El artista del subconsciente Vol. 3

por Sebastián Espín Meneses
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Fotograma de Millennium Actress

Millennium Actress (2001)

Luego de un gran éxito con Perfect Blue, Kon quiso dirigir una adaptación de uno de sus escritores favoritos. Debido a la banca rota de su compañía de distribución, tuvo que aplazar su realización. En su lugar, decide continuar explorando con la maleabilidad dramática que le permite la animación y así hace Millennium Actress.

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Fotograma de Millennium Actress

En esta película, nuevamente Satoshi Kon se vale de la metanarrativa y el Trompe-l’œil. Muestra cómo un cineasta busca hacer un documental sobre una famosa actriz, a la cual admira y quien luego de varios años terminó en el olvido. Esta historia se distancia un poco de los enfermizos laberintos del subconsciente, que habían sido elementos protagónicos en sus anteriores películas. Esta vez, habla sobre la nostalgia. En este recorrido las difusas líneas entre la realidad y la ficción se vuelven a cruzar.

La narración de la vida de la actriz, durante los periodos de la segunda guerra mundial y la postguerra, se confunden con los papeles que interpretó en épocas desde la Edo en Japón, hasta mil años en el futuro con los viajes espaciales. El elemento que une a cada uno de estos momentos de ambigüedad dramática es el reencuentro con el verdadero amor.

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Fotograma de Millennium Actress

De una manera bastante poética, Satoshi Kon muestra los dolores y las penurias de la segunda guerra mundial en el Japón, sin abandonar la fantasía y la esperanza que significó la ficción para ese pueblo. Para esta película, el director se basó y a la vez homenajeó a dos de las grandes actrices japonesas del siglo XX:  Setsuko Hara y Hideko Takamine.

La repercusión internacional de está película fue bastante grande ganando el Gran Premio en el Festival de arte de Japón junto a El viaje de Chihiro, de Hayao Miyasaki (que ese mismo año ganó el Oscar a mejor película de animación). Ganó además como mejor película de animación y el Fantasia Ground-Breaker en el festival de Cine Fantasia de 2001. Obtuvo también el Premio Orient Express en el festival de cine de Sitges de España y muchos más reconocimientos en varios festivales de Asia.

 

 

Tokyo Godfathers (2003)

Luego de la significativa cantidad de premios obtenidos con Millennium Actress, Satoshi kon se consolidó como uno de los más importantes directores del Japón de inicios del nuevo milenio, pisando fuerte en el mercado occidental. Para su siguiente proyecto, que sería una suerte de homenaje a 3 Godfathers de John Ford, elaboró el guión junto con Keiko Nobumoto (Cowbow Bebop, Wolf’s Rain), con quien ya trabajó en el guíon de World Apartment Horror. Para está película plantearía una historia de Navidad, con ciertos tintes cómicos.

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Fotograma de Tokyo Godfathers

Es Nochebuena en Tokio y tres vagabundos descubren un bebé abandonado mientras hurgan en la basura. Este grupo estaría compuesto por un adulto alcohólico, un transexual y antiguamente famoso drag queen, y una joven que había escapado de su hogar. Junto con el bebé, ellos encuentran una nota con pistas de la identidad de los padres. Ese es el punto de partida para construir una historia de búsqueda llena de “coincidencias” bien elaboradas que permiten que la narración fluya ininterrumpidamente. A momentos se forman varios micro-relatos que aparentan autonomía pero que finalmente siempre están compartiendo un flujo dramático que vuelve a reunirlos.

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Fotograma de Tokyo Godfathers

En esta película Satoshi Kon va a retratar nuevamente ciertos aspectos de la psique humana contemporánea pero de una manera más sutil y ligera en comparación con sus anteriores y próximos trabajos. El mundo interno del hombre alcohólico y jugador con su imposibilidad de perdonarse a si mismo; los sueños de fama del pasado y la nostalgia de un transexual famoso frente a la inminente verdad de la edad y el tiempo; y los conflictos de una adolescente contemporánea que necesita entender la realidad del mundo y lo que implica convertirse en adulto.

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Fotograma de Tokyo Godfathers

Al final, y pese a todos esos conflictos, la intención de Kon es reflejar cómo en las metrópolis contemporáneas todos estamos unidos de alguna u otra manera, siendo este un llamado de atención que añora la convivencia en comunidad, en la que seguramente Satoshi Kon creció.

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