Antipátikos es una banda antigua y muy prolífica dentro de la escena quiteña. Tuvimos la oportunidad de hablar con sus integrantes sobre el lugar del punk en sus vidas y su forma de hacer música.
Ficha de Antipátikos / Fotos: archivo de la banda
Antipátikos es una de las bandas activas más viejas de la escena punk local. Están tocando y grabando ininterrumpidamente desde el año 98. Antes de eso, Diego y Marko formaron parte de varios proyectos, entre los cuales destaca Soluka Punk, banda pionera en la escena quiteña. Mientras preparan su nuevo material, nos hablaron de esa época, de los procesos de la banda y de su proyección a futuro.
En esa época pertenecían a un grupo de punks que se reunía en la Av. Patria, en el parque El Ejido o en el parque de la Casa de la Cultura. Este grupo, conocido como “El Parche”, se juntaba para compartir juegos, música, experiencias y tragos y pasar el tiempo. Al inicio eran diez o quince. Luego más y más se sumaron. Nunca estaban las mismas personas, pero siempre se encontraba a gente del Parche compartiendo.
Considerada como una banda under dentro de las grandes del punk ecuatoriano, Antipátikos sigue haciendo música a un gran ritmo / Foto: Felipe Racines
El grupo creció demasiado y se dividió por varios motivos, incluyendo diferencias ideológicas: algunos miembros originales incluso se hicieron skinheads. No fue el caso de los Soluka/Antipátikos y otros jóvenes que vivían al norte, los cuales se separaron pero para hacer su propio parche: “La Quito Norte”. En esa época se reunían en un edificio abandonado a escuchar música, tocar la guitarra y tomar. También salían a caminar por la ciudad. Su área llegaba hasta el Parque Inglés. Varias veces los metieron presos, y varias veces siguieron haciendo lo mismo.
“Cuántas noches nos pasamos con alguna botella y ese grupo de locos en el edificio abandonado de aquí, al frente de la casa de mis viejos”
La gestión de los procesos de la banda se ha visto marcada por la profesión de tres de sus integrantes. Al ser técnicos en sonido y trabajar en estudios o medios radiofónicos, la experiencia de estudio siempre ha sido una prioridad para la banda. De ahí que en veinte años hayan grabado y publicado casi quince discos. Esto viene de la mano del estudio Syco, que Diego y Marco sostienen desde inicios del milenio. Los Antipátikos componen, ensayan y graban. Una de las preocupaciones que Diego tiene es la de no alcanzar a trabajar y publicar todas las canciones que hace: la vida no alcanza.
“Los años que no grabamos nada, igual ensayamos, tocamos, rodamos. Eso también es estar activos”.
En cambio, para las presentaciones la banda recibe varias invitaciones al año para tocar en eventos. Muchas veces les avisan a último minuto, por lo cual no pueden aceptar. Casi nunca organizan shows, ya que, al ser sonidistas, cuando van a un concierto, pretenden que todo funcione y suene bien, pero también necesitan un escape para su vida diaria. No quieren trabajar. Quieren punk rock, cerveza y diversión.
En los tiempos de La Quito Norte, sus primeros conciertos fueron improvisados. Caían a shows organizados por otras bandas esperando que los dejen tocar. En ese entonces, bandas como Tanque o El Retorno de Exxon Valdez incluso les prestaban sus instrumentos para abrir los conciertos que ellos planificaban. En estos eventos nunca estaban anunciados en el afiche. No siempre hacían eso, también organizaron decenas de eventos para lanzar algunos de sus discos, o simplemente por el hecho de tocar. Recuerdan con añoranza cuando Mortal Desición, una de las bandas quiteñas que más admiran, los acompañó en el lanzamiento de su disco Noche de Pecado.
Cartel de Antipátikos / Foto: Felipe Racines
Para tocar fuera de Quito, ellos reciben invitaciones de todo el país, que raramente rechazan. Si es necesario, ellos mismos costean los viajes. Lo importante es tocar. Suelen ir a Guayaquil, donde la banda La Demencia Extrema organiza shows a los que invita a los Antipátikos, y los recibe cálidamente. Esta fue la tónica de su gira del 2007, cuando fueron invitados a Medellín, donde compartieron escenario con bandas muy reconocidas en su medio, tales como “Polikarpa y sus viciosas”, “GP”, “Los restos” y “Escépticos”.
“Sin otoño, sin primavera es un asco”
El costeo de grabaciones, presentaciones, videos y giras, viene del bolsillo de los integrantes de la banda. Ellos saben que tocar en una banda de punk no es la actividad más lucrativa. Pero cuando se trata de la banda, ellos invierten lo que haga falta para obtener el resultado deseado, ya sea un nuevo disco o tocar en una ciudad diferente y para un público nuevo. La diferencia con los viejos tiempos es que ahora ellos tienen responsabilidades. También han tenido un proceso de madurez financiera, por lo que han empezado a buscar auspicios para sus nuevos proyectos, entre los que se encuentra una nueva gira colombiana.
Los Antipátikos tienen al punk como parte importante de sus vidas / Foto: Felipe Racines
Los Antipátikos nacieron en el punk callejero. Esto implica que tienen la base filosófica antisistema tanto como la estética cruda y sencilla del género en su expresión tradicional. No por ello la banda limita su composición ni sus letras. Es una banda que cree en la libertad que el punk propone. Esta libertad implica la identidad, el pensamiento y la acción, cosa que ellos efectivizan al momento de hacer música libremente.
“No importa si estás feliz, si estás triste, si tu novia te botó o te fue mal en el trabajo. Llegas a la casa y tu guitarra está ahí y la música es el refugio”
El punk está presente hasta en la piel / Foto: Felipe Racines
Ellos no reconocen que la experimentación los aleje de este género y modo de vivir. No obstante, al inicio fueron innovadores y diferentes en su escena, ya que no se encasillaban como punks e integraban géneros como el gótico, el rockabilly y el post-punk en sus temas. Quizás estaban tan seguros de ser punks que no necesitaban decirlo o probarlo. Reconocen que, al inicio, lo que les impulsó a hacer la banda fue la necesidad de hacer música, sin limitarse a lo que en esa época era lo común: temas cortos y de progresiones sencillas y una vida de excesos y violencia. Ya lo habían probado y ya se habían cansado de ello. Sentían la necesidad de explorar otros horizontes.
“No quiero hacer solo tres acordes, tengo una guitarra entera para hacer mil acordes”
Si se les pregunta, ellos se consideran punks, y piensan que el punk existe, sobre todo en la manera de vivir que tiene cada uno, en los conciertos y en las protestas. Para Los Antipátikos se trata de no tener un trabajo de mierda con gente de mierda, pero si lo tienes puedes ir a un concierto con tus amigos, tomar cerveza y desahogarte. Es la amistad. Es fluir y no estancarse, algo infinito, sin límites. Es cerveza fría, tatuajes y rock and roll. Es ser su propia persona y no encasillarse. Es la música y es la vida.
Ilustración de Antipátikos / Por: Colectivo Pégate Este
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La bomba o los pasillos. De hecho, el abuelo de Juan Carlos tocaba el requinto con JJ.
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Kito ardeen llamas.
RC: ¿Con qué figura pública les gustaría compartir un viaje en Ecovía?
Lo único que espero cuando viajo en bus es no encontrarme con nadie.
RC: ¿Trago (caña o norteño) o biela?
Bielas.
RC: ¿Metrónomo?
No.
RC: ¿Comida nacional favorita?
Encebollado, socio.
El punk dentro y fuera del estudio / Foto: Felipe Racines
RC: ¿Lugar favorito en Quito?
El Comité del Pueblo. Ahí venden unos encebollados buenazos.
RC: ¿Qué harían si no fuera música punk?
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RC: ¿A quién le meterían un quiño?
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RC: ¿90s, 00s o 2010s?
En realidad los 70s o los 80s.
RC: ¿Qué proyecto actual de música recomiendan, les gusta?
