sociedad de Autores del Ecuador, Juan Fernando Velasco. Quien se muestra ya en algunos espacios hablando de que le ley «no ha funcionado como se esperaba» y necesita una reforma, a la vez que incoherentemente admite que ninguna radio la ha cumplido y que ninguna entidad la he hecho cumplir. Debemos recordar que Velasco fue parte de un minúsculo grupo de músicos que apoyaban la tesis de las radios privadas del país de que pasar un 50% de música local en Ecuador era una «imposición» y «creaba conflicto». Hoy ya se habla incluso en los medios de que el porcentaje sería reducido a sólo un 20% o 10% de música nacional, en atentado directo a nuestros músicos y a una ley que fue ratificada dos veces en las urnas por el pueblo, y que posteriormente ha sido debatida por los músicos, en el interior del Sayce y en redes sociales.
Cinco millones doscientos mil dólares es la cifra que Velasco anuncia con bombos y platillos como la recaudación general del año 2018 por parte de Sayce, un valor histórico, nos cuenta, a la vez que hace barra en los medios para que la música nacional pierda su cuota ganada con sudor y años de pelea, y de la cuál él era contrincante. Con semejante monto recaudado por concepto de derechos de autor, un presidente que REALMENTE represente a los autores no sólo debería apoyar el 1×1 y EXIGIR su cumplimiento, sino impulsar diversos mecanismos, campañas y estrategias para que la música nacional esté presente mayoritariamente en TODAS las ramas que le generan ingresos a esta sociedad de autores —para que el dinero quede en casa—, como: Espectáculos Públicos, Regalías que vienen del Extranjero, Televisión, Locales Comerciales, Usuarios Generales, Medios Digitales, etc. Como autores, teniendo en cuenta la grave situación económica que pasa nuestro sector y cómo esta sociedad recauda tanto dinero a nombre nuestro, deberíamos seriamente interesarnos lo que se hace con él. ¿Cuánto nos llega a cada uno de esta torta? ¿Dónde vemos en que se usa ese dinero? ¿Cuánto son los sueldos de los directivos? ¿Cuánto se llevan los autores extranjeros aprovechando la coyuntura actual de más música extranjera difundida? ¿Dónde se ven las cuentas claras por parte de Sayce? Y a todo esto, ¿cuándo consultó Velasco a los autores la posición que él solito asume en nombre de todos? Primero debería responder estas preguntas antes de hacer recomendaciones mediáticas en contra de sus propios socios.
Ante este panorama, no dejemos que otro verdugo del zombie sea nuestra indiferencia. Como vemos, no se trata sólo del derecho a ser difundidos en nuestras propias radios, sino de que el derecho de autor también es un gran negocio que nos puede beneficiar tremendamente, exigiendo cuentas y accionar claro de Sayce y a las autoridades de control de esta ley, por supuesto. En mi opinión, Velasco debe ser revocado de su cargo por asumir una posición tan históricamente contraria a los intereses de su propio gremio. Debemos exigirlo, además de las cuentas claras. No nos representa.
El 1×1 es una medida que protege a nuestra escuálida industria de música nacional de la máquina monetaria que representan las disqueras multinacionales y de la terrible falta de visión —o complejo— de la mayoría de radios ecuatorianas, además de que permite al ecuatoriano enterarse de que pasa en Ecuador. Antes de que se vaya el 1×1, que se vaya Velasco.