“Córtate la Cabeza”, de Taller La Bola: Una conexión ancestral

por Aileen Boada García
Taller La Bola presenta la sexta edición del festival “Córtate la Cabeza”, un proyecto multidisciplinario que ofrece una vivencia que combina la música y la danza con lo espiritual.
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15 artistas serán parte de esta experiencia. Foto: Omar Arregui

El increíble show de Taller la Bola, “Córtate la Cabeza”, reúne a 15 grandes artistas e invita a la audiencia a ser parte de una experiencia virtual diferente, en cuanto a performance y sonoridad se refiere. 

La banda de los hermanos quiteños Ada, Miguel y Nicolás nos presenta su proyecto anual más importante. “El Viaje del Tayta Sol” es el nombre de la sexta edición del festival “Córtate la Cabeza”, organizado por Taller La Bola desde el año 2015. 

La agrupación pionera del género “audaz urbano” comparte su primer lanzamiento virtual a raíz de la pandemia. La ejecución de los instrumentos precolombinos vuelven a sorprender, con la intención del grupo de seguir preservando el conocimiento ancestral.

En la siguiente entrevista, los hermanos Oquendo nos cuentan más sobre el lanzamiento de su proyecto. Pilas que el estreno se llevará a cabo el domingo 15 de agosto a las 6pm en el canal de Youtube de Taller La Bola. ¡No te lo pierdas! 

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Este es el primer lanzamiento virtual de Taller la Bola a raíz de la pandemia. Foto: Omar Arregui

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Aileen Boada:¿Qué facetas nuevas se descubren durante la creación de sus sonidos?

Nicolás Oquendo: Es realmente increíble todo lo que se va descubriendo. Porque estamos en un estado como el de la niñez, de asombro. Porque es hermoso poder estar descubriendo cosas sencillas, los olores, las formas, los colores, los sabores. Pero que realmente te impacte. Eso creo que es algo muy especial, y es lo que siento que nos sucede cuando estamos interpretando los instrumentos y de repente sale otra forma de manipularlos junto a otros sonidos. 

Es un eterno descubrir. Como decimos, ni en toda una vida vamos a poder terminar de estudiarlos y de aprender de ellos. Porque son nuestros maestros, los que nos indican cómo podemos seguir aprendiendo de esta sabiduría milenaria. Es una sensación rica poder, cada día, ir aprendiendo de ellos y asombrándose con estas sonoridades

La gente que los escucha también se queda loca cada vez que siguen sonando. Uno no se puede imaginar que unos objetos tan chiquitos puedan tener tanta magia en su interior. 

AB:¿Cómo reflejan su identidad en los sonidos que emiten?

Ada Oquendo: Yo creo que toda esta bandera y por lo que trabaja el taller está basada en los instrumentos. Porque los instrumentos que nosotros tocamos son los originales, es decir, los sonidos que tienen son los que había hace 200 años aquí en Ecuador. 

Es muy loco pensar que un instrumento, una pieza, haya durado tantos años y que pueda estar ahorita en la actualidad y creo que es realmente hermoso, y es algo de lo que se puede aprender un montón. Esa es nuestra identidad, todas estas culturas llegaron antes de los españoles, y son muy poco conocidas. Para nosotros no son sólo instrumentos, son seres que comparten con nosotros y de ellos aprendemos. Ellos son el motivo y lo que muestra toda esta sabiduría que tenían las culturas ancestrales.

AB:¿Cuál creen que es la importancia de que exista una banda como Taller la Bola que rescate la música precolombina?

Miguel Oquendo: Hay que recalcar que el Taller la Bola no hace música precolombina. La música precolombina significa tocar melodías antiguas, melodías que tocaban nuestros ancestros, o algo así. El Taller la Bola hace música actual con sonoridades precolombinas. Parece que no es mucha la diferencia, pero en realidad hay una diferencia enorme. Es un poco difícil que exista una banda como la nuestra. Primero es un trabajo de 20 años la recolección de estos seres, es muy poco usual. Pero si hubiera más bandas así sería hermoso, porque ya dejaría de ser tan lejana esta sonoridad

Como dije anteriormente en otra entrevista, nosotros tenemos un método en donde estamos trabajando para tocar silbatos y ocarinas. Entonces, ¿qué tal que en los colegios te enseñen a tocar una ocarina en vez de una flauta dulce? Sería muy interesante. Hay que apuntarle a eso, para que esta sonoridad ya sea parte de nosotros.

Ada: Estos seres de 1500 años son los que nos rescatan. En nuestra actualidad, entre tanta tecnología que tenemos, realmente perdemos muchas cosas, muchas conexiones, con la gente, con nosotros mismos, con las raíces. Y nosotros creemos que los arqueológicos son los que nos rescatan de todo eso.

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Esta es una ocasión en que las sonoridades emergen de distintos tiempos. Foto: Omar Arregui

AB:¿Cuál es la historia detrás del festival Córtate la cabeza?

Nico: Es una lucha constante que ya lleva siete años. El anterior año no pudimos realizarlo debido a la pandemia, pero nace a partir de que fallece Luis Oquendo. Nosotros queríamos darle un tributo y eso fue en el 2015, que sale el primer “Córtate la Cabeza”. 

Hicimos un evento masivo en el teatro politécnico con unos ocho grupos musicales importantes y fue bastante gente, unas 600 personas. Sacamos nuestro tercer disco y la intención era esa: poder trascender. Históricamente, la música siempre ha servido para realizar una conexión con nuestras divinidades, con nuestros Dioses. Y también para poder comunicarse con seres que ya han trascendido hacia otros lugares. 

La intención del Córtate la Cabeza era poder formar esa energía a través de muchas personas que están convencidas y aman lo que están haciendo, y poder traspasar esa frontera y que les llegue ese cariño que queremos enviar hacia el más allá. En este caso fue para Luis Oquendo. Con el pasar de los años, esto se ha ido transformando, para que esa gran energía pueda llegar a todo el resto de personas que ya han trascendido.

En este año en particular ha sido un tributo para toda esa gente que ya ha partido hacia otro mundo, porque son varios. Realmente han sido épocas muy duras. Queremos dar una fuerza para ellos, para que les alegre el corazón, para que bailen desde el otro lado, que canten, que gocen. Y también para todos los que estamos aquí, que sigamos tomando fuerza, aprendiendo de nuestras culturas y tengamos la energía para seguir adelante. 

AB:¿Qué tienen planeado para esta edición del festival? ¿En qué se diferencia de otras ediciones?

Miguel: Esta es la primera versión virtual, y eso ya es un salto increíble. Es bastante inusual, pero queremos aprovechar esta virtualidad para lanzarlo a todo el país. Ese es el fin. Si no va a haber un solo sitio en donde se presente todo el corto, que se haga en varios lugares del país. Para el show tenemos preparado un montón de sorpresas, porque tenemos aproximadamente unos 15 músicos.

Ada: Tenemos muchos arreglos nuevos que hicimos para estos músicos, algunos de ellos son Grecia Albán, Felipe Aizaga, Álvaro Rosero, Leonardo Santillán, etc. Yo creo que lo interesante de este concierto, y justo aprovechando la virtualidad, es que no va a ser sólo un concierto, sino que hay muchísimas artes aumentadas. Nos acompañan con escenografía, danza y también una historia que nos va a recorrer por todas las canciones que es muy interesante. 

Nico: Lo que se está preparando también en este festival es una pequeña película musical en la que hay una historia y un concierto intermedio, pero que se da en el Museo Nacional del Ecuador. Eso es algo muy importante, es un lugar emblemático que tiene muchas de las piezas de nuestra arqueología y de nuestro patrimonio. Es un lugar realmente hermoso que conecta mucho y hacemos una alusión ahí, en la que Ada llega y coge un instrumento de una vitrina del museo, lo lleva a una mesa y lo tocamos. Por ahí va la idea de que este patrimonio está vivo y que sigamos escuchando.

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Las artes se combinan en este evento. Foto: Omar Arregui

AB:¿Cuánto incide la virtualidad en lo que, cómo proyecto, Taller la Bola desarrolla? 

Nico: Hay pros y contras. Obviamente a la gente le gusta mucho sentir el concierto en vivo, le gusta vernos, le gusta sentir esa energía. Fue también super loco dar un show tan grande y sin público. Eso nunca lo hemos hecho pero se dio lo que esperábamos, que era construir esa energía. 

Como comentó Miguel, queremos llegar a muchos lugares este domingo, queremos que esté sonando en muchas partes del mundo y que la familia se junte, se siente y diga: “vamos a ver esto”, y comer alguito, tomar, como quieran vivirlo al concierto. 

También se propone llegar al exterior, mandar posterior a este lanzamiento al mundo, realmente que lleguen estos instrumentos a sonar y que la gente diga: “Oh, eso es Ecuador”, “no sabíamos que tenían esas ocarinas”, “no sabíamos que sonaban de esa forma increíble”, etc. Todo dentro de un espectáculo, para que se mantenga lo que siempre ha hecho Taller La Bola, la parte pedagógica, pero entretenida.

AB:¿Cómo se dará el contacto con el público esta vez? 

Miguel: De igual forma, que el público se corte la cabeza, que deje de pensar un poco y que vivamos la virtualidad como si fuera algo personal. La invitación está hecha, depende de cada uno.

Nico: Si hemos hecho trabajos de interacción, entonces ahí les invitamos a bailar, a que hagan una coreografía. Y ya depende de cada uno que sienta esa intimidad porque lo hemos hecho con esa intención, para que piensen que estamos ahí con ellos, todo lo que se ha preparado es justo para ustedes. Entonces, que lo sientan, que lo vivan. La interacción que hay es para que rompamos esta barrera de lo virtual. Probablemente hagamos un en vivo, para ver los mensajes de la gente y les podamos responder. 

AB:¿Cuáles han sido las mayores dificultades que han tenido durante la pandemia?

Ada: Creo que una dificultad que está pasando más allá de la música y del arte es que se ha desatendido un montón este sector. No hay nada que nos asegure un trabajo, porque nosotros como músicos teníamos como ingreso principal los conciertos, y ya no lo hay, y a las autoridades no les interesa. Es algo que se debería trabajar, no sólo para la música, sino para el arte en general.

AB:¿Cómo ha cambiado Taller la Bola luego de tantos años?

Miguel: Es muy gracioso porque claro que ha cambiado. Las composiciones son diferentes, las composiciones de Luis Oquendo eran una cosa bien loca. Por más que se intente no se puede replicar. Sin embargo, a pesar de los años no pierde su bandera, que es lo más importante. Me gusta porque se ve cómo cada generación le va dando su tinte, y es bien bonito que se siga con esta bandera y que se siga mostrando. 

Cuando mi papá estaba a la cabeza del taller, él mostraba a su público, niños, jóvenes y adultos. Pero ahora, nosotros también le ponemos un poco más de lo nuestro. Hay esta canción que se llama “16/04”, que es una composición ya neta de nosotros y es un poco más rockera, y es interesante.

Nico: Estamos abriendo muchas barreras para seguir incursionando. Yo creo que lo lindo del Lucho Oquendo es que en el Taller La Bola tenía esa libertad de experimentar y no ponerse trabas. Yo creo que vamos por lo mismo pero en un contexto más actual

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Hay libertad de experimentar y no ponerse trabas. Foto: Omar Arregui

AB:¿Qué expectativas tienen de cara al futuro?

Ada: Yo estoy estudiando música, quiero ser mejor de lo que soy ahora y todo lo que aprendo aplicaré en el taller. Esto es mi vida, es mi trabajo y quiero viajar con el taller, quiero que esto se difunda muchísimo. No tanto por nosotros, más por los instrumentos, nosotros sólo somos los acompañantes de ellos. 

Miguel: Hay algunas ramificaciones del taller como la parte pedagógica o la parte musical. Me gustaría que la parte pedagógica tenga más difusión en el país, que se pueda hacer talleres en lugares que lo necesitan, como la Costa, donde hay personas que tienen contacto directo con piezas arqueológicas. Es muy necesario que conozcan su riqueza y lo invaluable que es, y de la misma forma en las universidades.

En la parte musical, también me gustaría poder viajar y tener contacto con instrumentos de otras culturas. 

Nico: Por mi parte me gustaría mucho poder llegar hasta viejitos, como varios grupos que han llegado hasta cuchitos y los ves saltando en el escenario con sus canitas, sería hermoso poder estar así. Espero que nos de vida, estar juntos como familia, con mi madre también, que es indispensable en nuestro trabajo. Como Tito Puente, poder llegar a nuestro disco número 100, sería una bestia. 

Hay una gran herencia de por medio. Foto: Omar Arregui

AB:¿Cuál es la herencia de Taller la bola para las nuevas generaciones?

Miguel: Que se aprenda realmente de la cosmogonía de nuestras culturas precolombinas y poder aplicarlas actualmente. No es solamente una cuestión de los sonidos, es una cuestión política, una cuestión ambiental, una cuestión espiritual. Realmente la cosmovisión es super amplia, pero por donde se quiera, se puede aprender. No desligarnos de nuestra raíces. Hay culturas como los egipcios y los mayas que son super fuertes y están marcadas en la historia, pero aquí no, y eso es súper triste

Que se aprenda y que se sepa de dónde venimos, dejar la exclusión y los insultos como “indio”. 

Nico: Hay un corte super fuerte, no nos damos cuenta pero estamos perdidos. Como mestizos no sabemos de donde agarrarnos. Igual, si queremos conectarnos con las culturas que están ahora presentes, son muchas, en todo el país hay pueblos que preservan. Dentro de todo esto está nuestra herencia. Si podemos ver en las piezas arqueológicas los vestuarios, el tipo de ritos, las costumbres que tenían, son las mismas que se preservan hasta ahora. Sin embargo, el sistema en el que vivimos nos obliga a pensar que estamos en otro mundo que no es este, y cada vez nos alejamos más. 

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Es súper fuerte para nosotros como mestizos sentir eso y buscar parecernos a algo más. Esa es la riqueza de nuestros pueblos, los que resisten y los que sostienen la sabiduría ancestral: entendernos en el mundo con armonía, no pensar que nosotros estamos sobre la naturaleza, sobre los animales, sino que somos lo mismo, aprender a amarnos, a respetarnos.

El rato que cojamos esta bandera y aprendamos de todo lo que hicieron nuestros antepasados y lo pongamos en el presente, el país se va a transformar, y es lo que está pasando de cierta manera. Sin embargo, se necesita más fuerza, más apoyo, y, de nuestra parte, seguir construyendo esta comunidad, que al fin y al cabo son nuestros amigos, nuestros colegas. Apoyarnos entre artistas, no ponernos el pie y darnos la mano. 

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El festival es gratuito y podrás acceder a una lista de beneficios a cambio de un aporte voluntario independiente al boleto de entrada. Para más información visita tallerlabola.com 

Pilas, que habrá sorpresas. Foto: Omar Arregui

 

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