Este mes de julio, la galería de arte urbano Nudo Streetart Project celebra su primer lustro con una expansión de la galería y trayendo a un peso pesado —uno más— de Colombia para exhibir su obra.
Hay un lugar en Quito al que me fascina llevar amigos para que lo conozcan. Mi emoción comienza desde antes de entrar en él. “Fíjate cómo se siente su presencia en el barrio”, les digo, antes de señalar algún mural o intervención de street art regado en alguna calle aledaña.
Me gusta ver sus miradas atónitas, cansadas de perseguir las decenas de obras de arte urbano que, de manera barroca, se exhiben en las paredes, en la colección privada o en la exposición de temporada.
Espero con ansias esa mueca que mezcla confusión y emoción tras hacer el primer recorrido en el lugar, seguido de la clásica frase: “no puedo creer que esto exista aquí”, que siempre me queda zumbando en la cabeza, sin importar cuántas veces la escuche.
Y sí. Es incomprensible de primera mano que en el país donde no se valora el arte y donde la cultura es considerada un mero accesorio de opcional envergadura, lejos de las aspiraciones laborales y económicas que un joven promedio pueda llegar a tener, exista un lugar que funcione como empresa privada, en cuyas paredes se exhibe y promociona la obra de incontables artistas urbanos —callejeros— y por cuya gestión Quito se ha posicionado como una parada obligatoria para los artistas urbanos de la región.
Lo más impresionante de todo esto es que este lugar se ha elevado en tan solo cinco años. Este mes de julio del 2024, la galería de arte urbano ubicada en la esquina de las calles Valladolid y Vizcaya, en La Floresta, Nudo Streetart Project, celebra su primer lustro con una expansión de la galería y trayendo a un peso pesado —uno más— de Colombia para exhibir su obra.
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La expansión consiste en la apertura de un nuevo piso en la galería. Esto responde a una necesidad que tienen desde hace buen tiempo, indica Ache, artista urbano y propietario / director de la galería: tener su propio taller de serigrafía, complementando el espacio para exhibición.
Para quienes desconozcan, la serigrafía es una técnica de impresión artesanal que destaca por la nitidez y la separación de sus colores. Una técnica en la que se hacen la mayoría de obras en formato print que se encuentra en Nudo.
Sobre los 5 años
Y qué mejor manera de celebrarlo que invitando a un artista internacional a exponer su obra. El invitado para este festejo es Óscar Gonzáles, artista urbano de Bogotá, mejor conocido como Guache, quien estará exhibiendo un “solo show”, desde este sábado 27 de julio en la galería. La bio de su página web reza:
“Artista visual y muralista colombiano, desarrolla su trabajo combinando elementos de muralismo tradicional con graffiti y expresiones contemporáneas de diseño. (…) Ha realizado exposiciones individuales y colectivas en Bogotá, en el Museo de Arte Contemporáneo (2014) y el Centro Colombo Americano (2016), y en galerías de Buenos Aires (2015), Toulouse y París (2017), Berlín (2014) y Nueva York (2017).
Ha publicado junto al colectivo Bogotá Street Art los proyectos editoriales Calle Esos Ojos (2012) y Levantar y Pegar (2014).”
Pero Guache no es el primer artista de ese calibre que pasa por Nudo. Solo en los últimos dos años han desfilado por sus corredores artistas como: lxs colombianxs Toxicómano, Erre, el colectivo de Pasto ‘Tome Pa Que Pegue’ y Nats Garú, la ecuatoriana asentada en New York, FABS, el colombiano también asentado en NY, Praxis, el peruano que retumba la gráfica de la música chicha, Elliot Tupac, el belga Parole, o el nómada mexicano Christian Sweet del estudio “Vale Verga”. También han presentado su obra artistas nacionales reconocidos como: Pino Supay, Eeco, KiloGramo, Paint, o Kst, por mencionar algunos.
Además, es posible encontrar en su galería prints, stickers, pins u otro tipo de merch de artistas locales consagradxs como Mo Vásquez o Apitatán. Basta una simple ojeada a los perfiles de Instagram de todos estos nombres para entender el alcance de su audiencia, la potencia de su obra y el espíritu que los une a todxs: calidad, talento y personalidad.
De ahí la importancia de que exista una galería como Nudo en nuestra ciudad. Si los artistas viven del arte que producen, ¿cómo se supone que monetiza un artista callejero? Bueno, el movimiento urbano lo sabe desde hace rato:
Realizan murales encomendados, vendiendo gráfica ambulante (afiches, prints, stickers, etc.), exponiendo y vendiendo su obra en galerías (cuando se puede).
Y es ahí donde Nudo cumple con una función importantísima: ser de los pocos espacios donde la gráfica y el arte callejero funcionan como un mercado del circuito del arte “formal”. Es decir, con una oferta, una demanda y un sistema de precios y conceptos como trayectoria, reputación, técnica, etc.
Los números hablan por sí solos. Según el registro de Nudo, desde 2019 hasta la fecha, la galería ha acogido 16 exposiciones individuales, 13 exposiciones colectivas, 9 activaciones “pop-up”, 15 ferias, y 31 residencias, sumando un total de 117 artistas expuestos.
Formación de públicos
Lo clave para Nudo en estos cinco años ha sido algo por lo que luchan los gestores culturales de diversa índole a diario: la formación de públicos.“Mira, a mí lo que me gusta mucho de mi trabajo es tener la oportunidad de hacer un espacio de circulación de obra”, me comentó Ache en una entrevista mano a mano.
Y es algo que ha estado desde su génesis. La galería inició siendo solo una mesa de stickers y fanzines que se ubicaba en el garage de un bar en La Mariscal.
Ahora, explica, “muchas de esas personas que me compraban stickers en esa época, me compran serigrafías en 20, 30 dólares, o camisetas. Crecieron. Y cacho que, poco a poco, ese público también está comprando obras de $100, y de $200. Y esto seguro es en una escala menor, pero en un futuro, tal vez, ese sea el público que me compre cuadros de a miles de dólares. Es chévere ir haciendo como una propia camada de gente.”
“¿Estás viviendo el sueño?”, le pregunto. A lo que me responde sin vacilar:
“Estoy viviendo el sueño y lo he vivido durante los últimos años. La verdad, creo que si me moriría, me moriría con una sonrisita en la boca. He hecho un montón de cosas que me llenan a diario. como darle trabajo a mis amigos. Es una cosa que, me muero, me llena totalmente. Soy un chico de la calle que pudo llegar a convertirse en artista y vivir experiencias que mucha gente quisiera”.
Además del valor intangible que se solidifica en torno a un proyecto de visibilidad y difusión de obra, como Nudo, existe un aporte muy tangible y visible para la urbe. Las calles de La Floresta se han convertido en un museo a cielo abierto de murales pintados por lxs artistas nacionales e internacionales invitadxs a la galería. Algo así como lo que pasa en Wynwood, Miami.
Eso, en gran medida, aunque no exclusivamente, es gracias a Nudo y su gestión. Cada artista que pasa por la galería deja una obra en las calles.
Y bueno, el concepto de una galería de street art no es algo nuevo. Entre los referentes de Nudo están lugares como el Atelier Centre de Buenos Aires, o la imprenta histórica de Cali, La Linterna, así como la galería Gama de Ciudad de México. “Tomé lo que más me gustó de cada tienda, de cada galería, de cada taller que conocí en los últimos años y dije: lo voy a mezclar todo y aquí estamos”, sentencia el gestor.
En cuanto al porqué, la respuesta es sencilla. “¿Estoy aburrido de ir a otros países y que me digan: oye, qué más hay en Ecuador?”, abre Ache y continúa: “Qué bacán sería que a los ecuatorianos nos vean como a los colombianos, chucha, como profesionales capaces que nos pueden contratar en otros países.”
En fin, es digno de celebrar que exista un lugar como Nudo en Quito, Ecuador. Es digno de celebrar que ese lugar haya alcanzado 5 años de gestión exitosa atravesados por una pandemia y que hoy por hoy esté ampliando sus capacidades.
Es digno de celebrar que gracias a que existen lugares como Nudo, llegan artistas como Guache a dejar su obra en las calles de Quito y generar un intercambio cultural con los artistas locales. Dicho esto, ¡salud por Nudo, su gente y el arte urbano del Ecuador!