BUAM 2021: de la pantalla al museo y viceversa

por Juan Sebastián Jaramillo
La primera Bienal Universitaria de Arte Multimedia (BUAM) se inauguró el pasado 16 de octubre, en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito (CAC). Tecnología y arte convergieron para reflexionar sobre el presente convulso y complejo que vivimos. ¿Por qué hacer una Bienal Universitaria? Aquí las respuestas. 

Inauguración de la primera Bienal Universitaria de Arte Multimedia (BUAM). Foto: Juan Sebastián Jaramillo

La primera Bienal Universitaria de Arte Multimedia (BUAM) se inauguró el pasado 16 de octubre, en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito (CAC). La iniciativa fue de la Universidad San Francisco de Quito, quienes, junto al equipo del CAC organizaron la convocatoria. Hubo 147 aplicaciones, de las cuales salieron 24 seleccionadxs y tres ganadorxs. La muestra estará disponible al público hasta el 16 de diciembre. 

Alternativas Presentes es el nombre de esta primera edición de la bienal y hace alusión a “la capacidad de generar alternativas a un presente convulso y complejo, presidido por las condiciones sociales derivadas de la pandemia mundial de Covid-19”. 

Y es que al igual que otras áreas de la sociedad, el arte también se valió de la tecnología y la virtualidad para sobrevivir en “la nueva normalidad”.

“Más allá de ser algo meramente aplicativo o mediacional, la tecnología tiene efectos performativos, produce efectos sobre nosotros y el mundo”, explicó en la inauguración Santiago Castellanos, decano del Colegio de Comunicación y Artes Contemporáneas (COCOA) de la USFQ. “Las tecnologías nos transforman, nos construyen, nos constituyen, nos hacen diferentes”, puntualizó.

Casa llena en la inauguración de la BUAM 21. Foto: Juan Sebastián Jaramillo

La BUAM otorgó tres premios como incentivos para reactivar una escena afectada por la pandemia. Dos premios adquisición, que pasan a formar parte del acervo de la Universidad San Francisco de Quito, y una exposición individual en Q Galería, durante el 2022. 

Las obras ganadoras de esta edición fueron seleccionadas por un jurado compuesto por Anamaría Garzón, investigadora, curadora y docente de arte contemporáneo; Eduardo Carrera, coordinador del CAC y curador; y Gonzalo Vargas, artista, fotógrafo y docente de la PUCE. 

Como parte de la organización también participaron otrxs docentes de la carrera de artes visuales de la USFQ. Deborah Morillo, coordinadora de la carrera, fungió como directora de la bienal y el programa educativo, al cual se sumó Saskya Fun Sang. Wilson Orellana se hizo cargo de la gestión administrativa. Gustavo Cussot se encargó de la comunicación. Y finalmente, Byron Toledo y Marcelino García hicieron una co-curaduría de la muestra.

Los artistas seleccionados en esta primera edición son:

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El ganador

Ernesto Salázar se llevó el primer premio adquisición, otorgado a artistas de mediana trayectoria, con su obra ‘Teseo Biométrica’. Ernesto se autodenomina como un artista “de nuevos medios”, es decir, que enfoca su trabajo hacia el uso crítico de la tecnología. Es diseñador gráfico y docente de artes visuales en la Universidad Católica de Quito (PUCE).

Ernesto Salázar recibiendo el primer Premio de la BUAM en el CAC. Santiago Castellanos, decano del COCOA y Déborah Morillo, coordinadora carrera de Artes Visuales de la USFQ. Foto: Juan Sebastián Jaramillo

Su trabajo lo ha llevado a concluir que el cuerpo “ya no es solo este ente físico y material, sino también sus extensiones digitales, electrónicas o virtuales, como el teléfono celular”. Conclusiones a las que llegó anteriormente con su obra #body_writer, presentada en No Lugar en 2019. 

Bajo esa misma línea concibió a Teseo Biométrica, a manera de continuación, la cual consiste en el reconocimiento de un “glitch” en las mediciones corporales de una smartband que usaba Ernesto. 

Él se dio cuenta que esta banda inteligente estaba arrojando cifras incorrectas sobre su actividad física. Detectaba ejercicios o pasos de Ernesto cuando él estaba en su casa, durante la cuarentena. 

Tras este descubrimiento hizo un ejercicio de exploración y observación sobre cuándo sucedían estos registros erróneos: mientras se afeitaba o se lavaba los dientes o mientras usaba el mouse de su computadora, por mencionar algunos. “Si hubiera una vida extraterrestre y se encontrara con esos registros, no va a tener una información fiel de lo que somos”, reflexiona Ernesto. 

El resultado de su exploración es una instalación que replica una cuerda de saltar en constante movimiento. Para esto, Ernesto hackeó el sensor de su banda inteligente y logró que éste identificará el movimiento como actividad física. “Es una serie de mecanismos que compensa mi ausencia. Estos aparatos ya no necesitan de mi presencia para tener sentido”.

Catálogo BUAM

El segundo premio adquisición, otorgado a estudiantes o alumni, fue para Massiel Carrillo con su obra “Ella y yo”. En un espacio virtual presenta una video-instalación de fragmentos de un diario creado durante el confinamiento, mediante el auto-registro en video de distintos momentos y etapas del mismo. El registro constituye una otredad, con la que la autora dialoga y se revisa, un medio para pensar la auto representación.

El tercer premio, una exposición individual en Q Galería durante el 2022, se lo llevó Christian Proaño, con la obra “Cuatro escuelas clandestinas”. En esta obra se propone “una reflexión en torno a la educación como proceso emancipador”, tomando como referencia el trabajo de Dolores Cacuango en torno a la educación intercultural bilingüe y sus enseñanzas.

Massiel Carrillo, ganadora del segundo premio adquisición, recibiendo su premio. Foto: Juan Sebastián Jaramillo

Christian Proaño, ganador del tercer premio, una exposición individual en Q Galería durante el 2022 recibiendo su premio. Foto: Juan Sebastián Jaramillo

¿Por qué hacer una Bienal Universitaria?

La iniciativa nace de la USFQ, específicamente de su rector Diego Quiroga, luego de mantener reuniones de autoridades universitarias con el Consejo de Educación Superior (CES).

“Se evidenció la preocupación por el bienestar físico y emocional de los estudiantes universitarios durante la pandemia” explicó Castellanos. “Vivir aislados y distanciados con continuas, cercanas y reales experiencias de enfermedad y de muerte, nos afectaron, y nos siguen afectando a todos”, añadió.

Por otro lado, Byron Toledo, curador adjunto de la bienal, explica que tras el shock de la pandemia “había una enorme necesidad de generar espacios de encuentro y la Bienal Universitaria aparece como esa posibilidad para la comunidad universitaria y artística a nivel nacional”.

Byron Toledo dando su discurso en la inauguración. Foto: Juan Sebastián Jaramillo

Junto a Marcelino García, curador en jefe, co-curaron la muestra. Su objetivo, explica, era profundizar en las alternativas -dentro del campo artístico- que habían surgido en relación con la tecnología, “para sostener el presente por fuera de lógicas productivas”.

Eso sí, aclara que la Bienal es también una posibilidad para que artistas en  formación se inserten en el campo profesional. Con él concuerda Saskya Fun Sang, artista y educadora, quien resalta que una bienal universitaria es imprescindible, “porque da espacio a artistas jóvenes y estudiantes, que todavía no tienen un rumbo definido y les da la posibilidad de mostrar sus ideas y experimentos con seguridad”. 

Además estos espacios son muy positivos para los docentes universitarios del campo de las artes. “La dinámica profesor-artista es complicada. Muchas veces por falta de tiempo uno deja de lado la práctica creativa”, explica Saskya.

Otro de los objetivos de la bienal era el de ayudar a la reactivación del campo artístico durante y después de la pandemia, explica Byron.

Programa Educativo

La BUAM vino acompañada de un programa educativo, el cual busca “humanizar y compartir información relevante entre la obra y el público». Es una función de intermediario pero desde una posición más horizontal que la de un curador”. Así lo explica Saskya.

Foto: Juan Sebastián Jaramillo

El reto, en una bienal que gira en torno al uso de la tecnología y la virtualidad, es el “posibilitar una experiencia humana” para el público, cuenta Saskya. 

Por este motivo se planificaron charlas, recorridos guiados y conversatorios. Uno de ellos se dio el 21 de octubre con Laura Benítez Valero, académica del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, sobre “temporalidad y rectangularización”. También se llevó a cabo una charla llamada “Las artes enseñan todo”, a cargo de Doris Sommer, académica de Harvard, especializada en cultura afro y afro-americana. 

***

La primera Bienal Universitaria de Arte Multimedia cierra este jueves 16 de diciembre. Habrá un performance de Gabriel Arroyo, uno de los artistas seleccionados, a las 15:00.

El Centro de Arte Contemporáneo se encuentra ubicado en las calles Montevideo y Luis Dávila (Sector de San Juan) y atiende al público de miércoles a domingos, de 10:30 a 17:30. Para reservar una visita, únicamente se debe completar el siguiente formulario: https://bit.ly/ReservasDiciembreCAC

Equipo COCOA + Eduardo Carrera, coordinador del CAC.
Foto: Juan Sebastián Jaramillo

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