Hace un año, Javier Pérez, conocido en redes sociales como @cintascotch–, inició una aventura que lo lanzaría a la vista del mundo entero. Diseñador gráfico y productor audiovisual graduado de la ESPOL, este guayaquileño de 30 años, empezó con la obsesión por el arte desde muy pequeño. “Siempre he realizado trabajo creativo. En la escuela era el que hacía los carteles y pasaba dibujando cómics”, comenta Javier con su voz entrecortada, en el intento de hacer que nuestra entrevista vía Skype funcione.
Es todo un personaje y hablar con él es una experiencia completa. Javier es un creativo no solo del diseño si no también de la palabra (les recomiendo seriamente seguirlo en Twitter). Me acerqué a él con el prejuicio de que –como es toda una estrella de Instagram (152k seguidores) y Twitter (4.344 seguidores)–, contactarlo sería casi imposible. Sin embargo, me recibió en su zona de confort y trabajo: el escritorio de su dormitorio.
Siempre estuvo interesado en trabajar con el dúo dinámico lápiz y papel. Y además, siempre supo que debía cobrar por su trabajo artístico. Tuvo una relación de amor y odio con el arte, algo que le pasa a muchos creativos. Javier, por ejemplo, en 2012 dejó de hacer todo tipo de ilustraciones por un tiempo para luego volver con fuerza.
En 2013, se dedicó a crear por la satisfacción de crear. “Empecé a jugar con lo que tenía a mi alcance. No tenía recursos así que ilustraba con clavos, tornillos, comida, todo lo que estaba en mi casa”. Consciente de que existe un método para cada ilustrador, en su caso canalizó todas las cosas que tenía a la mano (y las que compraba en la ferretería de la esquina) para comenzar a dibujar.
Javier tiene una memoria exageradamente buena. Cuando le pregunté cómo fue que notó que su trabajo empezó a ser reconocido me dijo: “El 28 de octubre de 2013 mis imágenes se volvieron virales. Ahí me di cuenta que tenía potencial. Antes era todo un juego. Tenía menos de 1000 seguidores, un día ya tenía 8.000 y al mes de todo eso, como 38.000”.
En términos de inspiración, en la mente de Javier cabe todo. Todo lo que ve, escucha y siente (y todo lo que no también), lo canaliza, lo digiere y comienza. “Pienso demasiado cada ilustración. La menor cantidad de trazos, mejor. No me gusta ensuciar el trabajo. Mi concepto de ilustración es simple y limpia. Ese es mi estilo”.
En respuesta a una sucesión de hechos que aumentaron su popularidad y que permitieron que su trabajo fuera reconocido en otros rincones del mundo, Pérez recibió una propuesta. En 2014, la reconocida editorial Penguin Random House a través de Teresa Petit lo contactó y mostró su interés en publicar un libro con sus ilustraciones. “Me dieron la apertura de hacer un tema libre. Lo que yo quisiera”. Durante tres meses, Javier hizo alrededor de 300 ilustraciones que pasaron por un proceso de selección a cargo de la editorial para luego escoger las que formarían parte de “Dibujamos el Mundo”, su primera publicación.
El libro está compuesto por las ilustraciones de Javier acompañadas por textos de Albert Martínez López-Amor y hay dibujos para todo: Aire libre, En el mar, Nos movemos, son algunas de las secciones.
A lo largo de nuestra conversación, noto en su relato que todavía no asimila el éxito que su trabajo ha tenido. La emoción de Javier al contarme, todavía sorprendido de todo, sobrepasaba la pantalla de mi computador, y puedo decir que era el causante del cortocircuito en el wi-fi que nos dejó hablando solos más de cuatro veces.
En esos recreos obligados de la entrevista y mientras trataba de volverme a conectar al internet, pensaba que lo más bacán es que el man es bacán. Ya saben, a muchas estrellas de la redes sociales se les suele subir el cuerpo y las ideas al cielo. Pero a Javier no. Siempre estaba abierto a responder cualquier pregunta y a tomarse el tiempo en contar cada una de sus experiencias con detalle y la emoción de un niño.
Javier Pérez y su mundo de proyectos
Las redes sociales han sido fundamentales para su carrera. Siempre ha sido contactado por ese medio para cualquier trabajo. “No tengo contactos en ningún lado. Recién pude ir a Europa a visitar la editorial en España y conocer al que descubrió mis imágenes”.
La portada en una edición de National Geographic de 2014 es uno de los grandes logros de Javier Pérez que pone al sol la dimensión de su alcance. Pero, como todo creativo, inquieto y dueño de su tiempo, también tiene proyectos alternos, como Cafeína, ese que creó con sus amigos, donde cumple la función de director creativo. Otro proyecto, aunque más a futuro, es la creación de una colección de estampillas del Correo Nacional de Inglaterra que saldrá en navidad del 2016.
Javier preparará el lanzamiento de su libro en México en el Tecnológico de Monterrey en febrero de 2016. Por ahora, el ecuatoriano no tiene planeado realizar un lanzamiento de su proyecto en su país aunque no descarta la idea. “Nunca me imaginé tener un libro propio y peor en otro país”. Hoy su libro físico se vende en todos los Corte Inglés y las librerías de España. Amazon y otros sitios web ofrecen la edición digital.
Mientras tanto, en Ecuador, apenas lo conocen. “Siento que si hubiera querido hacer un libro acá en Ecuador, la gente no me iba a parar bola o no lo iban a comprar. Es interesante haber tenido que hacerlo internacionalmente para luego ser apreciado en mi país”, me dice mientras me imagino cuál será la siguiente ilustración que publicará en Instagram después de dar “End” a nuestra conversación.