La música popular está en plena vigencia y desarrollo. El disco de los hermanos Iraiz y Sebastián Oviedo lo confirma.
“Veamos qué pasa” es la premisa más auténtica de una guitarreada o una reunión de amigos que se juntan a tocar y cantar sin más pretensiones que gozar y, tal vez, alimentar el espíritu de un hogar.
Desde siempre, la intimidad del hogar y la amistad han alumbrado bellísimas obras de arte que, a veces, vulnerables al mundo exterior, terminan cautivas entre cuatro paredes. Otras veces, en cambio, necesitan escabullirse y alumbrar el mundo exterior.
En esta ocasión, Iraiz (voz) y su hermano Sebastián (guitarra) Oviedo, abrieron las puertas de su hogar para liberar su arte y presentar, de forma virtual pero con la misma intimidad, su trabajo discográfico más auténtico Criollando con amigos.
Desde una sala con sillones de color rosa y adornos esparcidos que reflejan su identidad artística musical, los hermanos Oviedo ofrecieron el pasado 29 de julio, un concierto que reflejó su talento. Y, sobre todo, su pasión por la música popular de Ecuador y América Latina.
Tanto el disco como el concierto ofrecen una experiencia inmersiva. Escucharlos, con los ojos abiertos o cerrados, transporta a la audiencia a aquella cálida sala donde se produce una poderosa sinergia. Criollando con amigos fue bautizado así porque en cada canción hay un músico/amigo invitado.
Con este disco, Iraiz y Sebastián rinden homenaje a los ritmos más tradicionales de la región (valses, pasillos, zamba argentina, tango, joropo, albazos) y a sus exponentes. El repertorio incluye temas como “La pomeña”, una famosa zamba argentina; “Tu duda y la mía” de Julio Jaramillo y Olimpo Cárdenas; y “Cuecas del libro” de Violeta Parra.
Criollando con amigos fue grabado en vivo entre marzo y abril de este año y presentado de manera audiovisual gracias al apoyo de la productora Warax Arte.
Es también un homenaje “a nuestro repertorio, a la música que hemos hecho en estos años”, dice Sebas. Han pasado 13 años desde que los hermanos Oviedo iniciaron su dúo, siempre en segundo plano por las exigencias del día a día y como algo que sucedía exclusivamente en casa.
“Hemos estado en dúo y no le hemos dado el valor”, explica Iraiz. Así es que, el disco es un registro de “estos 13 años de chauchear (…) y eso nos ha exigido investigación y es un reflejo de la pasión”.
Más de una década de altos y bajos, aprendizajes y crecimiento dieron vida a un proyecto que, además, reivindica la música popular como algo que sigue latiendo y de lo cual hay que sentirse orgullosos.
Reapropiación de lo criollo
“Hay un montón de agrupaciones de música en el Ecuador y en el mundo que ante la necesidad de contar algo más auténtico vuelven a la raíz, que es la música criolla, la música popular”, señala la cantante.
Pero esa raíz no siempre ha sido valorada en nuestro país. La vergüenza y el acomplejamiento pesan en la identidad ecuatoriana.
“En todos los países la cultura nacional se valora (…) el único país que no lo hace es Ecuador”, argumenta Sebas. Y es verdad, pues la historia oficial otorga, por un lado, ínfulas al criollo y por otro, humillaciones al mestizo. Se han trazado diferencias imaginarias que parecen irreconciliables, y que también estropean la relación con los pueblos originarios y afros.
De allí la necesidad urgente de encontrar “historias subterráneas que trenzan la historia de una manera más auténtica y más fuerte”, opina Iraiz. Esos relatos, afortunadamente, se encuentran regados en la música popular de toda América Latina.
Como dijo el compositor peruano Nicomendes Santa Cruz:
Yo no tracé líneas territoriales
separando al hermano del hermano.
(…)
Por las costas de oriente y occidente
doscientas millas entro a cada Océano
sumerjo mano y mano
y así me aferro a nuestro Continente
en un abrazo Latinoamericano.
Retomar el criollismo como impronta es la propuesta de los hermanos Oviedo para “sanar heridas”, porque “culturalmente nos nutrimos de todo lo que vino antes”, dice Sebastián.
“Para nosotros esto de la cultura criolla viene a ser ese condumio de todos los años de cocinar a fuego lento las historias conocidas a través de la música”, añade su hermana.
La historia de Iraiz y Sebas
Los hermanos Oviedo moldearon su propia identidad en un ambiente musicalmente diverso. De las grabadoras de su casa sonaban Ñanda Mañachi, cumbias o pasillos indistintamente, y en familia dedicaban tiempo y alma a las guitarreadas.
En 2008 se mudaron a Argentina, Sebastián a estudiar música e Iraiz, periodismo. Sin embargo, el talento de Iraiz para cantar, pulido desde los 12 años, y el amor por la música tradicional los mantuvo conectados.
“Los dos tuvimos cargo de conciencia por decidirnos por la música, porque siempre te dicen que es complicado. Nuestra familia tenía otras expectativas (…) pero obviamente lo que uno es no se puede negar. Al final ganó la música que es lo que somos, desde siempre, desde toda la vida”, dice Sebas.
A pesar de haber experimentado con distintos géneros y haber participado con varias agrupaciones, el dúo fortaleció en casa su conocimiento, interpretación y composición de la música popular. A finales del 2019, nació la idea de formar una banda, ante la necesidad de ampliar horizontes, pero llegó la pandemia y aquel deseo tuvo que ser pospuesto.
“En esos apuros de no saber qué hacer vimos la necesidad de cerrar el ciclo de nuestro dúo para dar paso a la banda”, cuenta Sebas.
Criollando con amigos es el broche con el que los hermanos culminan una etapa de su vida y es el reflejo de unos músicos de larga trayectoria que ya no necesitan dar explicaciones a nadie.
Un nuevo comienzo
Iraiz y Sebas ya están trabajando en nuevos proyectos. En el momento menos pensado escucharemos música de su ya finalmente consolidada banda Mistura.
La música popular seguirá sonando en manos de los hermanos Oviedo y de otros grandes músicos ecuatorianos, porque la música popular no se quedó congelada en el tiempo, sigue vigente y en desarrollo.
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Enorgullecerse por los ritmos tradicionales como lo hacen Iraiz y Sebas es una forma de alzar las copas y brindar “por los que estuvieron, por los que estamos y por los que vendrán”.
En cada pasillo, vals, capishca, zamba, sanjuanito o albazo, Sebas e Iraiz dirán “aquí estamos y no vamos solos, vamos con un combo de amigos y así como somos, en guitarreada, gozándola”.
Criollando con amigos se presentará nuevamente y por última vez el jueves 12 de agosto a las 20h00. Las entradas al concierto virtual se pueden adquirir llamando o escribiendo al 0982065920 o 0982065941.
Por ocasión del concierto virtual la entrada incluye un disco digital a 10 USD o un CD físico a 13 USD. Más información en las páginas de Facebook o Instagram de Iraiz Oviedo.