Juan Pablo Viteri y Juan Zabala

Juan Pablo Viteri (JPV) y Juan Zabala (JZ), coodirectores del Documental «Daniel/Sarahí», hablaron de su nuevo trabajo y de la importancia de difundirlo en espacios alternos a los medios tradicionales, donde aseguran, se mantiene un discurso convervador y xenofóbico de la sociedad.

¿De dónde nació la idea de realizar este documental?

JZ: El Daniel es único, es precursor de los actos drag que han habido y formador de varios otros. Sarahí no sólo es un personaje, sino que encarna a otros en una cuestión teatral diversa. El performance no se acaba cuando se baja del escenario, sino que está presente todo el tiempo, como si la personalidad estuviera fisionada entre el cuerpo de Daniel y de Sarahí.

JPV: A partir de ahí, comenzamos a trabajar con esta dualidad de Daniel. Es muy interesante lo que se puede hacer con el dispositivo audiovisual que fue un juego lúdico, al verlo en pantalla interactuar con sus dos personalidades.

El documental se convierte en una especie de espejo, en el que se reflejan temas filosóficos de identidad sobre quién es el personaje. ¿Qué tan delicado fue trabajar con esta dualidad del personaje ?

JPV: La dualidad siempre estuvo ahí. Una de las ideas era generar esta percepción de dobles y  fuimos descubriendo otras cosas.
Cuando hicimos otras entrevistas, comenzamos a comprender que más allá de producir esta ilusión,lo importante era abordar y hacerle entender a la gente la complejidad de cómo se funsionan dos identidades en un mismo cuerpo. Lo más interesante de todo, es que se dieron los dos.

¿Cómo asimiló el personaje principal el reflejo de las dos personalidades?

JZ: El mismo Dani no sabe si Daniel se transforma en Sarahí o si Sarahí, al desmaquillarce, es Daniel. Es algo super loco por que la piel real de Daniel bien podría ser la de Drag. Él se ha metido tanto en ser Sarahí que se ha descuidado en ser Daniel. Ahora se dio cuenta que tiene que debe dedicarse más en convertirse en Daniel.

¿Cuál es el eje central de mostrar este documental?

JPV: Es que Daniel y Sarahi se entienda como un conflicto de identidad, como dentro de un mismo sujeto y cuerpo, hay aspectos emotivos que son super complejos y cómo el dispositivo audiovisual está al servcio de mostrar eso.

JZ: Al conversar con el Daniel, el nunca se desmaquilla, nunca deja de ser Sarahi. Es un alterego que se encarna los personajes. Fue interesante que él se enfreterara a sí mismo.

¿Qué tan importante es que produzcan temas sobre la comunidad GLBTI dentro de un contexto social
en el que varios medios han mostrado una postura intolerante frente a la diversidad sexual?

JPV: En estos espacios tienes la capacidad de hablar y expresarte de una forma distinta a la que estás acostumbrado en los medios oficiales. Eso da espacio a que uno se arriesgue hacer este tipo de producciones. Aquí hay la disposición de generar otros tipos de miradas, muy respetuosos sobre los sujetso que se están representando.Los casos que se ven a la prensa o en el entretenimiento son extremadamente xenofobicos. En el caso de El Comercio y el artículo «Famila Alternativa», la homofobia se presentó sin máscaras.

 

 

 

 

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