Entramos al Teatro Sucre por la puerta trasera, la del escenario, la de los artistas. Pasamos por las tablas y bajamos a las butacas, al espacio del público. El teatro estaba vacío así que pudimos escoger las bancas en las que nos sentaríamos para hacer la entrevista. Nos ubicamos y comenzamos a conversar.
Albert Pla habla suave y pausado. Presta atención a cada frase y parece sorprenderse con cada novedad que escucha. Iniciar una conversación con él implica entrar en su ritmo relajado y en un diálogo amable. Este Jueves 20 de Junio se presenta en el 4to. Encuentro Internacional de Cantautores, “Arriesgar con la palabra”, y precisamente no viene a arriesgar sino a jugar. Afirma que él no arriesga con las palabras sino que juega con ellas constantemente. “Todo el día se me están ocurriendo cosas”, dice. Y sí, lleva pocos días en Quito y ya encontró una musa que le llevaría, incluso, a escribir una canción: “Me gustan mucho más las bajadas que las subidas”, cuenta.
Le gusta el escenario en el que actuará este jueves. “Este teatro está muy chulo, muy bonito, muy chévere”, comenta. Se nota que su cabeza está todo el tiempo dispuesta a crear. Se fija en elementos que podría utilizar, que podría incorporar en su presentación. Esta vez, la pequeña puerta que divide el escenario del público, enganchó su atención. “Me gusta la puertecita, nunca había visto una ¿Habías visto una puertecita antes? Tenemos que utilizarla para algo, tendremos que hacer algo con ella ya que está ahí”.
La propuesta que trae a Quito en esta ocasión hace un recorrido por canciones de toda su carrera. Viene acompañado por el guitarrista Diego Cortés. “En general cuando hacemos conciertos con Diego, no preparamos mucho nada, no sabemos muy bien antes de empezar qué vamos a hacer. Tenemos como unas 100 canciones y sabemos que cantaremos unas 20 o así. Dependiendo de una cosa u otra, hacemos un tipo de canciones u otras”, cuenta. Según el comunicado de prensa que describe su show, la presencia de Diego Cortés permite a Pla tener las manos libres y así “convertir cualquier platea en un escenario donde teatralizar sus canciones y conseguir un espectáculo de una poética inusual, devastadora y electrizante”. Y no podría esperarse menos. Este artista catalán es un contador de historias que acude siempre a más de un recurso para poder expresar. “No tengo más remedio que ayudarme con otras cosas que no sean la voz para poder explicarme mejor”, dice.
“Espero que no me corran a borrazos”, responde cuando le pregunto sobre cómo cree que sea el recibimiento del público quiteño. “Es una suerte muy grande para mí poder estar aquí y con que venga una persona ya nos daremos por satisfechos. Me sigo quedando sorprendido cuando voy a cantar y hay gente en el teatro”.
Afirma que no tiene rituales especiales antes de salir al escenario. “No sé si seré el único, pero no me pongo nervioso. No tengo rituales ni me preparo. Me pongo la bata, que es lo que utilizo para cantar, e intento que haya gente en el camerino para entretenerme antes de salir”.
Este 20 de junio, Albert Pla compartirá la jornada con Bigott y Eleonora Bianchini.
