Ecuadorian Film Festival de Nueva York: una ventana abierta desde y hacia Ecuador

por Jorge Bayas Lituma
A causa de la pandemia, el Ecuadorian Film Festival de Nueva York (EFFNY) se ha mudado a una plataforma digital. Y este año puedes disfrutarlo desde Ecuador también. Entérate de los detalles aquí.

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Una pantalla es como una ventana. A través de ella podemos contemplar un paisaje cuyo misterio se va revelando poco a poco, a medida que percibimos todos los detalles que permiten sus límites. Y ese paisaje es, en este caso, un fragmento de la vida. Un fragmento entre fragmentos, que se unen para conformar un punto de vista más grande.

No importa mucho si hablamos de la realidad o la ficción de un país, de nuestro país: Ecuador.

Esa es la posibilidad que ofrece el Ecuadorian Film Festival de Nueva York (EFFNY). Desde el 2015, este evento permite a los ecuatorianos residentes en Nueva York asomarse, así sea por un momento, a una realidad que, en muchos casos, contemplan con añoranza.

La oportunidad de ver películas ecuatorianas los conecta con lugares, paisajes, sentimientos y sensaciones que hoy lucen lejanos. De algún modo, los vincula a una tierra que no contemplan directamente desde hace mucho, pero que sigue ahí, guardada en los cajones de su memoria. En otras palabras, dentro de ellos mismos.

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Detalle de una de las ediciones anteriores. Foto cortesía de EFFNY

Somos un espacio donde la gente puede encontrarse, pero, además, de alguna manera, verse”, indica Christian Ponce, cofundador y codirector del festival.

Un bello nudo en una red grande

El EFFNY, como se dijo arriba, surgió en el 2015. Partió de los restos de un evento llamado “La muestra del cine ecuatoriano”, un proyecto del consulado de Ecuador en New York que tuvo siete ediciones.

En 2014, el consulado optó por dejar de hacerlo, lo que puso a pensar a varixs de los que colaboraban allí, como Christian. No querían dejar morir de manera irreversible el festival. Por ello optaron por traerlo de vuelta al año siguiente, aunque con otro nombre y de forma independiente —la única organización al frente es Maravilla, que maneja el festival ecuatoriano y un festival equivalente de cine venezolano—.

A partir de ahí se han desarrollado hasta ahora cinco ediciones. Por las distintas salas alquiladas para acoger al EFNNY han desfilado algunos filmes tan emblemáticos como El grill de CésarDreamtownAlbaAgujero negro Huahua, que se han llevado premios y el reconocimiento del público.

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El EFFNY es un espacio de encuentro. Y no sólo entre los ecuatorianos residentes en USA, sino entre todxs los intersadxs. Foto: cortesía de EFFNY

Al ver esto es inevitable preguntarse el porqué del evento. La respuesta nos la da Christian:

“Había una pequeña industria de cine ecuatoriano que estaba creciendo por entonces y que tenía necesidad de encontrar un público. Porque, para empezar, no tenía ni siquiera un público en el Ecuador, y menos afuera. Algunas películas sí habían llegado a algunos festivales de prestigio, pero, más allá de los festivales, no. Por otro lado, en New York había una población ecuatoriana significativa, y por ahí nació la idea de que podíamos unir a la gente con estas películas”.

Sin embargo, para el codirector del festival, esto no quiere decir que la labor de la gente que forma parte del EFFNY sea la única, o, por lo menos, una abrumadoramente significativa para el cine de nuestro país.

Nosotros somos una parte de una red muy compleja y reciente que, dentro de 20, 30 años, será muy significativa”.  Hay otros proyectos. Todo se va sumando… Nosotros somos sólo un componente”, señala.

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El EFFNY es una ventana que permite viajar a la distancia. Foto: cortesía de EFFNY

El EFFNY como ventana hacia la tierra

Mirar una película ecuatoriana en otro país no es igual que hacerlo en Ecuador. Las sensaciones y los sentimientos no son equivalentes. El día a día no es el mismo. El tejido social y la geografía han cambiado, y eso, inevitablemente, influye mucho al momento de ver un filme.

Cuando tú llegas a la sala de cine en Manhattan, siendo un migrante, no importa si eres indocumentado o si viniste con mejor suerte, con empleo, de todas maneras, tú te desprendiste de tu país y te dolió, y lograste hacer un espacio y sobrevivir, y esas son las emociones con las que vienes a la sala de cine”, indica Christian.

A fin de cuentas, como explica el cofundador del EFFNY, ver cine es estar sujeto a un intercambio ineludible:

“Cuando llegas a una sala de cine, o abres una ventana y pones play en tu computador, lo que pasa es que la experiencia es una combinación de todas las emociones que trajiste a la sala, tus miedos, tus sueños, y las emociones que la misma película te va a lograr generar”.

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Christian Ponce, en una de las ediciones anteriores del festival. Foto: cortesía de EFFNY

En ese sentido, Christian recuerda una anécdota especialmente significativa, referente a una ocasión en la que proyectaron un documental sobre Julio Jaramillo:

“Yo pensé, muy ingenuamente, que a la gente lo que le iba a gustar del documental es saber sobre Julio Jaramillo, una historia que tú sabes, pero que tal vez un documental te va a contar más y te va a permitir vivir cuando Julio Jaramillo hizo esto y esto otro, y saber de esta figura gigante dentro de la cultura ecuatoriana. Pero, en la proyección, la gente cantaba y muchos lloraban mientras cantaban las canciones de Julio Jaramillo”.

Una anécdota curiosa y sentida que, no obstante, no tiene que ver con nacionalismos y con orgullos impostados, sino con otro tipo de afectos y opiniones:

El cine no es para hacerte sentir que tu país es una maravilla, pero sí para cuestionarte, para recordarte las cosas lindas de tu cultura y, a veces, para criticarla”.

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Cartel del EFFNY

Un diálogo en tiempos pandémicos

En este punto del año, ya no pega mucho decir que la pandemia nos ha afectado considerablemente y ha obligado a cambiar algunas cosas. Eso es evidente y no hace falta repetirlo aquí. Salvo que haya algo positivo en ello. Este es el caso.

Debido a la pandemia, la ventana hacia Ecuador que abre el EFFNY podrá estar en la pantalla de tu compu. No importa si vives en Nueva York o en Ecuador. El diálogo, por encima de distancias y fronteras, será más fuerte e interesante que nunca. Sobre todo, en los conversatorios que tendrán lugar al terminar cada película. Podríamos decir que es un verdadero intercambio transfronterizo.

Lo que va a estar interesante es tener público entre la gente de allá y de allá. Gente de este Ecuador más extenso que incluye parte del Ecuador que está acá en Estados Unidos”, indica Christian.

Según el cofundador y codirector del festival, un aspecto muy significativo del evento, en este año y en los anteriores, es dar un espacio a todas las conversaciones importantes de la actualidad, y no sólo a una. Después de todo, con su poderoso lente, el arte mira a todas partes.

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Si quieres ver los seis largometrajes, seis cortometrajes y disfrutar de la función especial que brinda el EFFNY, debes acceder a su PÁGINA WEB. Allí podrás adquirir un pase que, a un precio muy pequeño, te permitirá ver todo lo que tiene el festival, alojado en el servicio de streaming ecuatoriano Zine, del que hablamos hace un tiempo.

El 10 de este mes será anunciada la cartelera y el 1 de diciembre comienza el festival. Así que pilas.

Uno de los conversatorios de años anteriores. Foto: cortesía de EFFNY

 

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