Preguntamos a distintos artistas acerca de su viaje sonoro ecuatoriano, cómo sus trabajos han sido creados e influenciados por la historia musical del país. En un recorrido por el pasado, presente y futuro de la música ecuatoriana, ¿a qué les suena el tiempo?
Los soundtracks que componen nuestras vidas son únicos, por gustos, por contexto y por la época. Con el paso de los años el concepto de “generación” viene cargado con un soundtrack específico, los 80s, los 90s, etc. Durante el último siglo, la creación de música ecuatoriana se intensificó, agregando un componente fuerte nacional a nuestros soundtracks cotidianos. Ahora para algunxs resulta parte de nuestra vida nocturna acudir a conciertos constantemente y escuchar los nuevos lanzamientos nacionales. Los relacionamos con nuestras experiencias y forman parte de nuestra memoria y vivencias.
Hemos llegado quizás al punto en el que podemos integrar concisamente estos soundtracks al sonido de una generación. Entre las irrepetibles historias musicales que componen nuestras vidas, encontramos reflejada una historia en común, más allá de una historia generacional. Una historia nacional. Preguntamos a cuatro músicos que la conforman, desde distintos puntos históricos o generaciones: ¿A qué suena el pasado, presente y futuro de la música ecuatoriana?
Neoma
La artista pop cuencana Neoma es parte de los que consideraríamos centennials, jóvenes nacidos a finales de los 90s y principios de los 2000. Una historia digital, actualizada y fresca que compagina una transición entre las bases y el auge de la música que hoy nos acompaña. ¿A qué suena la historia nacional centennial?
Pasado
RoCola Bacalao – Infierno (2006)
Como la buena Gen Z que soy, lo que mas me suena y siempre me va a recordar a pasado va a ser Rocola Bacalao, mis épocas de pura fusión, ska y reggae fueron las mas oscuras —y bacanes un poco—. Ahí estaba yo saltando con Gusanito de Pujilí, con el disco Infierno. Obvio que para esas épocas mi mamá no me iba a mandar en su vida a conciertos, pero ahí, como sea, uno se hacía para escuchar.
Presente
Lolabúm – Tristes Trópicos (2018)
Lolabúm es una de las tantas bandas con las que me obsesioné cuando fui cachando mas toda la escena actual. Obviamente tengo que mencionar mis épocas de La máquina —todos hemos tenido— y Da Pawn, El background perfecto de mi high school, que sonó hasta después de que me gradué, y para ese entonces sacaron Tristes Trópicos. Es el presente, Lolabúm está pasando ahorita y es gigante.
Futuro
Letelefono – ¡El Amor Existe! (2019)
Después de comenzar con Neoma, todas la cosas comenzaron a cambiar. Mis ídolos eran mis amigos ahora, o los amigos se convertían en ídolos musicales. Leo Espinoza es uno de ellos y le tengo total admiración y cariño. Letelefono suena y se va a adaptar a cualquier cosa sin perder su esencia. Para mí es mi banda hermana mayor. Dani y Sebas, que fueron primero mis amigos y ahora tocan en la banda, se convirtieron en tremendos músicos que admiro mucho y dan ese toque de “freshness” a todo. Este año sacaron El Amor Existe y ya lo pusieron dentro un género pop. El futuro en un disco.
Pedro Bonfim – Lolabúm
La representación del limbo que muchos jóvenes adultos sentimos, la mezcla entre los millenials y la generación Z, viene de la mano de Pedro Bonfim, cantante de Lolabúm. Una historia más extensa desde su punto de vista, narrada desde el anterior siglo con discos que probablemente encuentres rebuscados en la casa de tus tíos o abuelos. A diferencia de la desconexión que podemos sentir entre lo nuevo y lo viejo, Pedro lo integra lo segundo como parte de una historia suya y a la final, nuestra.
Pasado
Polibio Mayorga y Olmedo Torres – La Minga (1974 o 1976)
En 1974 o 1976 salió La Minga, de Polibio Mayorga y Olmedo Torres. No estoy seguro
del año porque en algunas partes de internet dice una cosa y en otros dice otra. Más allá de ese detalle, creo que este es un disco que ejemplifica el pasado de la música ecuatoriana, porque es parte de una de las etapas más interesantes que hemos tenido y que no creo que valoramos lo suficiente. Olmedo Torres es uno de los mejores saxofonistas ecuatorianos, pero personalmente me interesa sobre todo Polibio, que era el cerebro detrás de todo esto. Él es uno de los artistas más prolíficos y creativos que ha habido en este país. Participó en muchos discos, ya sea como compositor, tecladista, arreglista, o “director artístico”, como él mismo se acredita.
La Minga es un álbum del período en el que Polibio Mayorga, cuyo nombre me encanta escribir completo, comenzó a utilizar un sintetizador Moog en las grabaciones. Por eso se pueden escuchar cumbias, sanjuanitos o albazos con un sintetizador imprudente que aparece y desaparece. Eso es lo que me encanta de Polibio Mayorga. Cuando le escucho puedo sentir el interés genuino que tenía en ese instrumento que, en esa época, era muy reciente.
Además de su persistencia en utilizarlo en música nacional y no en «rockandrollbabyeah». En resumen, creo que este disco, y otros de la misma época de Polibio, marcan un precedente para la gente que hace música y arte en Ecuador, que intentan conjugar lo antiguo y lo nuevo. Creo que es un precedente para Sal y Mileto o Promesas Temporales, que, aunque no digo que se hayan inspirado en él, sí creo que estaban en una búsqueda parecida. Polibio Mayorga me cae bien porque no era un purista, y yo le agradezco por eso.
Presente:
Letelefono – ¡El amor existe! (2019)
Te amo. Gracias por hacer música. Creo que este álbum representa muchos de los intereses que tenemos los músicos ecuatorianos de la actualidad. Este disco tiene sampling, canciones de productor, canciones de banda, canciones de autor, rock, baladas, referencias rebuscadas, featurings, un concepto, buenas letras, algo triste, algo feliz, algo simbólico. Además es raro, es chistoso y a veces asusta. En resumen, todos los artistas activos de música alternativa están explorando alguna de esas cosas ahorita, entonces este disco es el presente. Qué embalado que soy con mis afirmaciones, ¿no? Se vienen más.
Futuro
Creo profundamente en lxs chamxs. Les tengo fé. La Neoma, los Flix, los LEGOS, Pájaros aeris, y todas las personas que graban cosas en sus cuartos o como puedan. Creo en esas personitas.
Entonces, el álbum que representa al futuro es alguno que salga de ahí, al menos en parte. Sólo espero que no sea rock y también espero que no intente ser el equivalente a algún artista gringo, pero en Ecuador. Capaz ese álbum ya tiene nombre, o capaz hasta ya está publicado y no hemos escuchado porque el algoritmo nos muestra lo mismo. Creo que ese futuro tiene que explotar su heterogeneidad antes que su homogeneidad, o como se diría en una película de Disney: no intentes calzar en los moldes, usa lo que te hace diferente en tu favor. Pero sin chistes, mientras más variedad tengamos, mejor, porque eso somos.
Te odio, Mac DeMarco. Pánico es nuestro paradigma. Aquí va otra afirmación embalada: creo que estamos en un momento clave entre volvernos mega interesantes o absurdamente intrascendentes. Actuemos con Polibio.
Leo Espinoza – Letelefono
La relación entre Leo y la música ecuatoriana viene de un extenso recorrido del que ha formado parte tanto en lo audiovisual, con la producción y dirección de videos musicales, como en sus proyectos, el difunto Da Culkin Clan y Letelefono. A diferencia de una historia marcada por un disco en específico, Leo enfoca su historia en ciudades, y la historia que acompaña a estas en su vida, coincidencialmente. Nos cuenta las cosas desde su punto de vista.
Para mí al menos, los sonidos, las canciones y los discos no adquieren importancia únicamente por el contexto en el que fueron creados, sino por su belleza intrínseca. Y son nuestras diferencias a nivel humano las que hacen que experimentemos, ignoremos, apreciemos o despreciemos ciertas obras con respecto a otras. Son nuestras circunstancias personales las que marcan la importancia que tiene un disco en nuestras vidas. Y la única forma de elegir estos discos es tomando como referencia nuestra propia existencia. Lo que para cada uno fue, es y será.
Pasado
Guayaquil.
Cuando estudiaba, todavía no tenía intenciones serias de sobresalir en el mundo de la música. Si bien había admirado el concepto de álbum durante toda mi vida, no fue hasta descubrir estas obras guayaquileñas que me di cuenta de las posibilidades creativas y sonoras que se alcanzaban dentro del país. Y estos discos, con su espíritu creador, me demostraron que se podía recurrir a la experimentación en estudio, sin sacrificar la pureza de una canción linda, simple y emotiva.
La excepción a este acercamiento es la discografía de Espumita, disfuncional y desordenada a nivel de producción, pero que compensa esto con un fuerte sentido de honestidad que no he logrado encontrar en otros artistas.
Morfeo y El Misterio de La Unión (2013) -El Ermitaño
Todo el Universo (2012) -Niñosaurios
Memoria y Profecía de Doña Petita Pontón (2013) -Fabrikante
¡Discotec Yeah! (2016) – Espumita
Presente
Quito.
Dejando a un lado el concepto “escena independiente”, que tiene connotaciones excluyentes y evade material que no llega a establecerse dentro de cierta burbuja de personas, Quito ha llevado a la música alternativa a profesionalizarse. Sea por la misma competencia que existe por espacios, o por la constante hambre de público que implica hacer música, la capital se ha movido un montón y ha producido muchos discos, de muchos artistas, en los últimos cinco años.
Me parece importante señalar estos álbumes porque tienen buenas canciones, conceptos fuertes y han encontrado formas interesantes de llegar a mi vida. Algunos más antiguos, con canciones pegajosas y sólidas, como Roja o Los Días invisibles. Otros más actuales, como Tristes Trópicos y toda la discografía de Pánico, en verdad que desbordan creatividad a nivel estructural y de producción musical. Todos, con letras y melodías destacables.
Roja-La Máquina Camaleón (2014)
Los Días Invisibles-El Extraño (2016)
Tristes Trópicos (2018)/El Cielo (2016) -Lolabúm
Amor Fati (2018)/NO (2015)/Pánico (2015) – Pánico
Futuro
Cuenca.
Conceptualizar el futuro resulta especialmente complicado. Sólo puedo hacerlo hablando desde mi visión en particular, y no puedo evitar enfocarme en la creación desde mi perspectiva como artista. Sea porque conozco los proyectos con un poco más de cercanía, o porque le apuesto al lugar donde he vivido siempre, siento una urgencia, una necesidad de cambio de tendencia, de descentralizar el desarrollo creativo ecuatoriano.
Me daba un poco de recelo incluir mi disco de Letelefono aquí, pero creo que es un buen punto de partida para lo que se viene. Canciones sinceras, sólidas, producción consciente, respaldadas por ideas y no por tendencias. Siento que estos conceptos también están presentes en los adelantos de disco que han lanzado La Madre Tirana y Boris Vian, y tengo muchas ganas de escuchar estas joyas compiladas en discos completos.
Molicie, por su parte, representa a todos los exponentes cuyos trabajos en estudio aún no se han publicado, pero prometen un cambio fundamental en las sonoridades que están por experimentarse.
¡El Amor Existe!-Letelefono (2019)
III-La Madre Tirana (09/2019)*
(Por Anunciar)-Molicie
(Por Anunciar)-Neoma
(Por Anunciar)-Boris Vian
Denisse Santos – CAN CAN/Mundos
Denisse nos muestra una historia cargada de anécdotas y aprendizajes de los cuales ella forma parte, habiendo ingresado al mundo de la música en el año 2002 con la mítica banda quiteña CAN CAN, y expandiéndose a la banda Mundos. Hoy, con nuevos proyectos, Denisse forma parte de esta historia musical que continuamos creando. ¿Cómo es la historia musical estando inmersa en ella?
Pasado
Guardarraya – Guardarraya (2000)
Fue el primer disco que escuché de una banda nacional que cambió mi forma de pensar de la música que se estaba haciendo en Quito. La originalidad de sus letras me encantó. No tardé mucho en memorizar las canciones de principio a fin, y corearlas junto con el cd hasta que se rayó y quedó arruinado.
Presente:
Mateo Kingman – Astro (2019)
Siempre me ha gustado un disco con el que puedas viajar, que te lleve a experimentar muchas sensaciones, que puedas bailar y cantar, y al mismo tiempo te pueda erizar la piel como lo hace el tema “Último Aliento” de la mano de Gustavo Santaolalla. Eso es lo que me pasa con Astro.
Futuro:
Sr. Maniquí – (nombre del disco por definir)
El proyecto “Sr. Maniquí”, de la talentosa cantante Mariela Espinosa, se encuentra en el estudio en proceso de grabación. Este álbum verá la luz a finales de este año, y será sin duda un disco que marcará la historia de la música nacional. Las composiciones de Mariela son la representación de ocho talentosas poetizas ecuatorianas de diferentes épocas, de quienes escogió sus poemas para convertirlos en canciones.