Danza contemporánea: vanguardia trascendente

por Radio COCOA

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Danza contemporánea- Radio COCOA

Por: Stephany Nicole Bravo S.

El sueño de cada madre es que su hija pequeña entre a clases de ballet. Por el contrario, el terror de cada padre es que su hijo adolescente decida ser bailarín. Como es evidente, existen aún en nuestra sociedad algunos prejuicios sobre la danza y sobre lo que representa como arte escénica; los cuales trataremos de delinear y desmentir para poder dar un panorama artístico y cultural sobre la danza contemporánea en nuestro medio. Mas allá de las construcciones sociales de género que están ligadas  a la danza, me gustaría llevar nuestro enfoque hacia la creación dancística como tal. Delimitaremos nuestra discusión a discernir la danza contemporánea de cualquier otro tipo o estilo de danza, para poder así ejemplificar su poder como expresión artística. Comenzaremos entonces tratando de delimitar qué es la danza contemporánea, cómo se presenta en la sociedad y cuál es la reacción hacia ella.

La danza contemporánea puede definirse como la corriente de danza que deviene de una tradición dancística arraigada al ballet clásico, la misma que ha reconstruído  los lenguajes corporales y coreográficos de esta tradición para construir un lenguaje único, abierto y creativo. Dentro de esta corriente encontramos los indicios de los bailarines y coreógrafos pioneros, modernos, posmodernos y contemporáneos. Los cuales nos enriquecen con una trayectoria histórica que es la base de lo que hoy en día consideramos como danza contemporánea. Ellos nos abrieron las ventanas hacia nuevas posibilidades de movimiento y de creación, alejándose de la estética y narrativa tradicional del ballet clásico, que se ven acentuados en los procesos creativos  y puestas en escena de la danza contemporánea en nuestros tiempos. A pesar de que existen varias técnicas y corrientes dentro de la danza contemporánea, la vamos a definir como la ventana para la construcción de lenguajes corporales que responden a la intensión artística del movimiento. El cuerpo y la puesta en escena buscan ser una creación artística en todo sentido, alejándose de la mera estética y promulgando un discurso. Como sucede con todo arte, la lectura del público hacia la danza contemporánea sigue siendo de cierta forma reacia. Pues, al ser una corriente  que engloba discursos vanguardistas dentro del lenguaje de movimiento cuestiona y sorprende al público de muchas maneras. Es decir, la puesta en escena de danza contemporánea transporta al público hacia una interpretación individual de la puesta en escena, delineada por la intensión creativa del coreógrafo, logrando sacar al público de su zona de confort. Se le otorga miles de posibilidades de asimilar el discurso dancístico y la connotación que acarrea en el medio social en el que es presentado.

Como es evidente, la danza contemporánea sale de la línea de entretenimiento de lo que estamos acostumbrados como espectadores. No encaja bajo los bailes y coreografías promulgadas por el show dancístico global. La danza como expresión artística va más allá del espectáculo.  Por lo cual, tanto bailarines como coreógrafos contemporáneos llegan a ser categorizados como los vanguardistas del movimiento. Sin embargo la categorización no se queda ahí. Llega hasta ser denominada como hipismo. Hipismo, entendiendo en este contexto como la falta de recursos lingüísticos para describir una expresión artística innovadora y vanguardista; asociando a un concepto emergente de un movimiento social de protesta. El medio que nos rodea considera  como “hippie” a cualquier ruptura de lo convencional, ya sea esta artística o de pensamiento.

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Sea cual sea la categorización que se le quiera dar al arte, y a la danza contemporánea, lo que hay que rescatar es el rompimiento que estas corrientes de expresión artística han marcado en la historia. Romper los cánones de la tradición fue la pauta  que dio paso a las revoluciones artísticas que hoy en día marcan la base de  las corrientes de expresión actuales. El romper estos cánones y sacar al público de su zona de confort con respecto al arte, es en efecto el discurso que reside detrás de una puesta en escena de danza contemporánea. Encarnar la necesidad de trascender lo convencional y lo mundano es el motor de la creación. Sea el vanguardismo un hipismo en los ojos de la comunidad, la intensión es cuestionar al público para que trascienda.

Nos bajamos de las zapatillas de ballet y dejamos a un lado la magia del espectáculo para llevar al escenario un discurso visceral y real de la vida humana en el contexto social actual. La vanguardia del movimiento busca a través del cuerpo denunciar la naturalización social en la que vivimos, llevando al escenario un cuestionamiento vivencial. Sea hipismo o no, como toda vanguardia la danza contemporánea busca despertar al público, revolucionando sus emociones y planteando una nueva visión de la realidad.

 

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