El pasado 11 de agosto, Tripulación de Osos anunció en su cuenta de Instagram una separación indefinida. Una carrera estridente cerró un capítulo luego de casi 7 años, pero nos dejó Un futuro mejor.
Al fin sucedió. Lo que parecía imposible pasó. “La Tri que no decepciona” entristeció a sus fans. Lo hizo cuando anunció una pausa indefinida a las actividades de la banda, el pasado 11 de agosto en su cuenta de Instagram. La Tripulación de Osos entra en modo hibernación, pero no sin aterrizar sus 7 años de banda en un corto pero poderoso EP, llamado Un futuro mejor.
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En realidad, la fiel fanaticada de La Tri ya conocía la mitad del EP antes de que lo lanzaran. A finales de marzo de 2020, la banda soltó el primer sencillo “Kiliminjaro”, un tema épico que narra la epopeya que vivió Sebastián Carrasco, un montañista ecuatoriano que tras un grave accidente volvió con todo para coronar el monte Kilimanjaro, el más alto de África. Todo esto desde una bici que se pedalea con las manos.
A esta oda a la autosuperación le siguieron “Ariel”, lanzada en septiembre de 2020, y “Nada que hacer”, que vio la luz un mes después. El público tuvo que esperar un año para escuchar la otra mitad del álbum.
A diferencia de lo que suele acompañar las rupturas y descansos de las bandas de rock, esta no se debe a peleas por dinero o fama. La banda explica que se debe a que los caminos de sus miembros, Mauro Samaniego, Juan Bustamente, Sebastián Jaramillo y Luis Cisneros, se vieron obligados a separarse.
Por un lado, Mauro se encuentra enfocado en su proyecto solista, mientras que Juan y Sebastián se encuentran radicados fuera del país por motivos personales. ‘Lucho’, en cambio, se quedó en Quito enfocándose en su trabajo como productor de conciertos. Eso sí, aseguran que este EP es «un testamento de lo que nos une como banda y como amigos”.
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Un EP conceptual y un salto de calidad
Las canciones de “Un futuro mejor”, con excepción de “Kilimanjaro”, son dedicadas a —y basadas en historias reales de— personas pertenecientes a la Fundación Triada, un centro integral de terapias para pacientes con discapacidad neurológica que visitó la banda.
Esta movida conceptual provocó una madurez notoria en las letras de Mauro Samaniego y Juan Bustamente, cabezas creativas de las letras y la composición musical. En este sentido, Un futuro mejor toma una gran distancia con lo que fue, por ejemplo, su primer álbum Robormiga (2015), que se enfoca más en una descarga de energía y emociones.
Esto se puede notar más en “Luana” y “Tren de vidas pasadas”, dos temas que profundizan en sentimientos un tanto oscuros como el dolor y el miedo.
La madurez se nota también en la producción musical, que de cierta manera agarra el sonido de Reales Tamarindos (2018) y lo lleva un paso más allá.
Para este EP, la banda se alejó de la instrumentación tradicional del grunge y el garage rock y experimentó con nuevos sonidos, como la introducción de sintetizadores y beats. Esto es evidente en “Kilimanjaro”, “Nada que hacer” y “Luana”.
Con esto, explica Luis Cisneros, el encargado del poderoso bajo de La Tri, la banda buscaba “sonar al rock del futuro”.
La mano del ‘ruso’ y otros colaboradores
Sin embargo, la idea era dar un paso más tanto en el campo creativo como en el técnico. Por este motivo, acudieron a Ernesto Karolys, un reconocido músico y productor ruso-ecuatoriano que carga consigo las credenciales de una extensa carrera.
Entre sus acreditaciones está el haber figurado como baterista de bandas como Cruks en Karnak, Biorn Borg y, más recientemente, La Máquina Camaleón. También ha sido el productor de algunos álbumes como “Verano en Coma” (2017) de Da Pawn, Dreams of Peaches and Pearls (2021) de Nicolás Pozo, o Fosforecer (2021) de Joanne Vence.
“Estábamos acostumbrados a hacer todo nosotros mismos y nos enamorábamos de ideas que nos cegaban. Que venga alguien como Karolys y te diga ‘esto no me gusta’, ‘esto es una mierda’, ‘cambiemos esta estrofa’, es muy positivo”, confiesa Cisneros.
La grabación del EP fue realizada en La Increíble Sociedad y Graba Estudio. La mezcla la hizo Yuuki Matthews, bajista de la banda estadounidense The Shins. Esto, explica Cisneros, fue clave para llegar a la meta de producir un EP que diera un salto en la calidad de la banda. El máster estuvo a cargo de Dave Cooley del estudio gringo Elysian Masters, quien ha trabajado con bandas como Paramore y Tame Impala.
Aunque esto podría sonar a que es un EP con costos muy altos de producción, Cisneros lo desmiente. “Costó lo mismo que mezclar en Ecuador, solo que si no preguntas nunca te vas a enterar”, dice.
La Tri
La Tripulación de Osos se convirtió rápidamente en una banda muy querida por el público ecuatoriano. En sus cerca de siete años de trayectoria, su característico derroche de energía, expresado en vivo a través de sus riffs de guitarra, líneas de bajo y una batería hiperactiva, los convirtió en una banda que no se puede pasar por alto cuando se habla de rock ecuatoriano.
El cuarteto rockero también debe su fama local a un incansable esfuerzo de viajar a lo largo y ancho del país tocando y dándose a conocer hasta en las ciudades más chicas. Lo cual, eventualmente, los llevó a escenarios internacionales en México, Colombia, Perú, Chile y Argentina.
Un sabor amargo y dulce deja este EP. Dulce porque se puede decir que es la cumbre, el Kilimanjaro acaso, del trabajo musical de esta banda. Amargo, porque nunca llegamos a disfrutarlo en vivo.
Pero basta de lamentos. El EP se encuentra disponible en todas las plataformas digitales. Ya está en ti acercarte y escucharlo. No sabemos cuándo la banda se volverá a juntar para cantarnos los porvenires de un futuro mejor. Lo seguro es que cuando lo hagan, volveremos a ver lo que Cisneros considera la esencia de La Tri y la razón por la que llegó a cultivar una numerosa y fiel fanaticada: el amor al rock, la energía entregada en vivo y la autenticidad.