Hablamos con una de las bandas argentinas del momento en la intimidad de un piso de Palermo. Antes de su viaje a Ecuador, para su participación en el WankaBeats, los miembros de Bandalos Chinos analizaron el panorama de la música independiente de la región y cómo han encajado en él.
El Festival WankaBeats es una de las nuevas propuestas más interesantes del país. Con sede en Guayaquil, el año pasado trajo a Bomba Estereo, El Kuelgue y muchas más para su primera edición. Este año, el festival regresa con un line up igual de cargado de sangre nueva como de veteranos históricos del continente, como Los Amigos Invisibles.
En el espectro de artistas jóvenes, una de las bandas más frescas e interesantes del festival es la argentina Bandalos Chinos. Los muchachos de Beccar, Buenos Aires, tienen años sonando en varios países, pero su último disco, BACH, uno de los mejores discos argentinos del 2018, los catapultó como una de las bandas más importantes del momento en Latinoamérica.
Su dedicación y trabajo los empiezan a premiar con shows internacionales. Particularmente, tienen un seguimiento interesante en México, donde han ido un par de veces y planean volver. Vienen a Ecuador en el marco de un festival que les permitirá llegar a más personas aún, y el hecho de que solo toquen en Guayaquil alimenta más la ansiedad de su eventual regreso al país en el futuro.
Bandalos Chinos son Goyo Degano, los hermanos Iñaki y Salvador Colombo, los hermanos Matías y Tomás Verduga, y Nicolás Rodríguez del Pozo. Hacen pop rock que coquetea con la psicodelia y otros géneros que permiten que sus shows sean una de las mejores cosas para ver dentro de la música contemporánea en castellano. En sus canciones priman las melodías pegajosas, los synthes bien pronunciados y las baterías dinámicas, todo sobre la inconfundible voz de Goyo, que es ya una pieza más en el sonido característico de la banda.
Antes de su viaje a Ecuador, nos juntamos en un departamento en Palermo con Goyo, Tomás y Matías para hablar un poco sobre el momento en el que llegan a Ecuador y el estado de la música latina en el contexto del 2019.
Radio COCOA: Hoy en día tienen un poco la bandera de Argentina encima ¿Cómo viven ser representantes de su país en algo tan importante como la música?
Goyo Degano: Lo sentimos primero con orgullo. Lo hemos charlado seguramente, me pasa de sentirme orgulloso de viajar lejos. Incluso acá, en otras provincias, lo vivimos con gratitud. Cuando arrancamos hace 10 años ni en pedo nos lo imaginábamos así. Por lo menos yo no.
RC: Y aparte de ser escuchados, se ve que tienen demanda y que empiezan a ser bookeados. ¿Qué les genera eso?
GD: Creo que tiene que ver con años de ir intentando entender cómo llegar. Lo más importante es la música, que es la que te abre el camino. En los últimos años logramos una conexión muy profunda entre nosotros que nos ha permitido hacer canciones que nos representen para poder salir a tocarlas y defenderlas con amor. Gracias a internet y la democratización de la música pudimos llegar a otros países.
RC: Hablando sobre la democratización de la música, es un fenómeno que últimamente ayudó mucho a las bandas independientes y cambió el juego. ¿Cómo los ayudó en su carrera el internet?
G: Nos impulsó en permitirnos llegar directamente al público, sin escalas. También a través de nuestras redes sociales y manejando una comunicación con la gente muy auténtica. Ahí está muy metido Kevin, nuestro manager, que es un integrante más. También desde épocas de Bandcamp, donde empezamos a subir nuestra música y a llegar a la gente, hasta hoy Facebook, que nos pone en contacto con Latinoamérica. Nos ha ayudado muchísimo, es una herramienta y hay que entenderla como eso. Después puedes entrar en muchos grises que no están tan buenos.
RC: Y quizás así es cómo llegan a otros países, pudiendo poner su música ahí para todos. ¿Siempre fue su idea empezar a salir hacia otros lugares y buscar nuevos públicos?
G: Desde «Isla» nos dimos cuenta, gracias a las stats y data que te tira internet, de que nuestra audiencia en distintos países empezaba a crecer. Obviamente no nos escuchaban como acá, pero sí que empezó a haber un interés por nuestra música en otros lugares. En un momento sí nos lo planteamos como que queríamos salir. Vimos a México como una oportunidad y después de haber trabajado con Adan —Jodorowsky, productor de BACH—, se nos abrieron un poco las puertas con productores, bookers y sellos de allá.
Eso ayudó a nuestra llegada, acompañados por un disco muy fuerte como BACH. Fueron una serie de cosas que hicieron que desembarcáramos en noviembre del año pasado allá, y ahora estamos yendo por tercera vez en un año a hacer un Lunario. 10 años nos tomó hacer un Niceto —club nocturno de Buenos Aires— y llenarlo, y ahora está pasando esto súper rápido. Entonces, es impresionante.
RC: También la conectividad ha permitido que se cree una especie escena latina hoy en día, que es algo muy bueno de ver y, a fin de cuentas, es beneficioso para todos. ¿Lo sienten así?
Tomás Verduga: Creo que hace como cinco años vivimos un movimiento que, por lo menos acá, empezó con la federalización de la escena en Argentina. Antes la escena estaba centralizada en Buenos Aires. De golpe nos empezamos a vincular con músicos de Mendoza, Cordoba, etc. Eso se fue expandiendo como una red por todos lados. Por ejemplo, nosotros por los Usted Señalemelo conocimos a Felipe de La Máquina Camaleón, de allá, a los chicos de Ramona en México y etc. Además, justamente lo interesante de conocer un país es hacerlo a través de su gente, y entre artistas capaz que manejamos ese mismo código de cómo vemos las cosas o intereses que hacen que se genere una amistad.
Después, como decían ustedes, al tener el celu o el Instagram, ese contacto de dos días se prolonga y pegaste buena onda y pinta para hacer un featuring, y así se va armando como la escena. Además se acompañó del cambio de la idea de que el otro artista es tu rival o competencia a pensar en que es tu colaborador.
G: Creo que vivimos en una era en la que las fronteras se empiezan a difuminar y entendemos que somos todas personas intentando darlo todo en un rincón del mundo donde nos tocó vivir. Se da esa cosa más fraterna como de época. Creo que internet nos hizo un poco eso, nos ayudó a dejar esas rivalidades estúpidas que existen entre países, por lo menos en este nivel.
RC: ¿Cómo se llevan con los festivales?
G: Nos encantan. Son difíciles, tienen su parte complicada que es la parte técnica: llegar hasta allá, no tener prueba de sonido, etc. Nosotros somos muy meticulosos, nos gusta escucharnos y monitorearnos, pero eso obviamente se complica en los festivales. Estás re de visitante, vas, enchufás y salí a tocar, amigo, corta la bocha. Pero fuera de eso es una oportunidad de que te vea gente nueva, en un show propio es raro que venga gente nueva. En los festivales tienes que poner todos los temas bien arriba, toda la carne al asador, la lista tiene que ser bien potente y que les vuele la peluca.
RC: Son de las bandas más jóvenes que forman parte del recambio generacional. Digo, en tres años ustedes podrían ser headliners de este festival. ¿Cómo ven esa responsabilidad?
G: La responsabilidad es la misma de siempre que vamos a un lugar nuevo: contagiar nuestra energía y eso. Nosotros arriba del escenario somos nosotros mismos. Ensayamos mucho para lograr ese nivel de relajación. La responsabilidad es mucha, la presión es la misma, pero con confianza. Confiamos en lo que hacemos y en que lo venimos haciendo con mucho respeto y responsabilidad. Lo más probable es que esté bueno (risas).
RC: Y para los ansiosos, ¿qué puede esperar la gente el día del show?
G: Un compendio de nuestras canciones más arriba, bailables, y tienen que ir tempranito para llegar a vernos. Vamos a ir a dar el mejor show que tenemos, así que que se preparen para bailar.
RC: Por último, ¿qué planes tienen para después?
G: Una gira por México. Nos vamos 40 días a hacer 12 shows. Vamos mentalizándonos para eso. Después volvemos a Argentina para anunciar un cierre de año y a finales de año nos vamos de vuelta con Adán a Sonic Ranch a grabar.