¿Qué está en juego con el artículo 98?
Desde la perspectiva de una realizadora audiovisual
por Grace Serrano Carmona
Entre los trabajadores del medio audiovisual siempre bromeamos sobre cómo nos conocemos los unos a los otros, sobre cómo nuestra industria es tan pequeña y reciente que hablar de los “antiguos” no significa hablar de gente con la que no podamos trabajar de un momento a otro, llenándonos de la experiencia de los más sabios y la emoción expectante de los más nuevos.
¿Qué les llega a la mente cuando piensan en la producción audiovisual ecuatoriana? ¿Una novela hecha hace veinte años? ¿Una serie que repiten una y otra vez en el horario matutino de los canales tradicionales? ¿Una que otra película presentada en cines ocasionalmente? Al parecer, la conciencia colectiva de nuestro país no se ha actualizado lo suficiente como para saber que ahora en promedio se filman quince películas al año, se estrenan otras diez, se hacen cientos de videoclips de bandas emergentes y, además, se producen todas las publicidades que se transmiten en televisión. Todas.
Cuando miran el noticiero y en el espacio publicitario observan una publicidad en la que las locaciones son increíbles, fue hecha aquí. Cuando miran su programa favorito y una publicidad emotiva les hace pensar en su familia, fue hecha aquí. Cuando terminan de ver una antigua película que pasan en TV y una publicidad les transmite adrenalina, fue hecha aquí, por un conjunto de profesionales tan bien preparados que crean desde nieve falsa hasta un mundo entero realizado en animación.
En las últimas semanas, las personas que trabajamos en la producción audiovisual hemos salido a las calles y utilizado todos los medios que tenemos a nuestro alcance para informar el gravísimo error que significaría derogar el artículo 98 de la Ley Orgánica de Comunicación. Somos entes que activamente defendemos el debate de esta ley con respecto a los temas de la libertad de expresión, pero no por ello podemos permitir que una acción gubernamental que es una Reserva de Mercado que logró hacer crecer exponencialmente la cantidad y la calidad de la producción audiovisual en los últimos años sea eliminada y deje sin base competitiva a una industria con tanto potencial cultural y económico.
La posibilidad de crear publicidad hecha dentro de nuestro país generó empleo, experiencia, posibilidad de inversión extranjera y hasta impuestos para nuestro país. Porque somos muchos los de este medio en expansión los que encontramos en la publicidad un medio para crecer y estabilizarnos a la par que poder invertir nuestro tiempo en otros proyectos culturales como cortometrajes y películas.
No se puede tratar una industria cultural como si fuera neto comercio. No se puede eliminar un incentivo gubernamental en la cultura, que valga decirlo existe en países como Colombia, Chile y Francia, sin presentar otras acciones ya existentes que aseguren que un medio en crecimiento se expanda en vez de caer en retroceso.
Soy productora de cine y publicidad. He trabajado desarrollando productos audiovisuales de toda naturaleza y digo desde una experiencia constatada a diario que la publicidad ha sido una de mis grandes maestras para ser recursiva, rápida, creativa y eficaz. Aquí no estamos hablando de publicidad versus cine o de comercio versus cultura.
El audiovisual es a la par todos ellos, y dejarnos sin el 98 es, básicamente, dejarnos sin piso estable para demostrar al mundo, y a nuestro propio país, la gran calidad estética y narrativa que los trabajadores del medio ya hemos demostrado que podemos alcanzar.